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Misceláneas
Alvarez, Balestrini y Alak, o la diplomacia mosquetera. Menem teme ir a Viña del Mar. Enrique Rodríguez, sin salida. Salvi, salidor.
Ex futbolistas en una boleta del PJ porteño. Varela Cid en Miami. Charly García y un guiño a Menem. El chiste de Internet.
Por Diego Schurman *
Amores que matan
Evidentemente, acompañar a Néstor Kirchner en la fórmula oficial es un deseo irrefrenable. Y eso se nota, en especial, en los gestos y movimientos que en privado realizan Juan José Alvarez, Alberto Balestrini (foto) y Julio Alak. Los ex Tres Mosqueteros –conocidos así por la sociedad política que armaron en la provincia de Buenos Aires– están detrás del mismo cargo y pierden los modales cuando en privado uno habla del otro. Claro, tienen oficio, y en público el trío es más diplomático que el Príncipe de Gales. Y a veces hasta exageran y se tiran flores. Basta con recordar, durante el congreso partidario de Lanús, cuando Alvarez, desde un balcón, le gritó al intendente de La Matanza: “Balestrini conducción”. Y éste, atento como galán de telenovelas, le respondió guiñándole el ojo. Touché.
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Invitación
Su matrimonio con Cecilia Bolocco y el tratamiento de inseminación artificial para tener un hijo le permitieron cotizarse en Chile. Tanto, que la última semana hubo contactos para que estuviera presente en un clásico de los festivales de la música: el de Viña del Mar. Este año cantarán allí algunos conocidos suyos, como Charly García y el grupo Maná. El primero le dedicó un disco de edición limitada –”Charly & Charly en Olivos”–; con el grupo mexicano compartió un suculento asado en la casa de Armando Gostanian. Pero ni así Carlos Menem garantizó su presencia. Por ahora prefiere seguir de cerca la pelea interna del PJ. ¿Miedo a que lo chiflen?
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En el medio de mi pecho...
El tipo de cambio habrá sido una excelente excusa. Que los pasajes están caros, que la comida sale el doble, que... en fin... ¡¡¡no hay nada como la República Argentina!!! Pero la verdad es que Enrique Rodríguez, el ex ministro menemista que reviste en las filas de Adolfo Rodríguez Saá, tiene prohibido traspasar las fronteras por una vieja causa en la que está involucrado junto a otros ex directivos del Banco Patricios. Mire qué lindo es mi país paisano.
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Cambio, cambio
El que evidentemente no encuentra excusas para quedarse en el país es Oscar Salvi, el abogado defensor de Carlos Menem en la causa armas. Amante de los viajes –el año pasado se lo vio en Estados Unidos festejando el subcampeonato de la selección argentina de básquet–, se lo vio en los últimos días disfrutando de una regias vacaciones en Australia. Nadie sabe si es admirador de los canguros, pero evidentemente es tan o más inquieto que éstos. Ah, ¿financiará su viaje con lo que cobró del ex presidente por honorarios profesionales?
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Hola Susana
El Electroland de Miami es asiduamente visitado por políticos argentinos. Pero a quien vio entrar un desprevenido turista en el paraíso de la electrónica de la calle Flagger fue a Susana Giménez. La diva de la TV llegó con un vetusto fax, preocupada por un desperfecto que terminó siendo simplemente falta de tonner. Pero el murmullo por el supuesto impacto que la devaluación hace en ricos y famosos –que hasta cometen la osadía de ir a reparar personalmente sus artefactos– fue rápidamente silenciado: antes de despedirse, “Su” se llevó una coqueta palm con microfilmadora incluida. El valor del “chiche” dejó a varios de los curiosos en estado de ¡¡¡shock!!!
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Desesperados
El peronismo porteño ya no sabe qué hacer para levantar cabeza. El distrito le es históricamente adverso y por eso apela a figuras del deporte que puedan aportarle los votos que no consigue de otra manera. Como botón de muestra está el armado de la lista que están motorizando los sindicalistas Daniel Amoroso y Omar Viviani, quienes ya incluyeron entre sus integrantes a dos viejas estrellas futbolísticas: Juan Carlos “El Chango” Cárdenas, el dueño del zapatazo más recordado por los hinchas de Racing, y Victorio Nicolás Cocco, conocido por aportar experiencia y goles a Los Matadores de San Lorenzo.
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¿Dónde está el piloto?
Ocurrió en el sur de Miami, en las canchas Silver del Doral Resort, al finalizar el torneo de golf organizado por el “Chino” Vicente Fernández a beneficio de Aldea Bariloche. Los invitados ya habían depositado los 150 dólares para el “green fee” y miraban curiosos la presencia de Jorge Romero Vagni, un ex del grupo Soldati, y Enzo Francéscoli, el formidable número 9 de River. Pero no se percataron de que un chico se subió raudamente a un carrito de golf y comenzó a arrasar sombrillas y sillas hasta que uno de los organizadores del evento logró detener la marcha del pequeño Chucky.
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Malandras
“No me perdonan mi heterosexualidad”, dijo en los ‘90, cuando lo sancionaron en el Congreso por un presunto pedido de coimas, en una manera poco feliz de endilgar a sus detractores –Miguel Angel Toma y José Luis Manzano– la condición de homosexuales. Pero el tiempo pasó y Eduardo Varela Cid ahora optó por el bajar el perfil, aunque no su nivel de vida. Al menos así lo comentan varios testigos que lo vieron en Miami comiendo sin freno en Giorgio, un restaurante de “la pequeña Argentina”, en 71 y Collins, que suele atender Arsenian, kinesiólogo de River durante la etapa de Rubén Américo Gallego.
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Gracias Internet
Otra vez, la web nos ofrece chistes sin pedirnos nada a cambio. Esta vez en formato de carta. Aquí va la epístola:
Querido Papa Noel:
Como el año pasado surgieron algunos problemas de interpretación cuando te pedimos “un presidente con cabeza” y nos trajiste a Duhalde, este año te queremos aclarar que:
1) si te pedimos “un presidente que se meta la Argentina en el bolsillo” no nos referimos a Menem;
2) si te pedimos “alguien con una mirada diferente”, no nos referimos a Kirchner;
3) si te pedimos “alguien que le dé importancia al peso”, no te estamos pidiendo a Elisa Carrió;
4) si te decimos que queremos a “alguien que tenga una carta en la manga” no te estamos pidiendo a De la Sota;
5) si te pedimos a “alguien que ponga primera para que arranquemos de una buena vez” no nos referimos a Reutemann.
* Colaboró Fernando Cibeira.