El vicegobernador de La Pampa, Luis “Cacho” Ocampo, renunció a la viepresidencia del PJ provincial como muestra de descontento por la decisión del congreso del peronismo presidido por Rubén Marín que el miércoles resolvió bajar la lista de diputados que él encabezaba y aceptar la indicación de la presidenta Cristina Kirchner de apoyar la boleta que postula a María Luz Alonso, una militante de La Cámpora de 26 años. Sin embargo, todo indicaba que las muestras de descontento llegarían hasta allí y el senador Carlos Verna no cumpliría con la amenaza de separar su boleta de candidato a gobernador de la de la Presidenta en las elecciones del 23 de octubre.

Ocampo era el hombre de Verna para encabezar la boleta de diputados. Estaba previsto que compitiera en las primarias de agosto del PJ con otros dos precandidatos, aunque era amplio favorito. Pero Cristina Kirchner llamó a Marín el sábado pasado para explicarle que ése no era el acuerdo que ella había cerrado con Verna, quien supuestamente había aceptado que la joven Alonso fuera al tope de la lista. “Hubo un malentendido, fue una situación incómoda”, aceptaba ayer Marín. Culpó por el malentendido a un intermediario venido de Santa Cruz cuyo nombre no reveló.

Otro condimento de la trama pampeana es que Marín mantiene una añeja interna con Verna por el control del peronismo provincial. El congreso manejado por Marín, el miércoles a la noche, acató la decisión presidencial, bajó a los tres postulantes a diputados y anunció que apoyaba la candidatura de Alonso, quien se había inscripto por el Frente para la Victoria con la personería jurídica del Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y del Partido Humanista. La acompaña otra joven kirchnerista, Silvia Bersanelli, y el suplente es el humanista Juan Esponda.

El apoyo a estas candidaturas cayó como plomo en el ortodoxo PJ de La Pampa. El caso es que si no lo hacían Cristina Kirchner no iba a permitir que la boleta del PJ llevara su candidatura presidencial. “Era lo mejor para la provincia, no podemos vivir aislados”, explicó Marín. “Tomamos la decisión desde el raciocinio, no desde el sentimiento”, explicó el dirigente justicialista Sergio Zilloto. En cambio, Ocampo, embalado con su candidatura, no lo tomó con tanta filosofía y mostró su disgusto renunciando al PJ. Verna, ayer, se llamó a silencio, aunque desde su entorno ya no insistían con la amenaza de que separaría su candidatura a gobernador de la boleta de Cristina Kirchner.