Los números son elocuentes: tres de los cuatro hombres de mayor peso en la Federación Agraria acaban de cruzar el cerco para presentarse como candidatos en las elecciones de junio. Se nombra a Pablo Orsolini, Ulises “Chito” Forte y Omar Barchetta. Por detrás, hay otros seis dirigentes definiendo sus pases. Todos integran alianzas con la oposición desde la UCR, el socialismo, el PJ disidente y PRO. Un sector federado admite que es una “contribución” al campo político pero que al mismo tiempo produce una “sangría” en la que van a perder los mejores cuadros. La movida busca, sin embargo, un segundo efecto: fortalecer la posición federada en el soñado interbloque rural del escenario postelectoral. En Entre Ríos, en tanto, el novelón sobre la candidatura de Alfredo De Angeli aún no está definido: el lunes próximo, la decisión se tomará en un plenario general de delegados provinciales.

La cúpula de la FAA abrió las puertas para la pelea electoral entre lunes y martes pasado. Durante un plenario general anunciaron lo que hasta entonces sugerían: que aquel socio que quiera ser candidato va a poder hacerlo, sin estar obligado a renunciar a su cargo.

Minutos después, la FAA confirmó nombres que estaban dando vueltas. Orsolini, vicepresidente primero y secretario de coordinación de la FAA; Ulises Forte, vicepresidente segundo, y Omar Barchetta, secretario general de la organización. En los tres casos ya habían tenido contactos con el mundo de la política.

Orsolini había sido concejal en Chaco por el Partido Socialista y en alguna ocasión dijo que le resultaría “natural” volver a la política. Ahora formará parte de la colación anti K, en la que el andamiaje más importante es la estructura del partido radical. Forte competirá en La Pampa como precandidato a senador. Reconocido radical, será la figura más importante de una coalición minoritaria que dirimirá las internas el próximo 26 de abril. Barchetta irá como abonado en el Frente Progresista de Santa Fe, que lidera el gobernador Hermes Binner.

Detrás de ellos, se anota un puñado de nombres. Son dirigentes de las primeras líneas, bastiones en Buenos Aires y Santa Fe, que se han convertido en medibles y famosos por acción de los medios durante el conflicto rural, admiten en FAA. Uno es Jorge Solmi, abogado de Pergamino, especialista en derecho empresarial y socio fundador del Centro Juvenil Agrario de la FAA. Solmi es director y técnico de los federados y a quien en medio de una de las peleas con Monsanto, la cartera de la ex ministra de Economía Felisa Miceli le ofreció la dirección del Instituto Nacional de Semillas (Inase). Claro, en épocas de candor con el Gobierno. Solmi dice que ese expediente tuvo 150 pases y que nunca lo nombraron. En la FAA lo nombran como candidato seguro del PJ disidente, pero Solmi lo relativiza: “No se está hablando de listas, menos aún de lugares en las listas: es un momento de cierres y de aquí al 8 de mayo faltan definir muchas cosas”.

Guillermo Gianassi es un tambero y abogado de Lincoln a quien inscriben en el universo PRO y PJ disidente. Silvio Corti es un productor de San Pedro, que va a acompañar la propuesta del intendente vecinalista Martín Sabbatella. Omar Gabetta, de Santa Teresa, es otro de los federados anotados como candidato.

Detrás de ellos, los nombres siguen. Pero no serían muchos más. La línea de la FAA representada por los gremialistas puros no creen demasiado en el proyecto legislativo: “Lo nuestro es una contribución”, aceptó ante Página/12 Pedro Peretti. “Pero esto es una sangría muy grande, un golpe para la Federación Agraria, que se queda sin los principales cuadros de las primeras líneas: no van a estar en los cargos que tienen y va a ser mucho sacrificio reemplazarlos.”

Si la sangría es tanta ¿por qué se presentan en las elecciones? Desde el año pasado, las patronales del lockout reunidas en la Mesa de Enlace impulsan la creación de un partido del campo para defender intereses desde el Congreso. La Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas alentaron a los socios a presentarse como candidatos. Lo que hasta ahora no está claro es si existió un acuerdo para que todas las entidades lo hagan. Pere-tti dice que no, que actúan independiente. “No somos demasiado optimistas –dice–: lo que viene no es mejor Kirchner. Yo no le veo diferencia a no ser que veo una pelea fuerte, pero esto es una puja con el Gobierno y en la democracia la puja se da en las urnas.”

Pero esa no es la única explicación. El campo sueña con armar un interbloque rural en el Congreso con las elecciones. Las patronales del lockout jugarán aliadas en algunos casos, pero deberán dividirse a la hora de defender intereses propios. La FAA también mira eso: “Siempre es mejor tener diez hombres que uno”, explican sus hombres.