EL PAíS › CAMAñO TROMPEó A KUNKEL CUANDO LA COMISIóN DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES IBA A VOTAR SOBRE LAS SUPUESTAS PRESIONES

Golpe a golpe, las denuncias van al archivo

Camaño buscaba la manera de dilatar la definición de la sesión. La mayoría de los diputados de la comisión concluyó que las denuncias de Carrió, Hotton y Alvarez sobre la sesión por el Presupuesto eran infundadas y debían archivarse.

 Por Miguel Jorquera

El escándalo terminó en escándalo. Después de seis horas de discusión por supuestas denuncias de “coimas” y “presiones” a diputados opositores para que voten a favor del presupuesto del Gobierno, Graciela Camaño clausuró el debate en la Comisión de Asuntos Constitucionales con una piña al diputado Carlos Kunkel. La diputada duhaldista que preside la comisión quiso evitar la derrota de la postura opositora encabezada por la Coalición Cívica y el PJ disidente y evitó que la mayoría de los legisladores dejaran plasmada su postura de archivar los pedidos de “cuestión de privilegio” presentados por Elisa Carrió, Cinthia Hotton y Elsa Alvarez. Al menos 19 de los 35 diputados que integran la comisión –FpV, GEN, PS, Nuevo Encuentro y la macrista Laura Alonso– desestimaron las denuncias por falta de pruebas y argumentaron que las supuestas presiones no constituyen delito. La UCR, en cambio, desestimó las denuncias de Lilita y Hotton y sólo proponía que quedara abierta la de su correligionaria Alvarez, “hasta que la Justicia se expida”. Con 18 firmas, los legisladores del oficialismo emitieron el dictamen para el archivo de las denuncias pero Camaño no lo aceptó.

Privilegios

La reunión de comisión comenzó al filo del mediodía con las exposiciones de las denunciantes que pidieron una “cuestión de privilegio”. “Quiero que me tome juramento, señora presidente”, arrancó Carrió dirigiéndose a Camaño como si estuviera frente a un estrado judicial. No hizo falta que jurara pero como anticipo prometía una declaración explosiva. Sin embargo, Lilita se limitó a una crónica de su día durante la extenuante sesión del miércoles 10 que terminó con las denuncias.

“Mi postura es para proteger a la Cámara de la corrupción”, sentenció Carrió aunque advirtió que “los actos de corrupción no necesariamente son delitos penales”. Pero no volvió a repetir las denuncias de “la Banelco de Cristina” ni “los mensajes de texto del jefe de Gabinete” que habían lanzado en los días previos. Tampoco aportó pruebas ni nombres propios.

Pero en su crónica deslizó sospechas sobre el Gobierno y el resto de la oposición, apuntándole al radicalismo y especialmente al alfonsinismo. Destacó la “valentía” de Hotton, a quien instó que hiciera pública su denuncia, en acuerdo con el bloque de la CC, para “romper la regla de la oferta de la corporación política”. Después Carrió abandonó la reunión.

“No sólo se trata de mejorar tus proyectos, estructura y contratos. De eso y mucho más. ¿Y si te ausentás? Siempre hay una complicación familiar, nadie se va a dar cuenta”, afirmó Hotton, casi quebrada en llanto, que le dijeron el miércoles por la noche por teléfono. Aunque ante la inminencia de la réplica, tuvo que admitir que en verdad fue ella quien hizo la llamada. Sin embargo la diputada evangelista, cercana a Julio Cobos, dijo que no iba a dar nombres y entregó a Camaño un sobre lacrado con una copia de su declaración espontánea ante la jueza federal Servini de Cubría.

Con el sobre en la mano, Camaño preguntó a los diputados si querían que la leyera. Las manos se levantaron como un resorte. En la declaración judicial, Hotton hacía el mismo relato y mencionaba a Patricia Fadel, como la diputada oficialista con la que mantuvo la comunicación.

A su turno, la radical santacruceña Alvarez contabilizó cuatro llamadas el miércoles de la sesión. La primera del “Bochi (José) Granero”, titular del Sedronar, a quien conoce de la provincia. Luego la del intendente de su pueblo, Puerto San Julián, Nelson Gleadell, que le advertía que sin Presupuesto se caían obras para su localidad. Le contestó que no votaría a favor. Después del secretario del ministro Julio De Vido, con quien no habló. Y la cuarta, nuevamente de Gleadell, quien intentó sin suerte comunicarla con De Vido. Pero Alvarez dijo que no tomó los llamados como presiones y aseguró que no hubo ofrecimientos de ningún tipo. Aunque sostuvo que le provocaron “una grave perturbación en el ánimo”.

Réplicas

“Los años de cárcel de muchos de mi bancada y desapariciones no se merecen esto, con discursos de ética, moral y religión sin acusación concreta ni fundamentos”, sostuvo el diputado kirchnerista Alejandro Rossi. “Con este circo escandaloso –agregó– han logrado estar una semana en la tapa de los medios. Pero la CC antes de levantar ese dedo acusador contra nosotros tiene que limpiarse el culo y lavarse la boca”.

Patricia Fadel, señalada por Hotton, reivindicó sus 27 años de “trabajo político” y afirmó que no toleraría que se manche su nombre. “Recibí un mensaje de texto que no respondí. Luego, un llamado del mismo teléfono, que atendí y era Hotton. Eran las once de la noche y resultó extraño, cuando faltaba poco para votar. Estaba fuera del recinto con otros diputados de mi bloque contabilizando votos, por eso le pregunté por su posición”, dijo Fadel dejando en claro que fue Hotton quien la llamó para pedirle apoyo para un proyecto propio.

La sospechas que desparramó Lilita sobre el arco opositor, obligó a todos los bloques a justificar su postura sobre al Presupuesto. Para el radical Ricardo Gil Lavedra “las denuncias de Carrió están basadas en hechos falsos” y son “un agravio innecesario”. “Carrió hablaba del Presupuesto como un acto criminal”, señaló Ricardo Alfonsín. “No sé si llamadas son delitos o no. Si tienen que denunciar algo ilegal que lo hagan en la justicia, En todas las leyes se dialoga, es normal”, agregó.

“Según un trabajo de Transparencia Internacional corrupción es el uso de recursos públicos. Negociar obras en el presupuesto es regla de la democracia”, dijo la macrista Laura Alonso y sostuvo que su ausencia se debió a diferencias políticas en su bloque. Federico Pinedo admitió que las “ausencias que no pude explicar” en el recinto se debían a su interna. “No se atacaron fueros ni privilegios”, dijo Vilma Ibarra, de Nuevo Encuentro, para luego afirmar que no existe la política sin presiones. Como muchos otros, Ibarra recordó también las presiones de los ruralistas durante la 125 y de la Iglesia en contra del matrimonio gay o, actualmente, de los empresarios por el proyecto para el reparto de ganancias. “Para eso tenemos fueros e inmunidades”, señaló.

“Esta reunión es escandalosa y bochornosa”, dijo Margarita Stolbizer antes de afirmar que “el valor del impacto emocional es subjetivo” y pedir el archivo de los tres pedidos de privilegios, porque no había denuncias concretas. La socialista Mónica Fein se sumó a su propuesta de Stolbizer, a la que también se plegó el oficialismo.

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La peronista disidente Graciela Camaño y el cívico Adrián Pérez durante la sesión de ayer de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Imagen: Bernardino Avila
 
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