El antimoyanismo dio un paso más en su pelea para que Hugo Moyano no continúe al frente de la CGT. El espacio opositor publicó ayer una solicitada en la que manifestó su “preocupación por la ilegalidad y la falta de transparencia” de la convocatoria a elecciones para elegir autoridades realizada por Moyano en abril. Por su parte el candidato de los díscolos, Antonio Caló, aseguró que están “a un paso de lograr el congreso propio”, desestimando por completo el llamado del moyanismo. Los seguidores de Moyano salieron a atacar a los díscolos por la impugnación y al Ministerio de Trabajo por darle curso, a lo que la cartera laboral contestó que el “organismo interviene toda vez que alguna de las partes, o ambas, lo solicita”.

“Como representantes de la mayoría del movimiento obrero, tenemos la responsabilidad de hacer todos los esfuerzos necesarios para mantener la unidad, por ello reclamamos un proceso electoral que respete la legalidad y asegure la participación de todos”, apuntaron los sectores enfrentados a Moyano en la solicitada. Con la firma de 19 integrantes de los 35 que componen la mesa de conducción nacional de la central obrera, el antimoyanismo intenta mostrar que detenta la mayoría del consejo directivo para sustentar la impugnación presentada ante el Ministerio de Trabajo en la que plantean que el camionero no contaba con el quórum necesario para realizar el llamado.

La CGT se encamina a una ruptura ante la posición intransigente de ambos sectores internos. Por un lado, el antimoyanismo integrado por los independientes de UPCN, Uocra y Obras Sanitarias junto con los Gordos que tienen la representación de los sindicatos grandes y vinculados con la conducción de los ’90 y los no alineados como la UOM y Smata, a los que se sumaron ex moyanistas como el Sindicato de Taxistas y ferroviarios. Los antimoyanistas ya no quieren al camionero al frente de la central obrera y proponen a Caló. Por otro, los seguidores de Moyano que empujan la candidatura del actual líder cegetista a como dé lugar.

“El personalismo debe ser reemplazado por el amplio consenso de las organizaciones sindicales”, señalaron en la publicación, apuntando directamente a la cabeza de Moyano, y destacaron que “la nueva conducción debe surgir de un debate plural y democrático”. Allí plantearon su “preocupación por la ilegalidad y falta de transparencia del proceso electoral, elaborado por una minoría del movimiento obrero, que debilita y atomiza al modelo sindical”. Entre los 19 integrantes del consejo directivo que firmaron el texto figuró el ferroviario José Pedraza, preso por el asesinato de Mariano Ferreyra.

Caló señaló que “están dadas las condiciones para que se realice un congreso propio. Pero no hay que descartar que horas antes del congreso se logre la unidad”. Por su parte, el moyanismo salió a cargar contra la oposición y Trabajo por la impugnación presentada. Pablo Moyano destacó que la solicitada demuestra “la bajeza con que actúan esos personajes de los ’90, que están realmente perdidos, porque si van al congreso de la CGT sus congresales van a votar a Moyano”. Trabajo difundió un comunicado en el que condenó “la desinformación, el desconocimiento y los agravios –sobre los que no opinará– difundidos respecto de la actitud” a la que simplemente “se procedió a otorgar trámite”.