EL PAíS › VIAJE DE CAMPAÑA DE KIRCHNER A BRASILIA Y CHILE
Con una imagen presidencial
Para mostrar en qué se preocupa realmente, el candidato se entrevista el jueves con Lula y el viernes con Lagos para consensuar políticas. Lo acompañará el ministro Lavagna.
Por Fernando Cibeira
La estrategia del comando de campaña de Néstor Kirchner de cara al ballottage para el que asoma como amplio favorito es mostrarlo como virtual presidente, mucho más preocupado en los problemas del país que en discutir con su rival Carlos Menem. Y qué mejor movida en el marco de esa estrategia que encontrarse con dos presidentes nada virtuales sino bien reales como el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el de Chile, Ricardo Lagos. Ayer quedó confirmado que Kirchner se reunirá con ellos el próximo jueves y viernes: la agenda de los encuentros será abierta pero el santacruceño se encargará de dejar en claro que –en caso de resultar electo– las relaciones carnales quedarán archivadas en el arcón de los malos recuerdos y que buscará consensuar todas sus decisiones de política exterior con Chile y, principalmente, con Brasil.
Kirchner viajará junto al ministro de Economía Roberto Lavagna y su jefe de campaña y promotor de los encuentros, Alberto Fernández. Partirán el miércoles a la tarde en un vuelo charter de la empresa SW rumbo a Brasilia. Esa misma noche, Lavagna cenará con su par brasileño, Antonio Palocci, con varios temas en carpeta. En realidad, hay más de un punto conflictivo a tratar –se puede citar la venta de Transener o los aranceles a las importaciones– pero por esta vez serán dejados de lado en pos de la campaña electoral.
Uno de esos temas no conflictivos y con buenas perspectivas hacia el futuro comenzará a ser discutido hoy por el vicecanciller Martín Redrado, quien viajó para negociar una banda de flotación fija para el peso y el real, lo que en los hechos se convertirá en el primer paso concreto hacia el viejo anhelo de la moneda común del Mercosur. Redrado considera el momento ideal para encarar una gestión de este tipo dado que el peso y el real tienen una cotización similar. Hoy se entrevistará con el ministro Palocci y luego verá a Lula, a quien le entregará una carta de despedida del presidente Eduardo Duhalde. El vicecanciller arreglará allí los últimos detalles de la visita de Kirchner y de Lavagna que se iniciará dos días más tarde.
Tanto esmero de Redrado en el bordado de la visita hizo que comenzaran las especulaciones acerca de si será el canciller de Kirchner en caso de que llegue a la Rosada. “Redrado está colaborando muy bien con nosotros pero no va a haber ninguna información sobre el gabinete hasta después de las elecciones”, informaban en el comando de campaña del santacruceño.
El jueves a la mañana, Kirchner se encontrará a solas con Lula, uno de los objetivos que buscó con más intensidad para esta segunda parte de la campaña. Hasta ahora, el presidente brasileño había cruzado acusaciones con Menem y repartía sus simpatías electorales entre Kirchner y Elisa Carrió. La foto del abrazo con el gobernador de Santa Cruz marcará el fin de su prescindencia en la compulsa electoral argentina. Pero Kirchner no quiere quedarse sólo con la foto sino que su idea es mostrarse como un presidente en funciones, preocupado por los problemas de la gestión mientras Menem le dice las peores cosas y se desgañita pidiendo que le den la oportunidad de debatir.
Luego de la invasión norteamericana a Irak, uno de los puntos medulares en el discurso de política exterior de Kirchner pasa por su intención de crear un bloque de los países de la región que funcione como contrapeso a las políticas de EE.UU. En ese sentido, Kirchner reconoce la iniciativa que ha tenido Lula en los meses que lleva como presidente para plantarse como alternativa a la prepotencia mostrada por la administración de George Bush. Por eso, más allá del abrazo, Kirchner quiere un preacuerdo con el líder del PT por el que se comprometen a consensuar todos sus pasos en política exterior si le toca ponerse la banda presidencial a partir del 25 de mayo.
Después del almuerzo de rigor en el Palacio del Planalto, Kirchner se subirá al charter que lo llevará directo a Santiago de Chile para la entrevista con el socialista Ricardo Lagos, que está agendada para elviernes a la mañana. Es cierto que el chileno no causa en el entorno de Kirchner el mismo entusiasmo que Lula. Para más, Lagos jugó su fichita en las elecciones argentinas al recibir a principios de abril al entonces candidato presidencial Ricardo López Murphy. No obstante, en el comando de campaña del santacruceño le otorgaban a este segundo encuentro una trascendencia especial porque le permitirá mostrarse junto a los líderes de las dos gestiones del continente que podrían considerarse modelos a imitar, por su discurso progresista y moderno. En cambio, adrede, fue dejado de lado Uruguay porque su presidente, el colorado Jorge Batlle, dijo en su momento que las elecciones las ganaría Menem.