EL PAíS › DUHALDE INICIO SU ULTIMA GIRA, CRITICADO POR SUS RIVALES
Desde Italia, vigilando la elección
Fin de semana en Roma, pero pegado al teléfono, mientras llueven los palos por su apoyo a la candidatura del santacruceño.
El viernes a la tarde, Eduardo Duhalde se subió al Tango O1 para hacer uno de los últimos viajes como presidente. Acompañado por su esposa Chiche, se preparó para entrevistarse con Juan Pablo II y el presidente del gobierno español, José María Aznar, emblemas contradictorios en el debate por la guerra en Irak. Aunque el viaje abarcará casi una semana, Duhalde seguirá con atención –teléfono satelital mediante– lo que suceda en la campaña electoral, que ya entró en su cuenta regresiva para el 27 de abril. Aunque ausente por unos días, ya probó su compromiso por fortalecer las chances de Néstor Kirchner, lo que ayer le valió varias críticas de los rivales del santacruceño.
Desde el menemismo, el encargado de cargar contra Duhalde por su respaldo a Kirchner fue el salteño Juan Carlos Romero. “Es una vergüenza que un presidente que no fue electo no conserve la dignidad que el cargo debería indicarle, que es ser prescindente. Estar por encima de las facciones, de las peleas, de las cuestiones políticas, y gobernar para todos los argentinos”, cuestionó. Con argumentos parecidos, también criticó a Duhalde la candidata del ARI Elisa Carrió, quien le reclamó “mayor prescindencia” en la competencia electoral. “Inventó un candidato que es Kirchner, que en el norte no existe, y la sociedad va a terminar votando entre Menem y Rodríguez Saá, lo cual va a ser tétrico”, cargó Carrió.
Las críticas a Duhalde llegaron como un reflejo casi automático del rol que el Presidente decidió cumplir en el último tramo de la campaña. La semana pasada, Duhalde ironizó sobre Menem y Adolfo Rodríguez Saá, quienes lo habían cuestionado con dureza los días previos. Ayer, cuando lo consultaron sobre este tema, defendió sus críticas a ambos candidatos, a quienes había relacionado con el “pasado” y llamado “cobarde”, respectivamente. “Lo que he expresado estos días con más vehemencia públicamente es porque los candidatos del justicialismo permanentemente están haciendo referencia a mí y a mi Gobierno. Y yo, naturalmente, tengo el derecho de contestar”, argumentó.
La decisión que Duhalde mostró tiene que ver con su estrategia para el tiempo que resta hasta las elecciones. Como las encuestas aún muestran triple empate, el duhaldismo quiere asegurar que Kirchner se distancie del resto o, como mínimo, acceda al ballottage. Para lograrlo, dicen, es necesario que el santacruceño obtenga en el distrito bonaerense una diferencia de entre el 5 y 10 por ciento. Lo demostró ayer Felipe Solá, quien reclamó al PJ bonaerense una “actitud militante que permita definir lo que las encuestas dicen, que Kirchner va primero en la provincia”.
En el entorno de Menem saben de los planes de Duhalde pero se muestran confiados. Dicen que para Kirchner será imposible obtener una diferencia del 5 por ciento, porque esa cifra representa el 10 por ciento de los votos emitidos históricamente en el distrito. “Eso es sólo una expresión de deseos de Duhalde –contestaron desde el entorno de Alberto Pierri, candidato a gobernador bonaerense–. Porque 750 mil votos son más que el 10 por ciento de la cantidad de votantes que se estima que va a haber, sobre un padrón de 8 millones 800 mil personas.” Los menemistas preparan un acto en el Luna Park el 15 para medir fuerzas con el duhaldismo y su masivo desembarco en River.