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“A nosotros como partido nos parece serio y responsable demostrar primero el crecimiento de dirigentes en todo el país, capaces de una gestión distinta y, a partir de ahí, comenzar a generar una construcción que demuestre que se puede cambiar.” Con estas palabras, Patricia Bullrich confirmó ayer su decisión de bajarse de la candidatura presidencial e insinuó la posibilidad de pelear la Jefatura del Gobierno de la Ciudad.
Aunque las versiones comenzaron a circular la semana pasada, la ex ministra recién confirmó ayer su cambio de planes. “Lo que nosotros decidimos es una estrategia electoral de Unión por Todos, una estrategia de construcción política, y a partir de ahora vamos evaluar en qué lugares el partido va a marcar una gestión distinta”, explicó.
Para justificar su decisión, Bullrich insistió con que su partido “es muy nuevo” y que no tiene chances de pelear de igual a igual con las grandes fuerzas políticas. “Creo que los más importante en este momento es construir algo diferente y sólido en todo el país”, explicó.
Aunque no lo dijo, hubo dos motivos que la llevaron a desistir de su candidatura. El primero, las dificultades para articular una alianza con Ricardo López Murphy: a pesar de los coqueteos, Bullrich nunca aceptó las condiciones del economista, quien finalmente terminó liderando una fórmula respaldada por un grupo de partidos provinciales. Pero, además, en la decisión de Bullrich pesaron las encuestas, que coinciden en que su intención de voto no supera el dos o tres por ciento.
De todos modos, la ex funcionaria tiene en mente pelear la jefatura del gobierno porteño como alternativa. Ayer adelantó que su partido presentará candidatos en diferentes distritos y localidades, pero prefirió no confirmar su postulación en la Capital. “No estamos todavía en condiciones de decirles exactamente quiénes, dónde y en qué lugar, nos vamos a presentar”, señaló.