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Antes de presentar hoy por escrito su declaración judicial en la causa de “la ruta de la efedrina”, el empresario multimedia Francisco De Narváez salió con los tapones de punta contra el kirchnerismo. “Lo mejor que le puede pasar a la Argentina es que Néstor Kirchner pierda y se vaya a vivir a El Calafate”, dijo el candidato a diputado por Unión-PRO, como parte de su estrategia que busca polarizar la elección bonaerense. El peronista disidente, que va por la renovación de la banca que consiguió de la mano del duhaldismo, aseguró que “más del 70 por ciento del país ya no los quiere más a los kirchneristas”. De Narváez también afirmó que en las elecciones del 28 de junio “no está en riesgo la gobernabilidad ni la democracia” y que “la apelación al miedo que hacen los Kirchner es injusta con la ciudadanía”.

Más afecto a sus planificados actos de campaña y a los spots publicitarios que a la oratoria improvisada (sólo habló seis veces en la Cámara baja y una de ellas para pedir una moción de privilegio), el empresario criticó con un comunicado las denominadas candidaturas testimoniales del oficialismo. Señaló que en los comicios parlamentarios “no habrá un milagro, porque la gente está harta de verlo a Néstor Kirchner prometiendo lo que no se cumple”.

Lejos de la campaña, De Narváez tendrá hoy una actividad menos placentera y que ensombrece su candidatura. El empresario deberá dar explicaciones al juez federal de Campana, Federico Faggionato Márquez, sobre su supuesto vínculo con Héctor Germán Benítez, que sería el alias de Mario Segovia, conocido como “el rey de la efedrina”. De Narváez lo hará por escrito, amparado en sus fueros parlamentarios.

El magistrado que investiga la ruta de la efedrina en Argentina con destino a México quiere escuchar del propio candidato su versión sobre los tres llamados de Segovia a un teléfono celular a nombre de De Narváez, que, como informó Página/12, fueron detectados en otra investigación judicial por el contrabando de 17 toneladas de DVDs y CDs. El empresario afirmó públicamente que se trata de un aparato de una flota de 379 Nextel –de un total de 1156 teléfonos que están a su nombre– y que habría sido adjudicado a un empleado suyo que cuida sus campos de Luján. El juez Faggionato Márquez, que lo citó como “testigo”, deberá conformarse con el escrito que presentarán los abogados del diputado opositor.