Miércoles, 6 de julio de 2011 | Hoy
EL PAíS › OPINIóN
Por Héctor Timerman y Antonio Patriota *
El 18 de julio se cumplen 20 años de la firma del Acuerdo entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil para el Uso Exclusivamente Pacífico de la Energía Nuclear. A través de este acuerdo, la Argentina y el Brasil renunciaron conjuntamente al desarrollo, posesión y uso de las armas nucleares; afirmaron su compromiso inequívoco con el uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear y crearon la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (Abacc) para controlar los compromisos asumidos. Cinco meses después firmaron un acuerdo cuatripartito con la Abacc y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para la aplicación de salvaguardias totales en todas sus instalaciones nucleares.
Ese paso transformó sustancialmente el carácter de nuestra relación bilateral en el plano político. El tema nuclear dejó definitivamente de ser un punto de posibles suspicacias y se convirtió en un pilar central de la confianza y la cooperación en la relación estratégica entre los dos Estados de América del Sur, a través de un proceso negociador y una estructura jurídica sin precedentes en ninguna otra región.
La gran mayoría de los países del mundo adoptó los compromisos y controles internacionales en materia nuclear adhiriendo al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Nosotros iniciamos ese camino a través del acuerdo bilateral y del acuerdo cuatripartito, para luego sumarnos al Tratado de Tlatelolco (que transformó a América latina y el Caribe en una Zona Libre de Armas Nucleares) y al TNP. El Brasil y la Argentina estuvieron también entre los primeros países en firmar y ratificar el Tratado para la Proscripción Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT).
La creación de la Abacc representó la culminación en términos legales de un proceso de acercamiento iniciado por las recuperadas democracias de la Argentina y el Brasil con la Declaración Conjunta sobre Política Nuclear de Foz de Iguazú, en 1985. Al mismo tiempo, constituyó el punto de partida para la consolidación de una relación bilateral estratégica en un área central de la seguridad internacional.
En la Abacc, organismo independiente, las inspecciones a las instalaciones nucleares argentinas son llevadas a cabo por inspectores brasileños y las inspecciones a las instalaciones nucleares brasileñas son desarrolladas por inspectores argentinos. Esa dinámica ha generado por sí misma un elevado grado de confianza mutua sobre la naturaleza pacífica de sus programas nucleares. Igualmente importante es la plena confianza que el OIEA tiene en el trabajo de la Abacc. Los dos organismos actúan de forma independiente pero complementaria, buscando sinergias y evitando duplicación de esfuerzos. Desde esa visión de referencia nos posicionamos conjuntamente ante las diferentes cuestiones que plantea el debate de los temas nucleares. Tenemos muy clara la prioridad que la comunidad internacional debe atribuir al desarme nuclear, entre los esfuerzos para evitar la proliferación y construir un mundo más pacífico y seguro, sin la amenaza de armas de destrucción masiva.
Las recientes Declaraciones Conjuntas sobre Cooperación Nuclear del 3 de agosto de 2010 y del 31 de enero de 2011 muestran la amplitud y profundidad que ha alcanzado esa relación, y ratifican el compromiso de la Argentina y del Brasil en un camino conjunto. Estos pronunciamientos presidenciales destacan el carácter singular de la Abacc como fundamento de la cooperación bilateral en materia nuclear y como mecanismo de construcción de confianza mutua e internacional que asegura el control de todas las actividades nucleares de la Argentina y del Brasil. Al mismo tiempo, deciden que la Abacc debe ser constantemente perfeccionada y reforzada en sus funciones y objetivos.
En el año de su vigésimo aniversario, esta Abacc consolidada ha comenzado a participar con carácter de observador en las reuniones de la Junta de Gobernadores del OIEA, de la misma manera que lo hace, por ejemplo, la agencia europea Euratom. Asimismo, en una coincidencia histórica, hace menos de dos semanas el Grupo de Proveedores Nucleares (NSG), integrado por 46 países, estableció nuevos requisitos para la transferencia de las tecnologías más avanzadas en el campo nuclear y reconoció en ese acto, en una decisión sin precedentes, la pertenencia a la Abacc como criterio alternativo al cumplimiento del Protocolo Adicional del OIEA.
El significado de la experiencia argentino-brasileña en la promoción de la transparencia y la confianza mutua en el campo nuclear fue también reconocido en diversos documentos del OIEA y de las conferencias del TNP. Sirve así de ejemplo y fuente de inspiración para otras regiones del mundo, donde desafortunadamente la presencia de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva es todavía una realidad.
Celebrar a la Abacc es celebrar a la Argentina y al Brasil mirando al mundo desde su relación estratégica. Es celebrar nuestra vocación regional para la paz.
* Ministros de Relaciones Exteriores de la República Argentina y de la República Federativa de Brasil.
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