Desde que –primero en las encuestas, luego en las primarias de agosto y finalmente en las elecciones generales– se fueron despejando las dudas y quedó claro que Cristina Fernández de Kirchner sería reelecta para un nuevo período presidencial, se sucedieron infinidad de rumores y operaciones acerca de cómo será la composición del gabinete que acompañará a la mandataria en su segundo mandato. En pocos meses se mentaron cambios en prácticamente todos los ministerios, reestructuración de varias carteras, se presagió la caída en desgracia de un puñado de funcionarios y la toma por parte de una o más facciones de una buena porción del poder público. Sin embargo, a diez días del 10 de diciembre, y sin novedades oficiales al respecto, todo parece indicar que los cambios efectivos serán unos pocos y se limitarán en su mayoría a reemplazar a las figuras que dejan su lugar por haber sido electos para otro cargo, más algún eventual recambio político. El equipo que saldrá a la cancha, como ya pasó en el 2007, será muy parecido al que está terminando el partido anterior.

“Sólo habrá cuatro o cinco cambios” en las primeras líneas, se animan a arriesgar hoy en día los que siguen de cerca el asunto, algunos de ellos interesados directos en el reparto. Con la tarjeta de este Prode imaginario en una mano, señalan que ese número coincide con los cargos a reemplazar por los miembros del gabinete que este año fueron designados en otro lugar por el voto popular. Se trata del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández (juró ayer como senador y encabezará la crucial Comisión de Presupuesto y Hacienda), y los ministros de Economía, Amado Boudou (vicepresidente electo), y de Agricultura, Julián Domínguez (fue electo diputado y suena para presidir esa cámara). A ellos se les suma el titular de la cartera de Salud, Juan Manzur, reelecto como vicegobernador tucumano, que sin embargo ya renovó su licencia como para seguir en el equipo de CFK post 10 de diciembre.

En los últimos días, sonaba la versión de que Domínguez haría lo mismo, declinando su lugar en el Congreso para continuar al frente de su cartera, pero ahora en el ministerio dan como un hecho que abandonará su oficina por un despacho en Entre Ríos 50 y que su reemplazante será el actual subsecretario de Pesca, Norberto Yahuar. En el entorno de este chubutense que trabajó fuerte para recuperar esa provincia de manos de Mario Das Neves (de quien llegó a ser ministro coordinador antes de que el saliente gobernador se alejara del kirchnerismo) aseguran que “no hay ninguna certeza”, dejando traslucir que ha habido sondeos al respecto. Cerca de Domínguez se habla en términos similares. Nadie, sin embargo, quiere dar nada por confirmado hasta que CFK no dé la orden.

En Economía se mantiene la incertidumbre. La Presidenta llevó a Boudou al viaje que realiza estos días en Venezuela y se supone que allí aprovecharán para decidir, entre ambos, cuál será su sucesor. De todas formas, aunque el futuro vice podrá opinar sobre quién llevará las riendas de la dependencia que encabeza hasta ahora, se descarta que la palabra final la tendrá Cristina Kirchner. Para reemplazar al jefe de Gabinete, que dejará su cargo luego de servir en el gabinete nacional durante casi diez años consecutivos a tres presidentes (un record), el favorito sigue siendo el ministro del Interior, Florencio Randazzo, lo cual abriría una nueva plaza a ocupar. Los nombres del secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, y del senador saliente por Santa Cruz, Nicolás Fernández, aparecen como candidatos para reemplazarlo.

En otro orden de cosas, luego de que ayer se confirmara la continuidad de Miguel Angel Pichetto al frente del bloque de senadores del Frente para la Victoria, aumentan las chances de que Agustín Rossi haga lo propio en la Cámara baja. Al menos él trabaja como si fuera a ser así. Mantiene reuniones con legisladores entrantes para coordinar tareas después del 10 de diciembre: ayer fue el turno del ex candidato a gobernador de Chubut, Carlos Eliceche.