Arrufat, la fábrica de chocolate recientemente recuperada por sus trabajadores, volvió a producir. Durante el fin de semana, los integrantes de la cooperativa pusieron en marcha las máquinas para fabricar diez mil huevos de Pascua, tras recibir un préstamo de organizaciones solidarias con el que adquirieron los insumos y alquilaron un generador eléctrico, ya que el edificio, cerrado en diciembre por sus antiguos dueños, tiene cortada la electricidad. Con esta producción, que venderán aprovechando la Pascua, apuestan a retomar la actividad. Hace un año que la fábrica prácticamente no producía nada.

Los que la reabrieron son veintiocho de sus trabajadores. Cuenta Adrián Serrano: “Cuando la empresa bajó la persiana, decidimos quedarnos adentro. En los últimos meses del año pasado ya habían dejado de pagar los sueldos, aunque para la Navidad nos dieron 50 pesos y el 31 de diciembre otros 50. El 5 enero se cortó la luz. Al día siguiente, cuando llegamos a trabajar, encontramos un cartelito que avisaba del cierre transitorio por razones financieras; decía que nos llamarían más adelante”. Ese día tomaron la planta de Tres Arroyos 761, en el barrio de La Paternal.

Serrano tiene 20 años en la empresa, como la mayoría de los que integran la recuperada, en general todos mayores de 50. Se organizaron como cooperativa y obtuvieron el reconocimiento del Inaes, pero todavía están tratando de conseguir la autorización judicial para autogestionar la empresa. Abril era un mes clave para tomar la decisión de producir, ya que, además de Navidad, la Pascua es el otro momento de venta importante para el rubro. Sin insumos, recurrieron a organizaciones amigas para volver a trabajar. La organización La Base les dio un préstamo de 17.500 pesos para comprar materias primas, y la cooperativa del Hotel Bauen puso otros 6 mil, detalla Serrano.

En febrero, los trabajadores impidieron que se llevaran del lugar una refinadora, la principal máquina de la planta, que fue vendida en un remate. La fábrica, antigua pero con un equipamiento muy diverso, cuenta con máquinas para producir alfajores, caramelos, turrones, bombones y todo tipo de golosinas. Además del pedido a la Justicia para manejar la fábrica, la cooperativa buscará la sanción de una ley de expropiación para mantener los puestos de trabajo.