Las más de cuatro horas de discursos en la madrugada de ayer no alcanzaron para dirimir la discusión sobre los DNU en la Cámara de Diputados. El conglomerado opositor logró –modificando el dictamen de la Comisión Bicameral de Seguimiento Legislativo– declarar la “nulidad absoluta e insanable” del ya derogado decreto 2010 que creaba el Fondo del Bicentenario. Elisa Carrió consideró que la decisión de la Cámara baja extiende su nulidad a los DNU 296 y 298 para utilizar reservas del Banco Central con el fin de pagar deuda. La líder de la Coalición Cívica reforzó su idea por la tarde: impulsó un dictamen en la Comisión de Presupuesto para declarar nulos ambos decretos. El jefe del bloque K, Agustín Rossi, salió al cruce de Lilita: “Sólo la ignorancia de las leyes nacionales y del reglamento de la Cámara permite suponer que puede anularse un decreto que no existe o que puede hacerse algo más que aprobar o rechazar un DNU en el Congreso”.

El debate fue extenuante, tedioso y abarcó aspectos muy técnicos que cruzaron artículos de la Constitución y el reglamento interno de la Cámara de Diputados. “Fue un debate del Colegio de Abogados, no un debate político”, admitieron oficialistas y opositores en la única coincidencia de la madrugada. Tampoco faltaron las más diversas interpretaciones sobre el alcance de la decisión.

Para Carrió, la Cámara baja bloqueó, con el rechazo del ya derogado DNU 2010, el contenido de los posteriores decretos anunciados por la Presidenta. “La nulidad insanable de todos los actos dictados por el Poder Ejecutivo para el uso de las reservas mediante decretos de necesidad y urgencia”, afirmó Lilita.

No es la misma conclusión a la que arriba el bloque K. “Sólo la imaginación de la diputada Carrió puede considerar un triunfo haber dedicado más de tres horas a debatir el rechazo de un decreto que ya había sido derogado por el Poder Ejecutivo y considerado inexistente por la Corte Suprema”, sostuvo Rossi.

Los argumentos se sucedieron de uno y otro lado. La mayoría alcanzada por el conglomerado opositor tomó una resolución que enardeció aún más el debate. La oposición modificó su propio dictamen en la Bicameral de DNU (cuando oficialistas y opositores tenían fuerzas parejas en la comisión) y reemplazó “el rechazo” al DNU 2010 por la declaración de “nulidad absoluta e insanable”.

Desde el oficialismo no faltaron respuestas: “Es una farsa rechazar un decreto ya anulado”. “Un dictamen producido en una las comisiones de la Cámara (Diputados) se puede modificar en el recinto, pero no un dictamen de una Comisión Bicameral, que incluye a diputados y senadores”. “Los dictámenes de la Bicameral deben tener el mismo texto para tratarlo en ambas Cámaras.”

Con 131 votos a favor y la abstención de 52 diputados oficialistas, los bloques opositores lograron imponer su objetivo. Pero Carrió volvió a la carga ayer por la tarde con la presentación de un proyecto de declaración en la Comisión de Presupuesto para “declarar nulo de nulidad absoluta el decreto de necesidad y urgencia 298 por falta de adecuación a los requisitos sustanciales establecidos constitucionalmente para su dictado, todo ello de conformidad con lo establecido por el Artículo 99 inciso 3 de la Constitución Nacional”.

Rossi también se refirió a la propuesta de Carrió. “Es un auténtico desatino someter a uno de los poderes del Estado a la voluntad de una dirigente interesada sólo en exhibir su presunta picardía política y además enorgullecerse de eso”, concluyó el santafesino a través de un comunicado.

La iniciativa impulsada por la Coalición Cívica y el peronismo disidente zanjó las diferencias opositoras, que habían presentado once proyectos diferentes que no habían podido unificar en la Comisión de Asuntos Constitucionales. De todas maneras, el proyecto –que desde la oposición afirmaron que tiene 19 firmas, que representaba la mayoría de los integrantes presentes ayer en la Comisión de Presupuesto– deberá pasar todavía por Asuntos Constitucionales y Finanzas. Todas ellas con mayoría opositora.

La reunión de la Comisión de Presupuesto, también estuvo cruzada por duras acusaciones, diferentes interpretaciones y hasta por los cálculos matemáticos. Para el kirchnerismo, el dictamen “no es de mayoría”, porque afirmaron haber contado con 20 diputados propios en el encuentro. Para la oposición, el oficialismo “tenía sólo 18 integrantes”.

Desde el oficialismo argumentan que lo que Lilita enarbola como un triunfo opositor, todavía deberá atravesar varios obstáculos. Entre ellos, su aprobación en el Senado, donde el conglomerado opositor ha mostrado más debilidades para construir mayoría propia. Sin embargo, nadie niega que esta batalla política también se dirima en la Justicia.