El Colegio Nacional de Buenos Aires terminó un año conflictivo de la peor manera. Su rectora interina, Rosa del Aguila, decidió cesantear a 27 docentes y empleados administrativos, entre ellos a los dos delegados de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y al delegado de la Asociación de Profesores del colegio. El gremio docente se declaró en “estado de movilización y asamblea permanente”, irá el lunes 3 de enero a la Justicia laboral para reclamar por los fueros de los delegados de los profesores y amenazó con no iniciar el ciclo lectivo 2011 si no se reincorporan a todos los despedidos. Los docentes consideran que Del Aguila “hace el trabajo sucio” y “le limpia el camino” al rector designado por la UBA, Gustavo Zorzoli, quien recién asumirá los primeros días de febrero: “Cuando fue director de Educación Media de la Ciudad –durante la gestión de Aníbal Ibarra–, siempre se mostró en contra de la actividad gremial y en especial en contra de la UTE”, sostuvieron los dirigentes sindicales a Página/12. “Zorzoli no cuenta con el respaldo de la comunidad educativa del colegio”, sentenciaron. “Francamente es escandaloso ver cómo individuos a los que denuncié ante el rectorado y la Oficina Anticorrupción fueron protegidos por las autoridades de la UBA, e impulsores no sólo de mi destitución sino también de esta nueva conducción que se pone al frente del colegio en febrero”, aseveró la ex rectora Virginia González Gass, desplazada por el rectorado de la UBA. Desde la lista Asamblea de Graduados –de representación mayoritaria en el Consejo Escolar resolutivo del Buenos Aires– también se oponen a los despidos y afirmaron que “esta acción busca dos efectos: el primero, comenzar el recorte presupuestario exigido por el Rectorado de la UBA. El segundo, efectuar una serie de ‘despidos ejemplares’ para así alejar a los docentes y no docentes del colegio de la participación política por miedo a perder sus respectivos empleos”. El Colectivo Docente del CNBA –que impulsó mayoritariamente pero sin suerte la designación del profesor Carlos González como rector– también interpretó los despidos “como una medida con una evidente finalidad disciplinadora, que anticipa el perfil de la próxima gestión”.