EL PAíS › LA RELACION VECCHI-DUHALDE Y EL CASO YABRAN
Un aliado del gobernador
Por Martín Piqué
El indulto lo volvió a poner en los primeros planos, pero Alejandro Vecchi no es un desconocido: está en las tapas de los diarios desde mediados de 1997, cuando se convirtió en el abogado de los padres de José Luis Cabezas. Su figura está asociada a la investigación del asesinato, a la instrucción que comandó el juez José Luis Macchi y al juicio oral a cargo de la Cámara de Apelaciones de Dolores. En aquel largo periplo judicial, Vecchi identificó a Alfredo Yabrán como el ideólogo e impulsor del crimen, y eso lo llevó a acercarse al entonces gobernador de Buenos Aires. Se convirtió en un asiduo visitante de Eduardo Duhalde, con quien se reunió varias veces para intercambiar información del caso. Allí parece haber nacido una relación de mutua fidelidad.
Unos días después del asesinato de Cabezas, Duhalde pronunció una frase que quedó registrada para siempre: “Ese cadáver me lo tiraron a mí”. Su sospecha no se pudo comprobar, pero Duhalde se metió de lleno en la investigación del crimen. Apoyó al juez, designó al comisario Víctor Fogelman para que liderara la instrucción y se interesó personalmente por el avance del caso. Así, varias veces se reunió con el abogado de la familia Cabezas, que no era otro que Alejandro Vecchi, el mismo que el viernes recibió el indulto presidencial.
En la etapa de instrucción ya se habían perfilado dos hipótesis acerca del asesinato: la más extendida sospechaba de Yabrán –ése a quien la novia de uno de sus hijos apodaba “Papimafi”–, Gregorio Ríos y el resto de sus fuerzas de seguridad, compuestas por ex represores de la ESMA. En esta línea se anotó desde un principio el gobernador Duhalde y también Vecchi. Según el abogado, el móvil de crimen fue que Cabezas puso en crisis los oscuros negocios de Yabrán, al revelar su rostro, hasta entonces desconocido. “Se probó que para Yabrán una foto era como pegarle un tiro en la frente”, dijo Vecchi en el juicio oral.
La carga contra Yabrán no resultó gratis. En 1998, sus abogados idearon un plan para vengarse de quien consideraban su principal enemigo: Duhalde, y por extensión, el abogado Vecchi. Jorge Sandro, defensor de Gregorio Ríos, concibió la ofensiva junto con su colega Pablo Argibay Molina. La situación de Vecchi presentaba un flanco débil. En aquel momento, el abogado de los padres de Cabezas ya había sido denunciado por “estafa” por la familia Céspedes. Y los hombres de Yabrán intentaron aprovecharlo.
En mayo de ese año, Argibay Molina aseguró que Yabrán le había pagado 100 mil pesos a Vecchi para que no lo complique más en la investigación. Como prueba de la extorsión, Argibay distribuyó un acta notarial donde constaba que un supuesto señor Reyes había recibido 100.000 pesos de Leonardo Aristimuño –representante de Yabrán– para entregárselo a Vecchi. Luego, el propio Yabrán reforzó la acusación con un escrito. El abogado de los Cabezas enfrentó la denuncia. “Es todo una gigantesca mentira destinada a desprestigiarme”, descargó por entonces a Página/12. Fue la primera vez que su nombre fue centro de una polémica.