Martes, 17 de febrero de 2009 | Hoy
EL PAíS › LOS ENCUESTADORES ANALIZAN LA ALIANZA SOLá-MACRI-DE NARVáEZ
Los principales encuestadores analizan la conformación de la entente lanzada por Macri, Solá y De Narváez. Lo ven como un buen proyecto para capitalizar el voto opositor, pero también plantean sus dudas.
Por Raúl Kollmann
Para los principales encuestadores, la alianza de un peronismo disidente alrededor de Mauricio Macri, Felipe Solá y Francisco de Narváez tiene posibilidades de crecimiento en la provincia de Buenos Aires y les da vuelo a las ambiciones presidenciales del jefe de Gobierno porteño. Sin embargo, también plantean los escollos que deberán enfrentar. Por ejemplo, la presentación de un propuesta programática coherente y la resolución de las candidaturas para 2009 y 2011.
Estas son las respuestas que dieron a Página/12 Hugo Haime, de Haime y Asociados; Manuel Mora y Araujo, de Ipsos-Mora y Araujo; Sergio Berenstein, de Poliarquía; Analía Del Franco, de Analogías; Roberto Bacman, del CEOP, y Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados.
1 ¿Cúal es su opinión sobre el frente Macri-Solá-De Narváez?
Hugo Haime: Toda opinión sobre el escenario electoral de octubre hoy es muy prematura. No sólo porque aún estamos en época de vacaciones sino porque todavía no sabemos cómo tocará la crisis financiera internacional a nuestro país. Si la crisis se profundiza se le exigirán respuestas no sólo al oficialismo sino también a la oposición. Si ninguno la da, crecerán la abstención y el voto en blanco. Hay un evidente apuro de los políticos por definir candidaturas que es ajeno a la agenda pública. Partiendo de este supuesto, mi opinión es que este frente potencialmente podría ser una oposición que tenga mayor volumen electoral que la que hasta ahora enfrentó al oficialismo. Con base en una alianza que ya existía –la de De Narváez y Macri– y que obtuvo algo menos del 15 por ciento de los votos en 2007, ahora tiene la posibilidad de construirse como alternativa al sumársele Felipe Solá. El conflicto del campo y la presencia del ex gobernador les da oportunidad para crecer en el interior de la provincia. Para ser opción real necesitan penetrar a los sectores bajos tanto los estructurados como los mas marginales.
Manuel Mora y Araujo: Desde que asomó la cabeza Carlos Reutemann todos empezaron a activar las alianzas, empezando por la Coalición Cívica con el radicalismo. El frente de Macri-Solá-De Narváez es un paso que organiza bastante el arco opositor. El PRO gana en Capital y en la provincia de Buenos Aires suman. El peronismo disidente puede seguir a Felipe Solá. De Narváez tiene más perfil opositor, aunque el peronismo no lo rechaza.
Sergio Berenstein: Estamos experimentando la segunda fase de un proceso de reordenamiento de la política que tiende a revertir la fragmentación que generó la crisis de 2001. El kirchnerismo representa la primera etapa. Dado que esa primera fase se está agotando, tanto dentro como fuera del peronismo comienzan a predominar movimientos centrípetos. El espacio político y simbólico que viene cediendo el kirchnerismo es ocupado por formaciones emergentes donde se combinan partidos viejos y nuevos, pero en las cuales están apareciendo figuras nuevas o renovadas con discursos mucho más moderados, pragmáticos y “de centro”. En este contexto, el frente Macri-Solá-De Narváez representa un fuerte desafío a Kirchner, pues puede capitalizar el descontento de un amplio sector del electorado.
Analía Del Franco: A pesar de estar acostumbrados a que elección tras elección vayan variando las uniones entre partidos y sectores, siempre hay algunas que sorprenden más que otras y a veces de este impacto depende su éxito. Este frente es uno de aquellos que en su estado inicial causa sorpresa, especialmente por la incorporación de Felipe Solá a un polo con perfil centroderecha que ya estaba en formación. Es habitual que estas “sorpresas” tiendan inicialmente a expulsar más que a sumar. Pero éste es el gran desafío de la construcción de cualquier frente, constituir una identidad política que pueda superar las posiciones individuales.
Roberto Bacman: El frente Macri-Solá-De Narváez surge como consecuencia de la profunda crisis en que está inmerso el sistema de partidos pero, por sobre todas las cosas, de las dificultades de la oposición en generar alternativas. En tal sentido, es posible concluir que los protagonistas de este frente maduraron la decisión de conformarlo impulsados por la necesidad más que por la convicción. Y este frente, lanzado más con contenidos fuertemente simbólicos y antikirchneristas, se basa en una impronta que lo ubica más al centroderecha, aunque en definitiva aún no ha puesto en blanco sobre negro su plataforma programática. Mauricio Macri abandonó el ostracismo político y este anuncio lo ubica más allá de su rol de colaborar en la campaña: es claro que ya está anotado para el 2011.
Ricardo Rouvier: Es una alianza en ciernes, habrá que verla caminar, ya que se constituye sobre algunos interrogantes: a corto plazo quién va a encabezar la lista de diputados, y luego del 2009 la disputa entre Solá y Macri por la candidatura presidencial. Para el jefe de Gobierno es una ventaja colocar una cabeza de playa en la provincia donde está el corazón electoral del país.
2 ¿Cómo deberían elegir el candidato para encabezar la lista bonaerense?
Mora y Araujo: Lo que propone De Narváez, una interna abierta, es lo lógico. Esto de proclamarse candidatos sin consultar a nadie no es bueno para el sistema político. También Solá tiene algo de razón cuando dice que es complicado. Aunque sea difícil, deberían estar en condiciones de organizar una elección de ese tipo.
Bacman: La cuestión práctica es otra de las dificultades en la conformación de este frente. Es evidente que tanto Solá como De Narváez poseen la necesidad de encabezar la lista de diputados. El caso del ex gobernador es más complejo: incluso debería renunciar a su actual banca para volver a competir por el mismo cargo. Para la fortaleza política del futuro candidato la interna es el mejor camino.
Del Franco: Si logran hacerlo a través de una elección interna abierta sería un buen punto de partida. Muy saludable para su organización, y hacia la opinión pública se diferenciarían positivamente.
Berenstein: Idealmente, en una democracia moderna los candidatos deben ser elegidos por el voto de los afiliados. Los candidatos se fortalecen al ser legitimados por un proceso participativo, en el que tienen la oportunidad de debatir.
Rouvier: Con la crisis de los partidos nadie puede garantizar una elección interna transparente. Tampoco se puede hacer en el PRO, porque ni siquiera están afiliados. Solá y De Narváez carecen de estructura política propia para llevar a cabo esta decisión. Otra posibilidad es hacerlo a través de dos encuestas simultáneas controladas por los candidatos, realizadas por diferentes agencias.
Haime: La población está esperando soluciones a sus problemas y no está preocupada por candidaturas. Lo lógico es que si logran construir una agenda y un proyecto común para presentar a la sociedad puedan decidir qué es lo que más los representa.
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