EL PAíS › YA HAY 22 MUERTES OFICIALES PERO UN ALTO FUNCIONARIO RECONOCE 40
Lo que dejan las aguas negras
Una alta fuente del cuerpo de Bomberos Zapadores dijo a Página/12 que tienen “ubicados a cuarenta” muertos. El cuerpo centraliza la recolección de cadáveres y los traslada a tres morgues. Hay 17 casos de hepatitis en Santa Fe, aunque sin indicios de epidemia. La situación sanitaria y las escuelas en crisis.
A contramano de las cifras oficiales hasta ahora conocidas, que confirman 22 muertes en la inundación, un alto mando del cuartel central del Cuerpo de Bomberos Zapadores de Santa Fe reveló a Rosario/12 que la cifra de víctimas fatales producto de la inundación ya llegó a cuarenta. El informante, que pidió reserva de su identidad, ocupa un cargo clave en el cuerpo y aseguró a este diario que “el gobierno está al tanto de la cantidad de cadáveres que se han encontrado”. La fuente dice estar convencida de que el número de muertos “va a aumentar notablemente en los próximos días, cuando baje el agua y se encuentren los cuerpos de las personas que decidieron quedarse en sus casas defendiendo sus cosas”.
Hasta ayer a la mañana el gobierno provincial había confirmado oficialmente las identidades de 22 víctimas fatales. En la calle la sensación es otra: se habla de 100, 200 o más muertes producto del devastador avance de las aguas por Santa Fe. En la morgue del Hospital Iturraspe este diario recibió la misma versión oficial: “Acá están los cuerpos que se han difundido públicamente, no se está ocultando nada”, informaron desde ese sector.
En el cuartel central del cuerpo de Bomberos Zapadores, ubicado en diagonal a la Jefatura de Policía de la Unidad Regional I, Rosario/12 conversó largamente con una alta autoridad que reconoció por primera vez que las cifras dadas a conocer por el gobierno a través de sus voceros eran parciales. “Los Bomberos Zapadores somos los únicos habilitados para rescatar a los cadáveres del interior de las viviendas. Cuando se recibe una denuncia la policía nos informa, podemos ir con personal de Prefectura, pero los cuerpos sin vida los sacamos nosotros”, precisó la fuente.
“Le puedo asegurar que nosotros ya hemos contabilizado por lo menos 40 cuerpos sin vida. La zona de donde más cadáveres hemos sacado es, sin duda, el barrio de Villa del Parque”, afirmó. “Una vez recogidos del interior de las casas, los cuerpos son derivados a una de las tres morgues que hay en la ciudad –la Judicial, la que funciona en el Hospital Cuyen y la del Hospital Iturraspe–, de acuerdo a la jurisdiscción en la que fueron encontrados”. Aseguró luego que “el gobierno está al tanto de estas cifras, sabe perfectamente el número de víctimas que hay, en especial los funcionarios que integran el Comité de Crisis”.
Las dotaciones de bomberos, algunas llegadas desde Rosario, trabajan mientras cuentan con luz de día. “A partir de las 18 no se realiza ningún operativo más porque la inseguridad es tal que hay que agacharse para esquivar los tiros”, graficó el vocero. Los bomberos trabajan por estos días más de un turno, sin embargo no reciben siquiera “la comida que les dan a los inundados, que viene en las cajas”.
El que habló con este diario también lo perdió todo en la inundación. “No me quedó absolutamente nada. Desde hace cuatro días que estoy todo el día en el cuartel, ni siquiera me fui a casa de mis padres. Cuando vuelva, va a ser una pesadilla”, presagió mientras anunció que iniciará “acciones judiciales a quien corresponda” por los daños sufridos.
La autoridad consultada se muestra dolida porque “los funcionarios del gobierno sabían que esto iba a pasar y no hicieron nada. Hace dos meses hicimos una inspección en Villa del Parque y se veía venir todo esto. El Comité de Crisis no existe. Debió haber funcionado dos semanas atrás cuando los primeros socavones ya indicaban que se venía la hecatombe. Ahora igual se trabaja muy mal, con gente sin experiencia”.
Situación sanitaria
En la ciudad, más allá de los informes oficiales que dicen que el Salado bajó “16 centímetros” y que la situación “se mantiene estable”, siguen las informaciones que señalan fehacientemente que los problemas de los inundados están casi como el primer día. Anoche, en Tucumán al 4000, en una zona bajo las aguas, la Prefectura trataba de convencer a los moradores de una vivienda de que la abandonaran, porque el edificio podría derrumbarse en cualquier momento. El agua sólo bajó de manera considerable en Parque del Sur y Centenario, mientras se mantiene estabilizada en otros 12 barrios.
El gobierno anunció que la semana próxima se reanudarían las clases en el 75 por ciento de los colegios de la ciudad. Veinte escuelas siguen bajo las aguas y 13 de ellas, según las autoridades, “estarán en condiciones con algún esfuerzo”, mientras que en otras 10 “la recuperación será muy difícil”. Los chicos que concurren a las escuelas que seguirán cerradas “serán reasignados en otras” y se estudia la posibilidad de dar clases de recuperación los sábados. Hay que ver qué opinan los maestros, que en estos días trabajan a destajo como voluntarios.
En materia de salud, se está trabajando sobre el Hospital Italiano, para reemplazar la función que cumplía el anegado Hospital de Niños, cuya rehabilitación es considerada prácticamente imposible. El Italiano tiene todavía el sótano lleno de agua. Las autoridades sanitarias reconocieron la existencia en la ciudad de 17 casos de hepatitis A en niños, pero negaron que se haya declarado una epidemia, que era la versión que había circulado entre los medios de prensa.
También se analiza la reactivación del Sanatorio Privado, que está actualmente en situación de quiebra. El Ministerio de Salud anticipó que hacia ese lugar serán derivadas 80 mujeres embarazadas que se encuentran actualmente en los centros de atención para evacuados. Un grupo de 60 voluntarios comenzará hoy, por decisión del gobierno, una recorrida para establecer el nivel de cobertura social que tienen los casi siete mil evacuados y autoevacuados. La tarea tiene por finalidad establecer un programa de información y control “para hacer un seguimiento del regreso a la casa y sobre las medidas que hay que tomar para evitar que se produzcan epidemias”. Además de la campaña tendiente a que los pobladores cuenten con la posibilidad de atención gratuita en los centros médicos del Estado, se planea un seguimiento de todos los casos “por lo menos durante seis u ocho meses”, anticipó el ministro Bondesío.