Viernes, 5 de junio de 2009 | Hoy
EL PAíS › ESTABA EN LIBERTAD VIGILADA POR LA MASACRE DE AVELLANEDA Y PORTABA UN ARMA ILEGAL
El ex sargento de la Bonaerense había sido condenado a seis años por su intervención en la masacre de Avellaneda, pero había salido con libertad vigilada. Conducía un auto con patente trucha y portaba un arma de guerra.
Carlos Leiva, uno de los policías condenados por la masacre de Avellaneda que había salido de prisión en el 2007 con el beneficio de la libertad condicional, fue descubierto mientras conducía un auto con la patente trucha, portando ilegalmente un arma de guerra con la numeración limada, una práctica usada por los delincuentes para no dejar huellas. Leiva es un ex sargento de la Bonaerense que el día de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán participó de la represión vestido de civil. Una cámara de televisión lo filmó disparando contra los manifestantes con balas de plomo; gracias a esas imágenes, en el juicio posterior pudo probarse su culpabilidad en tres tentativas de homicidio y lesiones contra otros desocupados. Según confirmaron fuentes de la investigación, ahora está detenido en órbita de los tribunales de Morón. La Justicia deberá revisar si le revocan la libertad condicional.
En la fiscalía a cargo de la causa por esta última detención informaron que Leiva fue acusado de los cargos de portación de arma de guerra, supresión de su número de serie y adulteración de la patente del coche. Al ser llevado a declarar, reconoció tener el antecedente penal de la causa del Puente Pueyrredón, aunque dijo no saber si había sido condenado. En los tribunales no llevó mucho tiempo comprobar que sí había recibido una sentencia de seis años y medio de prisión. Consultado sobre el tema, el abogado de las víctimas de la masacre de Avellaneda Claudio Pandolfi confirmó que el ex policía gozaba de libertad condicional y que esa medida ahora deberá ser revisada por el tribunal que la concedió.
Leiva fue llevado a juicio en el expediente de Avellaneda más tarde que el comisario Alfredo Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta –los que dispararon contra Kosteki y Santillán– porque estuvo prófugo de la Justicia. En el proceso quedó demostrado que durante la represión en Avellaneda actuó como el jefe de una patota de policías que dispararon contra los manifestantes que corrieron por la avenida Mitre. Las imágenes de video lo registraron en una esquina de la plaza Alsina haciendo puntería contra los desocupados, rodilla en tierra. Luego de cada disparo, mostraron los videos, Leiva tenía el cuidado de juntar del piso el cartucho servido para no dejar rastros de que estaba haciendo fuego contra la gente con municiones de plomo. En la represión ocurrida el 26 de junio de 2002 hubo dos muertos, pero podría haber habido muchos más, ya que el número de heridos con balas de plomo alcanzó a treinta y tres.
El proceso en su contra se realizó en 2007. Tras la condena, debido el tiempo que ya había pasado en prisión, Leiva estuvo seis meses preso y luego consiguió ser excarcelado. Salió bajo el régimen de libertad asistida, que se otorga seis meses antes de cumplido el mínimo para acceder a la condicional cuando el reo tuvo buena conducta.
Este mes se cumplirán siete años de la masacre de Avellaneda. Los juicios contra los policías que participaron de la represión tienen sentencia firme, aunque la causa contra los responsables políticos nunca avanzó. Y están pendientes las audiencias en las que se tratará el allanamiento al local de Izquierda Unida.
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