En su primer día tras renunciar a las aspiraciones presidenciales y oficializar que su destino será buscar un segundo mandato en la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri viajó al interior. Fue para darle un apoyo simbólico al candidato a gobernador de Santa Fe por el PRO, el humorista Miguel Del Sel, a quien el cambio de planes de la única figura con proyección nacional en ese partido lo dejó desamparado en su territorio. “El PRO va a seguir con mucha actividad en los próximos meses y buscaremos quién nos represente mejor en octubre”, prometió el jefe de Gobierno porteño. Ni lerdo ni perezoso, Eduardo Duhalde recogió el guante y aseguró que “la alianza lógica y natural” para el macrismo es con el espacio que él encabeza.

Aunque en un principio lo hacía con la idea de ser ungido candidato de la oposición, Macri todavía insiste con que abandonó la carrera presidencial para ser un “instrumento para lograr la unidad nacional”. Lo que no está claro es quién encabezaría un acuerdo de esas características, ahora que él optó por no arriesgar su capital político en una contienda desigual contra Cristina Fernández. “Buscaremos quién nos represente mejor en octubre y defienda los valores democráticos que creemos el kirchnerismo ha puesto en peligro sistemáticamente en los últimos tiempos”, anunció ayer Macri, desde Santa Fe.

Atento, el ex presidente Duhalde salió pronto a tender lazos para tratar de atraer al PRO bajo el paraguas de su candidatura presidencial, que relanzó el viernes bajo el sello de Unión Popular. “La alianza lógica y natural es la que hemos tenido con el PRO”, aseguró y, de todas formas, precisó que “no está para nada hablado” el tema de las candidaturas. Con el otro socio “natural” que tiene Macri, Francisco de Narváez, las cosas están aún más complicadas: el candidato a gobernador de Buenos Aires está negociando con el radical Ricardo Alfonsín, al tiempo que la semana pasada fracasaron las charlas con el PRO para repartirse lugares en las listas legislativas a uno y otro lado de la avenida General Paz.

Todavía no está completamente descartado que terminen yendo todos juntos. Aunque en el radicalismo se dicen reticentes a acordar con Macri, a esta altura del partido ha habido tantas marchas y contramarchas que a nadie sorprendería un acuerdo en ese sentido. El jefe de Gobierno, que en un principio había dicho que estaba dispuesto a bajar sus aspiraciones presidenciales si mediaba un acuerdo amplio entre toda la oposición terminó declinando a la candidatura sin mediar esa condición. Pero no se resigna y le hizo un guiño a Ricardo Alfonsín, que había dicho que el dirigente porteño es su “límite”: “Si decidimos lo que queremos, en una sociedad en la cual hay más cosas que nos unen que las que nos separan, y si nos enamoramos del futuro, esto nos llevará a trabajar más unidos”, dijo.

Mientras, desde el kirchnerismo continuaron las críticas a la decisión de Macri de cambiar el escenario de su postulación. Ayer fue el turno del legislador Juan Cabandié, que aspira a acompañar en la fórmula a quien resulte elegido como candidato del Frente para la Victoria (ver página 6). “No sé cómo va a hacer para llevar a cabo su campaña”, sostuvo ante la consulta de Página/12. “Durante la campaña, la mayoría de la sociedad que todavía no se dio cuenta de que no hizo nada de lo que había prometido va a entender esto y va a apoyar al candidato de Cristina –completó–. Además, tiene muchos puntos de imagen negativa más que (Gabriela) Michetti y eso, en segunda vuelta, nos va a favorecer.”