Jueves, 25 de febrero de 2010 | Hoy
EL PAíS › EN EL SENADO, LA OPOSICIóN NO CONSIGUIó LOS 37 VOTOS NECESARIOS PARA SOSTENER LA SESIóN ANTE LA RETIRADA OFICIALISTA
La ausencia de Menem dejó a las fuerzas opositoras con treinta y seis senadores. Tras la elección de las autoridades de la Cámara, el oficialismo dejó el recinto y la oposición no pudo aprobar el reparto de las comisiones. Ahora continuarán las negociaciones.
Por Sebastian Abrevaya
A las 17.01 el kirchnerismo se levantó de sus 32 bancas en el Senado. Minutos antes lo habían hecho sus tres aliados, los dos senadores fueguinos y el neuquino. Y así, después de haber votado por unanimidad las autoridades de la Cámara alta y permitido la jura pendiente de una senadora, el Frente para la Victoria abandonó el recinto y le dejó a la oposición el sabor amargo de no haber concretado la paliza que venía prometiendo desde hace varias semanas. La ausencia del ex presidente Carlos Menem dejó disminuidos a los opositores, que contaron entonces con 36 senadores, uno menos de los necesarios para alcanzar el quórum e imponerse en la votación. “Veníamos a perder, veníamos engañados porque decían que tenían los 37 para llegar al quórum. Pero 36 senadores no les dan derecho a tener mayoría en todas las comisiones. Nos vamos a retirar y proseguir con las negociaciones”, sentenció el titular del bloque K, Miguel Pichetto, un segundo antes de iniciar la partida. “Mañana, la semana que viene, en dos semanas o cuando sea, nos vamos a sentar los 37 y vamos a votar nuestra propuesta”, respondió, ya sin el oficialismo presente, el titular de la bancada radical, Gerardo Morales, mientras el resto de los opositores mascullaba bronca.
El faltazo del senador Menem fue el ingrediente que le permitió al kirchnerismo aprovechar las falencias del variopinto armado opositor. “Nosotros tenemos 35 y ellos tienen 36. Si tienen mayoría, que vengan y voten”, desafiaba una fuente oficialista. Lo cierto es que el riojano nunca abandonó su provincia y su paradero ya empezaba a convertirse en un misterio, aun antes de la sesión de ayer. Trascendió que no respondía los llamados de su ex compañero de fórmula, el salteño Juan Carlos Romero, ni del puntano Adolfo Rodríguez Saá, líder de los peronistas disidentes. “El que tenía que hablar con él era Adolfo”, aseguró un cacique radical, iniciando el pase de facturas por la frustración opositora. Según trascendió, pasado el mediodía Menem debía encontrarse con Rodríguez Saá en el Congreso. “Menem no responde a la conducción de ninguno de nosotros. Esto es un acuerdo”, aseguró Romero a última hora de la noche, mientras mostraba un correo electrónico de un asesor de Menem que avalaba la propuesta opositora. Y agregó: “El nos dijo que viajaba”.
Fuentes parlamentarias recordaron las declaraciones de Pichetto, días atrás, en las que había dicho que la oposición no contaba con 37 votos y sugerido que en la sesión de ayer podía haber una “sorpresa”. Aunque Pichetto desmintió cualquier contacto con el ex presidente, desde la oposición deslizaban que se podía tratar de un acuerdo para que Menem logre impunidad en las múltiples causas judiciales que afronta. También se dudó del estado de salud del riojano. Su sobrino, Adrián Menem, sostenía ayer que el ex presidente se hará presente en la sesión del próximo miércoles, algo que no fue confirmado. Ahora continuarán al menos una semana más las negociaciones de un lado y del otro para juntar el número clave. Los opositores buscarán contactar a los tres aliados oficialistas y el kirchnerismo anticipó que volverá a contactar a Verna y también a Menem. Con este panorama, el 3 de marzo se volverán a medir oficialismo y oposición, cuando se convoque a retomar la votación. En medio, el lunes, la Presidenta dará por iniciadas las sesiones ordinarias del Congreso ante la Asamblea Legislativa.
