“Hemos sido capaces de salir desde el fondo del pozo” cuando “gurúes economistas y medios de comunicación” decían que “lo mejor venía de afuera, que no podía haber argentinos que tuviéramos buenas ideas”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En un discurso que brindó en El Calafate, Santa Cruz, defendió el modelo de “crecimiento y acumulación” kirchnerista y advirtió que no era la primera crisis que le tocaba enfrentar. También lamentó lo que llamó una “obsesión planificada por quebrar la esperanza”.

Con la conmemoración por el 132º aniversario del bautismo del Lago Argentino como telón de fondo, la Presidenta recordó en su discurso que la crisis internacional no es “la primera adversidad” que, ella y el ex presidente Néstor Kirchner, deben sobrellevar “en función y en gestión de gobierno. Aquí en la provincia de Santa Cruz me acuerdo de Kirchner intendente con la primera hiperinflación y en la segunda hiperinflación”. Así destacó la política implementada por su marido al frente de la capital santacruceña, donde pudieron “atravesar la década de los ’90 que llevó a la Argentina a una desocupación de dos dígitos, a ser la provincia argentina con menor índice de desocupación, porque nunca superamos el 3 por ciento” de de-sempleo, y “es lo que luego sostuvimos en el orden nacional como un modelo de crecimiento y acumulación” y “un fuerte plan de inversión en infraestructura”.

Con la presencia en el acto del gobernador Daniel Peralta, el secretario de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, y el intendente de El Calafate, Javier Belloni, CFK remarcó que “mientras nos decían que la Argentina se iba a derrumbar, a casi seis años del 25 de mayo del 2003, esos modelos que se planteaban como tales eran apenas castillos en la arena que se derrumbaron con la primera oleada”, en referencia a los países del llamado Primer Mundo afectados por la actual crisis financiera global. En el mismo sentido, aseguró que aquellos modelos “estaban fundamentalmente basados en la especulación. Cuando uno especula, piensa que la ganancia está por cualquier otra cosa, y no por el trabajo, la producción, las posibilidades de educación, vivienda y salud para la sociedad. Finalmente, llega el momento en que todo termina derrumbándose”.

La Presidenta también apuntó contra los medios de comunicación: “Parece que hubiera casi una obsesión planificada en quebrar la esperanza de los argentinos y el orgullo” de serlo, pero “estamos tercamente empecinados en seguir siendo protagonistas de la historia y construyendo nuestro presente”. Agregó que “el país también se construye con millones de hombres y mujeres jóvenes, anónimos, que tienen amor por la Patria, que creen en ella pese al constante bombardeo para bajar los brazos y pensar en que nada podemos hacer”. Luego anunció para los locales “mayor frecuencia de vuelos de nuestra Aerolíneas Argentinas”, además de los servicios de la empresa LAN, que comprará “dos Airbus, y el mantenimiento de la frecuencia para Ushuaia y El Calafate” y remarcó la “terminación de los últimos 180 kilómetros de la emblemática ruta 40, que atraviesa todo el país por la Cordillera”.