Miércoles, 9 de diciembre de 2009 | Hoy
EL PAíS › DESPUéS DE 24 DíAS FUERON ENCONTRADOS LOS CUATRO CADáVERES Y EL AUTO, A VEINTE METROS DE LA RUTA POR LA QUE VIAJABAN A PERGAMINO
En una curva de la ruta 31, el auto habría dado varios vuelcos y los cuatro fueron despedidos. El lugar ya había sido rastrillado.
El misterio que durante 24 días rodeó a la desaparición de la familia Pomar llegó a su fin abruptamente en la tarde de ayer, cuando un Fiat Duna colorado apareció, dado vuelta, a metros de la curva Plazibat, en la ruta provincial 31. Eran las 17.30 cuando los rumores, que habían comenzado a circular con insistencia alrededor de las 16, fueron asumidos por el propio ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, quien, mientras se dirigía al lugar en helicóptero, confirmó que eran altísimas las posibilidades de que los cuerpos hallados a la vera del auto accidentado a menos de 10 kilómetros de Salto, fueran los de la familia Pomar. “Todo indica que se trató de un accidente de tránsito, que el auto no pudo superar una rotonda y siguieron de largo”, detalló entonces el funcionario. Con el correr de las horas, y cuando delegaciones policiales y bomberos de seis localidades aislaban la zona para permitir el trabajo de la Policía Científica, quedó confirmado que se trataba de Fernando Pomar, de 40 años, Gabriela Viagrán, de 36, y sus hijas Candelaria y María del Pilar, de 6 y 3 años. En la noche de ayer, personal policial y bomberos aguardaban a que terminaran las pericias para poder retirar los cuerpos.
En un paisaje de campos de sembradíos apenas interrumpidos por silos y semillares, el auto de los Pomar, al sufrir el accidente, quedó oculto entre los álamos y pastizales de un pequeño bosque, aproximadamente a 20 metros de la capa asfáltica. Eso, señaló Stornelli, explicaría que los rastrillajes realizados en la zona (supuestamente entre cinco y ocho) no dieron siquiera con indicios que permitieran sospechar que la familia más buscada desde mediados de noviembre yacía allí. Los cuerpos, de acuerdo con fuentes oficiales, se encontraban en avanzado estado de descomposición, y habían sido despedidos del coche, luego de que una mala maniobra provocara una salida brusca de la capa asfáltica, el vuelco y la ruptura del parabrisas. Se presume que el accidente sucedió el mismo 14 de noviembre en que las cámaras de las casillas de peaje de General Rodríguez, y Luján, registraron el paso del auto al anochecer; los investigadores estiman que el auto debe haber despistado alrededor de las 21.40, a una hora de viaje de Pergamino.
La ruta 31 divide dos sembradíos. De un lado, el que lleva de Pergamino a Buenos Aires, hay soja y un semillar cuyos propietarios, los Plazibat, dan nombre a la curva. A la vera de la mano que lleva de Buenos Aires a Gahan, el pueblo del partido de Salto que precede a Pergamino, en cambio, hay un trigal. Allí, entrada la noche, efectivos de la Distrital de Pergamino, la Departamental de Salto, Mercedes, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco y la policía rural de Gahan seguían custodiando los peritajes que la Policía Científica realizaba sobre los cuerpos y la escena de las muertes. En esa zona, el jefe de la Policía Bonaerense, Juan Carlos Paggi, afirmó a la tarde, cuando trascendían las primeras novedades, que “hemos hecho entre cuatro y cinco rastrillajes aéreos por el lugar, porque era una de las rutas de llegada a la ciudad de Pergamino”, hacia donde se dirigía la familia accidentada. Que las pesquisas no dieran con los cuerpos en estas semanas, advirtió Stornelli se debió a que “es difícil verlo (al coche) desde la ruta, desde adentro y también desde el aire. Acá no hubo fallas en el rastrillaje porque el rastrillaje (a cargo del comisario Oscar Ruiz, de la DDI de Salto) los encontró”.
La ruta provincial no tiene iluminación, banquina ni, al menos en el área del accidente, señalización (ningún cartel advierte sobre la curva). Sí tiene una capa asfáltica dañada en los bordes, y un nivel de tránsito alto, a pesar de no ser un camino principal de la zona. Al no estar concesionada, no cobra peaje, y permite cortar camino para llegar a San Juan y Mendoza, por lo que suele ser ruta de camiones y unos 80 micros de larga distancia cada día. Además, la ruta es camino obligado entre Salto y Gahan, ambas localidades agrícolas de fuertes vínculos comerciales pero también sociales: en el primer pueblo trabajan muchos habitantes del segundo y viceversa; al segundo, un lugar con menos de mil habitantes, acuden chicos de toda la zona para estudiar en el colegio agropecuario. Entre uno y otro, además, se encuentran radicadas plantas procesadoras de alimentos, silos y semillares. Hubo, señalaban ayer vecinos de Salto a este diario, accidentes en esa curva (que, afirmó un policía a este diario, divide jurisdicciones y deja el accidente bajo potestad de Mercedes), el más grave de ellos en agosto (murieron tres personas en un choque), pero a diferencia de lo sucedido con los Pomar, esos coches eran visibles desde la ruta.
El auto de los Pomar, en cambio, era imposible de percibir desde el asfalto. Por aproximadamente doscientos metros, entre la ruta y el trigal no se ve más que pastos de metro y medio de altura y álamos de 30 metros. Fue allí, en la hondonada que, en realidad, es una alcantarilla profunda, donde apareció el Fiat Duna colorado. ¿Cómo sucedió todo? El coche “se despistó, pegó en dos alcantarillas y en el segundo golpe se desprendieron el parabrisas y varios de los artículos de la carrocería del vehículo. Los cuerpos salieron despedidos. Uno de los cuerpos se encontró a 41 metros del vehículo. El auto quedó ruedas para arriba y bajo la copa de un árbol”, resumió Stornelli. El accidente, indicaron los investigadores, podría haber sido provocado por una distracción de Pomar, o bien porque se hubiera agachado a buscar algo. Anoche no había sido encontrado aún el perro que llevaba la familia: presumiblemente su cuerpo estaría bajo el auto.
La aparición del coche y los cuerpos puso fin a 24 días de especulaciones y búsquedas prácticamente a tientas. Desde la desaparición, el 14 de noviembre, de Pomar, Viagrán y sus niñas, la inexistencia de indicios y pruebas, amén de los videos de las casillas de peaje, llevó a tejer todo tipo de hipótesis. Se barajó la posibilidad de que hubieran sido víctimas de un secuestro extorsivo, aun cuando sus parientes no habían sido contactados por presuntos secuestradores. Se especuló sobre un final trágico acaecido tras una crisis familiar, previamente a lo cual se había procedido a un examen público de las relaciones de pareja entre marido y mujer. Se especuló, también, con una posible huida del país, a causa de deudas y problemas financieros. La búsqueda llegó a sumar operativos en Mendoza y Córdoba, además de requerir el secuestro de las computadoras que la familia tenía en la casa, en un intento de dar con datos del disco rígido. En la noche de ayer, por disposición de la fiscal de Pergamino Karina Pollice y la procuradora general María del Carmen Falbo, se esperaba el traslado de los cuerpos a la Morgue Judicial de Lomas de Zamora para realizar las autopsias.
Informe desde Gahan: Mariana Seghezzo.
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