EL PAíS › EL PARLAMENTO DE TURQUIA RECHAZO LA ENTRADA DE TROPAS ESTADOUNIDENSES AL PAIS
Cuando Bush quedó como turco en la neblina
Estados Unidos necesitaba a Turquía para establecer un frente norte contra Irak, y descargar 62.000 soldados sobre los dominios de Saddam Hussein. Para eso, había ofrecido una ayuda de 30.000 millones de dólares. Pero ayer, y de modo inesperado, el Parlamento turco rechazó la entrada .
A Estados Unidos se le complica el frente norte en su ofensiva contra Irak. El Parlamento turco ayer rechazó una moción gubernamental para autorizar el despliegue masivo de 62.000 soldados estadounidenses en el país, porque no obtuvo la adhesión de la mayoría absoluta de diputados presentes en la cámara. En total 264 diputados votaron a favor de la moción, 250 en contra y 19 se abstuvieron al término de un debate a puerta cerrada. El Parlamento volverá a reunirse el martes, según su presidente, Bulent Arinc, y el oficialismo debatirá hoy si se presentará una segunda moción al Parlamento. Y el frente diplomático tambaleó también: en Irak, bajo supervisión de Naciones Unidas, fueron destruidos ayer los cuatro primeros misiles iraquíes Al Samud 2, con lo cual EE.UU. perdió más terreno en un Consejo de Seguridad ya renuente a autorizar una invasión.
“La mayoría absoluta no fue alcanzada, por tanto no se pudo tomar una decisión. No es que haya sido aprobada o rechazada, sino que a falta de la mayoría necesaria no se ha decidido nada”, aclaró Arinc. La moción fue rechazada porque no recibió el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados presentes durante la votación, que era de 267 votos (del total de 550 escaños). Tras la votación, el opositor Partido Republicano del Pueblo (PRP), de boca de su vicepresidente, Mustafa Ozyurek, dijo que el Parlamento turco había tomado una decisión histórica y había actuado de acuerdo con la opinión pública turca, totalmente opuesta a la guerra. El texto sometido a los diputados comprendía permitir el estacionamiento de 62.000 soldados, 255 aviones de guerra y 65 helicópteros extranjeros en territorio turco, y autorizaba también al gobierno turco a enviar tropas a Irak en caso de que estallase una guerra. A cambio del permiso de estacionamiento de tropas y equipos en preparación de un ataque a Irak, el gobierno de Estados Unidos había prometido al de Turquía ayuda militar y económica y créditos por 30.000 millones de dólares.
El gobierno turco está pensando en organizar otra votación en el Parlamento sobre la autorización del despliegue de soldados estadounidenses en el país. El primer ministro Abdulá Gul declaró ayer que “el gobierno y el partido van a evaluar si hay que presentar o no una segunda moción” al Parlamento. Según fuentes parlamentarias, la moción, ligeramente modificada, será sin duda presentada de nuevo a la Cámara próximamente. En este sentido, Mir Mehmet Firat, diputado del partido en el poder, Justicia y Desarrollo (AKP), señaló que los dirigentes de su formación se reunirán hoy para decidir los pasos que deben darse a continuación y si la moción será de nuevo sometida al Parlamento. Por su parte, el portavoz de la embajada de Estados Unidos en Ankara, Joseph Pennington, declaró que “respetamos esta decisión, puesto que es un resultado democrático”. Pennington agregó que “las relaciones entre Estados Unidos y Turquía no se ven amenazadas”. Sin embargo, el Departamento de Estado norteamericano dijo ayer que aguardaba una “clarificación” de la decisión de los parlamentarios turcos.
En el marco de las inspecciones de desarme de Irak, el jefe de los inspectores de la ONU y director de la UNMOVIC, Hans Blix, había dado hasta el 1º de marzo a Irak para que comenzara a eliminar el centenar de misiles Al Samud 2 que superan los 150 km de alcance autorizados por Naciones Unidas. Los inspectores de armas de la ONU van a destruir un total de cien de esos misiles en poder del gobierno iraquí, informó ayer el portavoz del Ministerio iraquí de Información Udai al Taye. Después de que los inspectores de armas de la ONU confirmaran que el gobierno de Bagdad empezó a destruir sus misiles Al Samud 2 y aceptó el desmantelamiento de todos ellos en cuestión de semanas, el presidente norteamericano, George. W. Bush, insistió sobre la amenaza que representa el régimen de Saddam Hussein. Sostuvo que Estados Unidos representa “el avance de la libertad, la oportunidad y la esperanza del pueblo de Irak”.