Por unanimidad y a mano alzada, la Cámara de Diputados refrendó la denominada Declaración de Ushuaia, que ratifica la “legítima e imprescriptible” soberanía argentina sobre las islas Malvinas y el Atlántico Sur y que había recibido idéntico tratamiento por parte del Senado la semana pasada. El documento, desarrollado en conjunto por las comisiones de Relaciones Exteriores de ambos cuerpos en una reunión que realizaron el mes pasado en Tierra del Fuego, ratifica la “total convicción acerca de la situación colonial” del archipiélago que, sostiene, “afecta la integridad territorial de la República Argentina”. Legisladores de todas las fuerzas políticas que componen la Cámara baja coincidieron en este tema y en la condena a la militarización de la zona que lleva a cabo de forma unilateral Gran Bretaña.

“La Declaración de Ushuaia fija como objetivo irrenunciable el derecho a recuperar la soberanía sobre las islas Malvinas, respetando el modo de vida de los actuales habitantes”, sentó posición el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, Guillermo Carmona (Frente para la Victoria), que abrió la sesión en calidad de miembro informante. El documento había sido escrito y firmado por diputados y senadores en la ciudad más austral del mundo el 25 de febrero. Los legisladores se dieron cita en esa ciudad en el marco de una serie de acciones políticas y diplomáticas que lleva adelante la Argentina con el objetivo de sentar a Londres en la mesa de negociaciones.

Otra diputada oficialista, Mayra Mendoza, destacó a su turno que “la Argentina no está sola en su legítimo reclamo”. La legisladora, que asumió en diciembre y está haciendo sus primeras armas parlamentarias, dio un largo discurso en el que destacó el rol de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: “Siente al igual que nosotros que la nacionalidad no se puede recuperar de rodillas, se recupera por la paz, por el diálogo, con amor, con dignidad, defendiendo los valores y la integración nacional de nuestra tierra”, destacó la legisladora, para quien gracias a ese “mensaje claro, sencillo, pero no menos contundente” es que se “ha conmovido en lo más profundo el pueblo latinoamericano y gran parte del mundo”.

Sin embargo, y a diferencia de lo que suele verse en el recinto, hubo coincidencia en la postura de los bloques opositores a una iniciativa que surgió del seno del oficialismo. “No fue demasiado difícil ponernos de acuerdo”, reconoció el radical Ricardo Alfonsín, ex candidato a presidente por ese espacio, quien destacó la voluntad pacífica de la Argentina en este diferendo: “No sólo nos interesa reivindicar las Malvinas, sino también el camino”, celebró. Federico Pinedo (PRO) aseguró que el documento “es un trabajo serio de búsqueda de acuerdos” y consideró que “hay que hacer todo lo posible para que el acuerdo se produzca y los ingleses se sienten a la mesa de negociación”, en sintonía con la Casa Rosada (que le valió un grito de “traidor” por parte de un ex legislador radical por Santa Cruz, Héctor Di Tulio, que fue finalmente retirado del lugar por personal de seguridad).

El diputado de Nuevo Encuentro Carlos Raimundi, cercano al oficialismo, consideró que “no hay soberanías parciales” y destacó que “hubo y hay un marco integral de políticas de soberanía, impulsado por Argentina, que llevó adelante desde la presidencia del Unasur el ex presidente Néstor Kirchner”. Y otro opositor férreo, Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur), calificó la Declaración de Ushuaia como “muy positiva” porque “refleja la dimensión y conflictividad del tema, pese a que es testimonial”.

“Vamos a transformar desde la Comisión de Relaciones Exteriores a esta declaración en un instrumento para ser militado en todos los foros internacionales; creemos que esta declaración sirve para reforzar la posición argentina y que puede ser generador de nuevos contextos en favor de nuestro objetivo”, redondeó Carmona, que la semana que viene comenzará a llevar a cabo esta misión en la Asamblea Interparlamentaria mundial, que se reunirá en Uganda.