EL PAíS
Hoy llega Herr Schröder, a hablar de Siemens y la ayuda del Fondo
Con las inversiones, el contrato de los DNI y la ayuda del FMI en la agenda, arranca la primera visita europea de Duhalde.
El canciller alemán Gerhard Schröder arribará hoy a Buenos Aires y se reunirá con el presidente Eduardo Duhalde. Se trata del primer mandatario europeo que el bonaerense recibirá desde su llegada a la Casa Rosada y si bien su visita al país durará menos de 24 horas, ha generado una expectativa importante entre los funcionarios del Gobierno. Es que Alemania es uno de los principales socios del Fondo Monetario Internacional y su opinión puede resultar determinante para que la Argentina consiga o no la ayuda financiera que necesita para enfrentar la crisis. Como gesto de buena voluntad, Duhalde le manifestará al alemán su disposición a encontrar lo más rápido posible una salida al conflicto planteado con la empresa Siemens por la rescisión del millonario contrato para la confección de los DNI.
“Los europeos contamos con que la crisis en Argentina y su incidencia en el Mercosur sea superada en breve, pero a pesar de las dificultades, Alemania continuará participando activamente de las amplias medidas de apoyo del FMI a los argentinos”, afirmó Schröder ayer desde Brasil, el segundo país de la gira que lo trajo a Latinoamérica y comenzó en México. El alemán arribará hoy a las 17.15 a Ezeiza, donde será recibido por el canciller Carlos Ruckauf. Después de un breve paso por el Hotel Sheraton, Schröder verá por primera vez a Duhalde en Olivos, donde el dueño de casa lo agasajará con una cena en su honor.
La gira latinoamericana de Schröder estaba prevista para agosto del año pasado, pero otros compromisos obligaron al alemán permanecer en su país. Cuando resolvió finalmente emprender el viaje, los funcionarios de la Cancillería recibieron con agrado su decisión de no suspender su paso por la Argentina. Uno de los que le aconsejó que viajara a Buenos Aires fue el titular del FMI, el también alemán Horst Köhler.
Voceros de la embajada de Alemania en Buenos Aires explicaron que la visita responde al interés de Schröder “en tener información de primera mano sobre la situación de la Argentina, y por eso también quiere dar un gesto de solidaridad”. Junto al canciller alemán viaja su ministro de Economía y Tecnología, Werner Müller.
Schröder y Duhalde volverán a reunirse en Olivos mañana por la mañana. El primer tramo del encuentro será privado y más tarde comenzará una reunión ampliada con la participación de los integrantes de las delegaciones de ambos países. Después habrá una conferencia de prensa conjunta.
A primera hora, el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov y Müller mantendrán por su parte un desayuno de trabajo en el Sheraton. Allí mismo Schröder ofrecerá después un discurso con empresarios alemanes y locales. Antes de regresar a su país, Schröder se entrevistará con familiares de desaparecidos de origen alemán durante la dictadura.
En la comitiva del alemán vienen representantes de las principales empresas alemanas, como Volkswagen y Siemens. Hace tiempo que los alemanes vienen presionando por la situación en que quedó esa última empresa, tras la decisión del gobierno de Fernando de la Rúa de rescindirle el contrato para la confección de los DNI.
Ese convenio firmado en épocas de Carlos Menem establecía que Siemens haría 47 millones de documentos a un precio de 27 pesos cada uno, o sea el doble de lo que cuestan confeccionados por el Estado. La empresa reclama unos 600 millones de dólares de indemnización y amagó con llevar el asunto a un arbitraje internacional.
De cara a la visita de Schröder y frente a la necesidad de conseguir auxilio financiero internacional, el Gobierno reabrió las negociaciones y Duhalde le manifestará al mandatario alemán su decisión de solucionar el tema. El punto es que lo que en principio está dispuesto a ofrecerle es resarcir a Siemens sólo por un monto equivalente a las inversiones que realizó. Según la propia empresa –que también había empezado a informatizar los controles fronterizos–, sus inversiones sumaron unos 180 millones de dólares; es decir, una cifra muy inferior a la que reclama.