Aunque está anunciado que hoy a la noche concluirá el paro de subtes llevado a cabo por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), la falta total de avances en la negociación podría desembocar en que esta tarde los delegados de todas las líneas decidan prorrogar por 24 o 48 horas más la medida de fuerza, según confiaron a Página/12 autoridades de ese gremio. La llave para destrabar el conflicto, aseguran, está en manos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Transcurrieron 24 horas de paro y los funcionarios parece que se fueron a sus countries en lugar de quedarse en la ciudad a resolver el problema”, disparó el secretario general de los llamados metrodelegados, Roberto Pianelli, mientras que su compañero Néstor Segovia fue más explícito: “La facultad de destrabar el conflicto la tiene Mauricio Macri”.

La decisión la tomarán hoy, desde las tres de la tarde, los representantes de las seis líneas más el Premetro, quienes se reunirán en la sede de Agtsyp para evaluar los avances (o la falta de ellos) en sus reclamos. Los trabajadores de subte exigen una apertura de paritarias para comenzar a negociar los aumentos salariales del año. “Desde que comenzó el paro (a las 21 del viernes) no hubo ningún avance, ningún contacto” con Metrovías, aseguran los metrodelegados, quienes estarían dispuestos a extender la medida durante la semana en caso de que la parálisis en las negociaciones persista. “Lo mínimo que pedimos es que haya una mesa de discusión con Metrovías donde la empresa pueda hacer una propuesta salarial concreta y con valor legal”, explicó el secretario de prensa del gremio, Enrique Rosito.

Sin embargo, la autonomía de la empresa para resolver el problema es bastante reducida. “Ellos están en una situación parecida a la nuestra: por contrato de concesión, todo aumento de costo que supere el 6 por ciento se transfiere automáticamente a subsidio o tarifa, por lo que el tema en el fondo depende de la autoridad responsable”, agregó Rosito.

–¿Cuál es, hoy en día, la autoridad responsable? –preguntó este diario.

–Nosotros no tenemos ninguna duda de que el responsable es el Gobierno de la Ciudad.

Las negociaciones informales entre las autoridades porteñas y las nacionales que se dieron el jueves y el viernes, en busca de destrabar el asunto de fondo sobre el traspaso de las responsabilidades sobre la red de subterráneos, se interrumpieron durante el fin de semana y sólo se reasumirían el lunes. “Esperamos que Macri entre en razón, la decisión política ya está tomada desde enero y el subte está en manos de la Ciudad”, comentan en el Ministerio de Interior y Transporte, desde donde en los últimos días vienen manteniendo diálogos informales con las autoridades porteñas, la mayoría por teléfono y algunas cara a cara.

“Da la sensación de que en la segunda línea del gobierno porteño hay un mayor nivel de entendimiento de la realidad, y que la traba hoy en día pasa por una decisión política del jefe de Gobierno”, relatan en esa cartera. Durante las negociaciones, confirmadas por ambas partes, se habló de destrabar créditos para nuevas obras, de que la Nación se hiciera cargo de ciertas obras complementarias, e incluso se incluyeron puntos que no están directamente relacionados con el tema subtes, como la vieja disputa por el alambrado periférico del aeroparque metropolitano, pero cuando se supera esa instancia de diálogo la respuesta que vuelve siempre de Bolívar 1 es la misma: “No”.

Para completar la escena, el macrismo embarró la cancha negociando con la Unión de Transporte Automotor, gremio que había anunciado otro paro para el lunes, pero que decidió levantarlo sin dar demasiadas explicaciones, lo que podría complicar la resolución del conflicto con los metrodelegados. “Compañeros que están afiliados a la UTA nos confirmaron que tuvieron reuniones con Juan Pablo Piccardo (el presidente de Subterráneos de Buenos Aires) y realmente no entendemos por qué, si todo el país sabe que los representantes de los trabajadores del subte somos nosotros. Algo raro hay”, señaló Segovia, que denunció “desinteligencias” y “cortocircuitos” en el seno del gobierno porteño.