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El candidato del Frente para la Victoria, Néstor Kirchner, recibió ayer el respaldo de cuatro intendentes bonaerenses que en la primera vuelta habían apoyado a Adolfo Rodríguez Saá. El santacruceño se debe de haber sentido fortalecido por la adhesión, porque luego del encuentro hizo su primera conferencia de prensa desde las elecciones para sostener que su rival, Carlos Menem, impulsa un “intento encubierto de golpe institucional” a partir de sus denuncias de fraude. “Se intenta descalificar a las instituciones porque las cosas no les salieron como esperaban”, dijo.
Los cuatro intendentes –Raúl Othacehé, de Merlo; Enrique Salzmann, de Marcos Paz; Jorge Varela, de Campana y Juan Delfino, de Suipacha– llegaron de la mano del secretario general de la Presidencia y el hombre del duhaldismo para las operaciones especiales, José Pampuro, quien trabajó para acercar su apoyo. Los cuatro pertenecen a la estratégica primera sección electoral, en donde Kirchner obtuvo importantes diferencias en los comicios del 27 de abril.
Antes de encontrarse con el santacruceño, los intendentes almorzaron con el gobernador Felipe Solá, a quien también le anticiparon que lo apoyarán para las elecciones provinciales que se realizarán en septiembre. Es decir, como resumía un vocero, los intendentes “volvieron al redil” del duhaldismo, de donde se fueron apenas por un ratito.
El realineamiento de los jefes comunales marca el paulatino desmembramiento que viene sufriendo el adolfista Movimiento Nacional y Popular luego del quinto puesto obtenido en las elecciones. El fin de semana pasado, El Adolfo realizó un plenario en San Luis para definir su posición ante el ballottage, pero al final no se decidió nada y remitió todo a un nuevo plenario que se realizará apenas dos días antes de los comicios. En un momento del encuentro del sábado, Rodríguez Saá declaró que jamás votaría a Kirchner, lo que para algunos resultó suficiente. El colectivero Juan Manuel Palacios adelantó que sí votará al santacruceño y su socio, el camionero Hugo Moyano, está en eso. Del ex carapintada Aldo Rico se sabe poco y, ayer, los cuatro intendentes terminaron de completar el cuadro de separación del adolfismo.
“Venimos a traerle el apoyo de nuestro grupo a Kirchner para acompañarlo plenamente en este ballottage”, explicó ayer Othacehé. El intendente de Merlo aseguró que tanto él como sus tres compañeros habían sido tentados por el menemismo para sumarse a sus filas, pero que optaron por el santacruceño. En total, en la provincia Rodríguez Saá contó con el apoyo de trece intendentes: ahora le quedan nueve.
El encuentro en el se formalizó el apoyo se realizó por la tarde en la Casa de Santa Cruz, en 25 de Mayo al 200. A su término, Kirchner ofreció una improvisada conferencia de prensa en donde no le quedó más remedio que dejar de lado la estrategia de bajo perfil que venía manteniendo desde que cerró el escrutinio de la primera vuelta y las encuestas lo confirmaron como amplio favorito para el ballottage. De acuerdo al diseño armado por su comando de campaña, el santacruceño le tendría que escapar al cruce de acusaciones con Menem y debería que mostrarse como un virtual presidente en funciones, ocupado en las cuestiones de Estado. Pero ayer no tuvo forma de escapar a la polémica.
“En este país cuando Menem gana está todo bien. Ahora, cuando pierde o no le salen las cosas como quiere, trata de ensuciar todo”, respondió el gobernador de Santa Cruz. Otra de las preguntas que le hicieron fue sobre la caracterización que ahora le hace Menem, acerca de que es “el De la Rúa de Duhalde”. “A mí me interesan las cosas que dice la gente pero no me interesa lo que dice Menem”, respondió. “La Argentina necesita dirigentes serios y no seguir dependiendo de los caprichos de los que nos llevaron a esta situación”, concluyó.