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El presidente Eduardo Duhalde indultó al abogado Alejandro Vecchi, condenado a dos años de prisión en suspenso e inhabilitado por cuatro para ejercer su profesión. La resolución, que no fue anunciada, está contenida en el decreto 181/2002, firmado el 24 de enero y publicado un día después en el Boletín Oficial. Se trata de una decisión poco frecuente y, al menos, polémica: un letrado recibe el beneficio del indulto para salvaguardarlo de una condena por estafa que le impedía actuar en su profesión. Duhalde fundamentó la decisión apelando al “superior objetivo de contribuir a la paz social y a la reconciliación de los argentinos”, y destacando los antecedentes de Vecchi, quien ganó notoriedad pública cuando fue contratado por los padres de José Luis Cabezas.
El decreto que le otorga el indulto a Vecchi apareció en la página 2 del Boletín Oficial del viernes pasado. Lleva la firma de Duhalde y del ministro de Justicia, el radical Jorge Vanossi. Anoche, Vecchi se encontraba en Salta con los padres del fotógrafo asesinado. El viernes, el mismo día en que se publicó el decreto, Vecchi estuvo en la quinta de Olivos, donde participó de una misa en homenaje a Cabezas. Allí estuvieron el Presidente, su esposa y los padres del reportero.
El indulto a Vecchi cierra una larga acusación en su contra, que comenzó en 1996, cuando la familia de una mujer de apellido Céspedes, que había muerto en un accidente de tránsito, lo acusó de haberse quedado con 70 mil pesos de una indemnización de la compañía de seguros. La acusación llegó al Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6, a cargo de los jueces Guillermo Yacobucci, Leonardo De Martini y Carlos Mahiques, que el 13 de agosto de 1998 lo encontró culpable de “estafa procesal en concurso real con estafa” y lo condenó a dos años y medio de prisión en suspenso y a cinco años de inhabilitación profesional. Vecchi apeló el fallo, pero la Cámara de Casación lo confirmó, restándole sólo 6 meses de sentencia. Luego presentó un recurso extraordinario en la Corte, que también le falló en contra.
Pero el indulto termina de una vez con todos los pesares judiciales del abogado. En el texto, Duhalde asegura que para conceder el beneficio “se ha tomado en cuenta la pena aplicada que impide el ejercicio de su profesión a quien ha dado muestra de su abnegación y capacidad profesional en la investigación y esclarecimiento de casos judiciales de amplio dominio público”. Se refiere a la actuación de Vecchi durante la investigación del asesinato de Cabezas y el juicio oral posterior, que comenzó en diciembre de 1999.
En otro fragmento del decreto, Duhalde destaca “el papel protagónico que al encartado (por Vecchi) le ha tocado jugar en la causa judicial abierta por la muerte de José Luis Cabezas, donde fue sometido a un indudable acoso judicial para evitar su labor”. Y recuerda que durante el crimen “el suscripto se desempeñaba como gobernador de la provincia de Buenos Aires”. También añade que, en la investigación del delito, “el doctor Vecchi obró con profesionalismo y patriotismo pese a los peligros que ello implicaba”.
Pero más allá de las referencias al caso Cabezas, el indulto concedido a Vecchi se debe a su actuación como abogado de la familia Céspedes. En ese juicio, del fuero civil, su gestión fue discutida no sólo por sus ex clientes sino también por Carlos Cardozo, un abogado que fue su socio en aquellos años. Vecchi y Cardozo fueron los abogados de los Céspedes en una demanda por daños y perjuicios. Pidieron una reparación por el accidente en el que murió la madre. Ganaron el juicio y una indemnización de la compañía de seguros La Buenos Aires para los familiares de la víctima, que sumaba 269.500 pesos.
Pero al poco tiempo, el marido de la mujer accidentada, Martín Céspedes, denunció que Vecchi había depositado sólo 131 mil pesos, más 68.500 por las gravísimas heridas que habían sufrido los dos hijos del matrimonio. Faltaban 70 mil pesos, que se habían repartido Vecchi y su socio. Años después, en el juicio oral por “estafa”, Cardozo aseguró que el hoy indultado había intentado cubrir sus ganancias diciendo que la suma de laindemnización era de 200 mil pesos, en vez de los 270 mil originales. Después de apropiarse de los 70 mil, Vecchi habría querido cobrar sus honorarios, iniciando una ejecución de los mismos que congeló los fondos depositados para la hija de la víctima, que había quedado paralítica.
Por este episodio, Vecchi no podría actuar más como abogado. Con la decisión de Duhalde, un viejo conocido suyo (ver aparte), podrá seguir recorriendo pasillos de Tribunales.