Todo había comenzado con una reunión de bloques a las 12. Oficialistas y opositores habían decidido allí que en la sesión asumiese su banca Norma Morandini, se eligieran las autoridades por unanimidad e inmediatamente después se votaran las comisiones. Poco después de las 15, pese a todas las especulaciones, el oficialismo estaba sentado en sus bancas para iniciar la sesión. La senadora del PJ disidente Sonia Escudero izó la bandera y se le tomó juramento a Morandini. Estaban 35 a 36 y el oficialismo se levantó cuando vio que la oposición no tenía el número para votar sola. “No rompimos, lo que habíamos acordado fue sobre la base de los 37. Ellos le mintieron a la sociedad”, respondió el líder del FpV después de que los acusaran de traicionar el acuerdo alcanzado al mediodía.
Los radicales se conformaron con tener a Cobos en la presidencia del Senado y prefirieron no forzar el escenario. Por eso se mantuvieron firmes en no respaldar la embestida del PJ disidente contra el kirchnerista José Pampuro, ratificado a cargo de la presidencia provisional. En la vicepresidencia primera quedó el radical pampeano Juan Carlos Marino y, a cambio, el PJ disidente consiguió las dos vicepresidencias siguientes, para Juan Carlos Romero y Roberto Basualdo. También por unanimidad se aprobó la continuidad del secretario parlamentario, Juan Estrada, y el prosecretario Juan José Canals. Además, se reemplazó al secretario administrativo, Jorge Tieppo, por el ex intendente de Río Cuarto Antonio Ríns, muy cercano a Cobos.
“Les recuerdo que el bloque del Frente para la Victoria tiene 32 senadores –arremetió Pichetto en su discurso final–. Todo lo que dicen del abuso de poder lo cargan sobre nosotros. Pero cuando deben poner el ejemplo, se quedan con todo. De las 25 comisiones, se quedan con la mayoría en todas.”
El reclamo oficialista de “racionalidad” consiste en que les concedan ocho de los quince miembros en “siete u ocho comisiones de gestión”, como Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda o Acuerdos. “Incluso en Asuntos Constitucionales hay ocho opositores cerrados, ni siquiera alguien con quien se pueda consensuar. Con ese esquema de obstrucción, de no dejar gobernar, no podríamos por ejemplo designar al presidente del Banco Central”, aseguró Pichetto. Para dejar en claro su posición, concluyó: “Si no tienen el quórum, no tienen la mayoría, y si no tienen la mayoría, no tienen derecho a tener mayoría en todas las comisiones”, sintetizó el rionegrino. Por el momento, la estrategia K busca retomar el diálogo con algunos senadores para convencerlos de que voten a favor de que el oficialismo tenga mayoría en las comisiones de gestión.
La propuesta opositora, que lleva 36 firmas, apunta a obtener la presidencia de trece comisiones y ocho miembros en el total de 25. Según argumentó Morales, encargado de transmitir la iniciativa, esa conformación “expresa un gran cambio, la nueva realidad política del 28 de junio, en la que no existe ningún poder absoluto”.
“Podemos bajar a discutir, pero no vamos a votar esa propuesta”, avisó el santacruceño Nicolás Fernández, del FpV. Mientras se mantenga esta situación el Senado no podría funcionar normalmente, sin la constitución de las comisiones todos los proyectos se tratarían sobre tablas.
Los senadores del ARI de Tierra del Fuego, José Martínez y María Rosa Díaz, criticaron duramente a la oposición y a su vez se desmarcaron del mote de oficialistas. Lo mismo hizo previamente el neuquino Horacio Lores. Los tres cuestionaron al conglomerado opositor por no incluirlos en el armado de comisiones. “Quiero ratificar, más allá de los arbitrarios calificativos, nuestra independencia”, dijo Lores, y aseguró que fue “ignorado absolutamente” por la oposición y que por eso manifestó su “rechazo total a esta metodología”.
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