EL PAíS
El efecto vice ya se va notando
Kirchner y Carrió consolidados por sus segundos, en un escenario todavia sin muchas ventajas.
Por Raúl Kollmann
Néstor Kirchner consolidó levemente su posición y la designación de Daniel Scioli como vice parece que le hizo extender un poco su ventaja. El otro que creció es Elisa Carrió que también dio a conocer su vice, Gustavo Gutiérrez, y con ello aumentó algo su voto. Ambos movimientos en el tablero parecen reflejar que el electorado no cambia mucho y sólo hay pequeñas modificaciones a raíz de alguna iniciativa, en este caso la designación de vices que parecen de un palo distinto a los de la cabeza de la fórmula. En los escenario de ballottage, también el oficialista derrota a sus contendientes, algo que tiene máxima importancia, ya que los ciudadanos perciben que nadie ganará en la primera vuelta. La única buena noticia para Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá es que ha bajado su nivel de rechazo. El riojano tenía hace dos meses más del 75 por ciento de gente que decía que no lo votaría en ningún caso y bajó ahora al 58.
Las conclusiones surgen de la encuesta realizada semanalmente por la consultora Ibope OPSM, que lidera Enrique Zuleta Puceiro. Ibope procesó esta semana 1100 entrevistas de todo el país y respetando proporciones por edad, sexo, nivel económico, regiones y tamaño de las localidades. La coordinación del trabajo estuvo a cargo de Isidro Adúriz y Julián Lisa. “La gente empezó a sentir que efectivamente hay elecciones en abril -apunta Zuleta–. Y percibe que nadie ganará en la primera vuelta por lo que vemos un fenómeno que es el doble voto. De entrada, por convicción. En la segunda vuelta voto estratégico, en función de apoyar una opción que tal vez no le guste, pero le importa. Todos estos fenómenos hacen que baje el voto en blanco y se reduzca el no sabe/no contesta”.
Desde el punto de vista de las estrategias, esto produce moderación y campañas menos violentas, porque nadie se quiere pelear en forma demasiado dura con un candidato cuyo electorado va a necesitar en el ballottage. “Todos pueden ser aliados en la segunda vuelta –sostiene Zuleta– por lo tanto nadie puede apuntar a la polarización. La elección de Scioli y Gutiérrez parecen marcar un camino de mayor equilibrio. En el santacruceño significó establecer distancia respecto del Gobierno, ya que no eligió un bonaerense. En la candidata del ARI, se buscó jugar más hacia el centro”.
Según los datos de Ibope, Menem venía subiendo lenta y sostenidamente en las anteriores semanas y en estos siete días parece haberse estancado. “A su favor juega el mito de su invencibilidad, algo que hoy en día no se refleja en nuestra encuesta, ya que no ha crecido y pierde en todos los escenarios de ballottage. Sí ha bajado el nivel de rechazo”, explica Zuleta. El trabajo reitera las enormes dificultades que tendrá la UCR para lograr incluso una votación mínima. Desde la victoria de Leopoldo Moreau en la interna, el radicalismo no supera siquiera el uno por ciento de los votos. Este fenómeno no se da en el país desde hace un siglo.
“Kirchner logra imponerse en todas las segundas vueltas –define Zuleta-. Su mayor diferencia la logra con Menem y lo más peleado es con Carrió. En su debilidad –perfil difuso, conformación todavía desordenada de sus apoyos– está acaso su mayor fortaleza, por cuanto no concentra mucho rechazo en una segunda vuelta que podría ser un plebiscito a favor o en contra del retorno de Menem a la Presidencia”. Lo concreto es que la elección del 27 de abril muestra hasta ahora casi la misma paridad que registra desde hace meses. Los cuatro candidatos que van al frente -Kirchner, Rodríguez Saá, Menem y Carrió. no se sacan ventajas definitivas y López Murphy todavía puede acercarse al lote. No faltan quienes creen que en las ocho semanas que quedan para la primera vuelta, la elección se va a polarizar y terminará siendo un River-Boca entre sólo dos de los candidatos. Los encuestadores no creen en esa variante.