Después de desmentidas de todo tipo, no hubo cumbre pero sí una extensa reunión entre Francisco de Narváez, Felipe Solá y José Torello, en representación de Mauricio Macri, para salvar la alianza política que hace apenas dos meses sellaron el PRO y peronismo anti K. Después de casi cinco horas de discusión en las oficinas que el empresario multimedia tiene en Las Cañitas, los tres dirigentes ratificaron el acuerdo y “avanzaron en una estrategia electoral conjunta”, aunque no terminaron de saldar el conflicto que puso a la sociedad al borde de la ruptura: el armado de la lista de candidatos en la provincia de Buenos Aires. Macri reclamó su tercio en la boleta bonaerense de la alianza Unión-PRO. De Narváez y Solá cedieron e incorporaron al PRO al armado electoral en toda la provincia. A cambio, los peronistas disidentes habrían recibido la promesa de que la vicejefa de Gobierno porteño, Gabriela Michetti, sería candidata a diputada nacional por la ciudad –como ellos pretendían–, aunque Macri se reservó el momento para el anuncio oficial.

El primer punto de acuerdo fue la reserva que Macri, De Narváez y Solá mantuvieron sobre el lugar del encuentro. Ninguno quería exponerse a la “presión periodística” durante una reunión que consideraban crucial para mantener viva la sociedad política que acordaron en febrero y que las diferencias en el armado electoral amenazaban con romper. Esta vez Macri no fue de la partida, pero envió a su principal operador político: José Torello. El cónclave fue en las coquetas oficinas que De Narváez tiene en Las Cañitas, en la zona de los restaurantes, y duró casi cinco horas. Una muestra de que la sociedad aún tenía mucho por resolver.

Torello fatigó su celular –en línea directa con Macri– a lo largo de la prolongada reunión para avalar cada paso en favor de salvataje del frente electoral. “Acordamos la propuesta programática conjunta con cinco ejes: seguridad, inclusión social, creación de fuentes de trabajo, calidad institucional y la inserción de Argentina en el mundo. Además de la participación del PRO en el diseño de la estrategia y el armado de las listas de candidatos en la provincia”, sintetizó Torello a Página/12.

Sin embargo, el vocero de Macri reconoció que el tema de las listas bonaerenses se llevó gran parte de la extensa discusión. “Sí, es cierto que pedimos el 33 por ciento de representación entre los candidatos del frente, aunque no vamos a estar todo el tiempo con la calculadora en la mano y habrá que considerar aquellos lugares donde hay referentes de cada uno de los componentes del frente con fuerte arraigo territorial. Pero consideramos que debemos mantener nuestra identidad como PRO sin desmerecer la capacidad de los dirigentes peronistas de la provincia. Tenemos que mantener el equilibrio y privilegiar el esquema de acuerdo, son 134 distritos en la provincia, no es fácil”, dijo Torello.

Torello también dio su propio pronóstico sobre el tiempo que le llevará terminar de acordar el armado electoral: “seguramente el 9 a las 11 horas, 59 minutos y 59 segundos terminaremos de cerrar el último de los distritos”, auguró en referencia al plazo para el cierre de listas que vence a la medianoche del 9 de mayo.

El otrora rebelde Jorge Macri también se mostró satisfecho con el resultado del encuentro en Las Cañitas. “Se ratificó el acuerdo electoral, se avanzó y se salió fortalecido”, dijo el primo del jefe de Gobierno a este diario. Jorge Macri no puso en duda el uno-dos de De Narváez y Solá al frente de la boleta bonaerense pero volvió a pedir “una participación equilibrada del número dos para abajo”. Algo que el empresario y el ex gobernador habían desoído cuando lanzaron –sin la presencia del PRO– a Claudia Rucci (hija del ex dirigente cegetista asesinado José Ignacio Rucci) como la tercera candidata en la lista de diputados nacionales. Solá, que volvió a tensar las relaciones y hasta expuso la posibilidad de la ruptura de la alianza electoral si no se lograban acuerdos, esta vez prefirió el hermetismo tras el encuentro de ayer. Cerca de De Narváez consideraban la reunión como “positiva, porque se ratificó el acuerdo”, sin brindar mayores precisiones. Pero no son pocos los que afirman que los peronistas disidentes se llevaron una moneda de cambio a las concesiones que hicieron al macrismo: la candidatura de Michetti. Las encuestas que manejan De Narváez y Solá auguran que la postulación de la vicejefa de Gobierno porteña traccionaría un fuerte caudal de votos para la alianza Unión-PRO en el primer cordón bonaerense.

En el PRO nadie quiere, y menos públicamente, dar por segura la candidatura de Michetti a diputada nacional ni hablar de la reunión que Gabriela mantuvo con Macri el domingo por la noche, donde se habrían terminado las dudas. Pero todos coinciden en que su candidatura sería “el mejor aporte al proyecto Macri 2011”. Algo que ya aparece como el encolumnamiento detrás una resolución que su jefe político ya habría tomado.