El juez federal Norberto Oyarbide no autorizó al ex secretario de Transportes Ricardo Jaime a viajar a Brasil. El ex funcionario, procesado por “dádivas” e imputado por presunto enriquecimiento ilícito, había pedido permiso para salir del país con el fin de concretar un trabajo de auditoría con una empresa brasileña. El magistrado no se lo concedió porque consideró que podría llegar a entorpecer el curso de la investigación.

Jaime fue procesado por el juez Oyarbide por “dádivas” por haber recibido las garantías y los pagos de alquiler de dos departamentos en los que vivió mientras fue funcionario nacional de parte de directivos de la empresa TEBA, la concesionaria de la terminal de ómnibus porteña a la que debía controlar. El mismo magistrado lo investiga también por presunto enriquecimiento ilícito y el ex funcionario sobrelleva un pedido del fiscal Carlos Rívolo para que explique a la Justicia cómo hizo para incrementar su patrimonio durante los seis años en que estuvo al frente de la Secretaría de Transportes.

Jaime no puede salir libremente de la Argentina porque en su momento Oyarbide le dictó un embargo preventivo sobre sus bienes y le prohibió abandonar el país sin su autorización. En diciembre pasado el juez había autorizado al ex funcionario a viajar también a Brasil –donde vive una de sus hijas y su hermano– para pasar allí sus vacaciones. Esta vez, en cambio, no le autorizó la salida. El abogado de Jaime, Andrés Marutián, apeló la resolución en contra de su defendido a la Cámara Federal y pidió que sea revocada.

El objetivo de Jaime ahora era realizar un trabajo de auditoría con una empresa brasileña. Para respaldar su solicitud, le presentó a Oyarbide un contrato de trabajo. También precisó que alquilaría una oficina y una vivienda para utilizar durante el tiempo que le llevara el trabajo.

Oyarbide consideró que el viaje de Jaime “podría entorpecer” un pedido de informes que realizó a un registro de propiedad de Brasil para constatar la titularidad de un inmueble. El magistrado cursó esa solicitud a las autoridades brasileñas en el marco de la causa por el presunto enriquecimiento ilícito del ex funcionario, en la cual se sigue investigando entre otras cosas si Jaime compró un avión Lear Jeat, valuado en cuatro millones de dólares, y un yate de un millón.

Jaime tiene además un procesamiento confirmado por la Cámara Federal también por el delito de dádivas, ya que habría aceptado viajes en avión a Brasil, Uruguay y Córdoba de parte de empresarios del sector a los que debía controlar. El procesamiento en primera instancia por ese tema se lo había dictado el juez federal Claudio Bonadío.