El juez federal Norberto Oyarbide prorrogó por un año la prisión preventiva para el sindicalista bancario Juan José Zanola, detenido y procesado como presunto jefe de una asociación ilícita que cometió estafas al Estado con medicamentos o los entregó vencidos o adulterados a los afiliados de la obra social bancaria. El juez tomó la medida ante el riesgo de fuga o entorpecimiento de la causa.

Zanola cumplió ayer dos años como detenido, al igual que su mujer, Paula Aballay, y la ex administradora de la Bancaria Susana Fionna, a quienes también alcanzó la medida dispuesta por Oyarbide. Además, el juez prorrogó por un año la prisión preventiva del titular de la droguería San Javier, Néstor Lorenzo, procesado también como supuesto jefe de una asociación ilícita que estafaba al Estado con el cobro de reintegros por tratamientos de alta complejidad nunca suministrados, o venta de remedios adulterados o vencidos a obras sociales. Zanola y los otros tres procesados fueron detenidos el 30 de noviembre de 2009 y desde entonces permanecen en prisión, con sucesivos rechazos a planteos de excarcelación, tras haber sido procesados por centenares de hechos atribuidos al accionar del grupo. La ley prevé dos años de máximo para la detención con prisión preventiva sin que haya sentencia firme, prorrogable un año más, algo que hizo Oyarbide, quien aún no envió a los detenidos a juicio oral, pese a que la Cámara Federal ya lo intimó a que culmine la etapa de investigación sobre esas personas. Oyarbide rechazó excarcelar a los detenidos por entender que podrían influir en el ánimo de testigos del caso que denunciaron amenazas, o en el curso de pesquisas relativas a la ruta del dinero del comercio ilegal de medicamentos.

Hace pocas semanas, la Cámara Federal le había ordenado al magistrado que justificara las razones por las cuales, a su entender, Zanola debía permanecer detenido. Para la Cámara, Oyarbide fue contradictorio a la hora de denegar la excarcelación a Zanola, su mujer y Fionna, ya que argumentó que podrían obstaculizar la investigación, pero a la vez advirtió que, una vez confirmada la última tanda de procesamientos del caso, enviaría ese tramo de la causa a juicio oral. Para los camaristas, si la causa en lo atinente a Zanola y otros en su situación está lista para el juicio oral, no habría “riesgo de entorpecimiento” con las liberaciones y, por eso, le ordenó volver a resolver sobre las excarcelaciones, concediéndolas o bien fundamentando mejor su rechazo. Así las cosas, Oyarbide fundamentó su decisión de que el sindicalista quede preso hasta que le llegue la hora de sentarse en el banquillo de los acusados.