Si aún le quedan esperanzas de conseguir la anulación de la causa del espionaje, Mauricio Macri va a tener que probar suerte en la Cámara Federal porque ayer el juez Norberto Oyarbide rechazó su pedido para que se invalide la investigación. El jefe de Gobierno argumentaba que todo el expediente estaba viciado, dando por hecho que el llamado anónimo que lo originó lo había hecho un agente de la Secretaría de Inteligencia (SI). Pero el juez sostuvo que eso de ninguna manera está comprobado y que, aunque hubiera sido así, tampoco habría ilegalidad. Mientras tanto, los abogados de Macri siguen en busca de algún tribunal que revoque su procesamiento –ya confirmado en primera y segunda instancia– como partícipe de una asociación ilícita que pinchaba teléfonos, violación de la privacidad y falsedad ideológica. Con esa intención presentaron ayer un recurso de queja ante la Cámara de Casación Penal.

La causa de escuchas se originó después de que la hija de Sergio Burstein –de Familiares de las Víctimas del atentado a la AMIA– atendiera un llamado anónimo en el que una voz masculina la alertaba: “el teléfono de tu viejo que termina en 3107 lo tiene pinchado el Fino Palacios”. Burstein estaba de viaje. La madre de la chica hizo la denuncia, se abrió una causa judicial y se corroboró que el teléfono estaba intervenido por gestiones del espía Ciro James en combinación con el ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge “Fino” Palacios. Macri sostiene que la llamada anónima la hizo el agente de la SI (más conocida como SIDE) Hugo Alvarez, que estaba cometiendo un supuesto delito, el de revelar secretos. Su argumento es que aunque las escuchas ilegales hayan existido, si salieron a la luz a través de un medio ilícito eso derriba la causa.

Oyarbide firmó ayer una resolución en la que rechaza el pedido de nulidad, con esos fundamentos:

- No se pudo establecer, pese a las medidas de prueba hechas, quién hizo la enigmática llamada desde un locutorio a la casa de Burstein. No se corroboró que fuera ni Alvarez ni ningún otro agente. Alvarez, cuya foto había sido publicada por Clarín, declaró bajo juramento y dijo que él no fue. En base a las imágenes difundidas, la Gendarmería hizo un estudio comparativo con la filmación de las cámaras de seguridad del locutorio y concluyó que, si bien había algunas coincidencias morfológicas, no se podía afirmar que fuera la misma persona. Luego el magistrado le pidió a la SI más fotos de Alvarez para repetir la pericia, pero el organismo dijo que no porque sería violar la ley de inteligencia.

- Aun suponiendo que la voz en el teléfono hubiera sido Alvarez, u otro agente, Oyarbide explica que la denuncia penal no la hizo él. No se puede nulificar la denuncia que hizo la familia de Burstein.

- El llamado anónimo, según el juez, tampoco viola ningún secreto. Fue una forma de poner en conocimiento un delito que se estaba cometiendo. Además, mencionaba a Palacios, quien no integra ningún organismo ni tribunal que le diera facultades para hacer intervenciones telefónicas.

- Como sea, dice el juez, no se puede plantear ni aceptar la nulidad de todo un expediente en base a situaciones hipotéticas.

Ahora a Macri sólo le queda volver a insistir con la nulidad ante la Sala I de la Cámara Federal, que hasta ahora avaló la investigación de Oyarbide. La Cámara se negó a admitirle al dirigente PRO un recurso extraordinario para que Casación revise su procesamiento. Pero ayer, finalmente, sus abogados –Ricardo Rosental y Santiago Feder– se presentaron directamente ante ese tribunal, el de más jerarquía en el fuero penal que, en rigor, rara vez opina sobre procesamientos, a menos que el imputado esté detenido o encuentre alguna arbitrariedad flagrante y gravedad institucional.