EL PAíS › EL LIDER DE SMATA, EXPULSADO DE FITIM

Ginebra no quiere a Rodríguez

Por Gaby Weber

La reunión del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de los Trabajadores Metalúrgicos (Fitim) en Ginebra terminó el jueves con la suspensión de José Rodríguez de su puesto como vicepresidente. Rodríguez, desde 1973 secretario general del sindicato Smata, ocupaba el cargo en el organismo internacional desde hace casi treinta años. Rodríguez está acusado de haber participado en la represión contra trabajadores en la Mercedes Benz Argentina durante los años 70. Antes de la dictadura y en tiempos de la Triple A, denunció en una carta al ministro de Justicia a la comisión interna independiente de la planta “prohijada por la subversión”, y al paro de cuatro mil obreros como “típico acto de la guerrilla de la fábrica”. Según documentos del archivo de la Fitim, Rodríguez y el entonces ministro de Trabajo, Carlos Ruckauf, pidieron el despido de más de 115 obreros de la Mercedes Benz, entre ellos quince trabajadores que después del golpe militar fueron secuestrados y desaparecieron.
En el “Juicio por la Verdad” de la ciudad de La Plata, Rodríguez declaró que durante la dictadura militar no sabía nada de los desapariciones y que recién se enteró de ellas con la Conadep. Durante años, la Fitim cerró los ojos y ni siquiera aceptó los documentos ofrecidos contra su vicepresidente. El alemán Klaus Zwickel, presidente de la Fitim y del sindicato IG Metall, lo protegió a pesar del malestar creciente en el seno de la Fitim. El sindicato metalúrgico austríaco fue el primero en pedir oficialmente una investigación de la Fitim contra Rodríguez. Los italianos, franceses, españoles y canadienses lo siguieron.
En octubre, Ricardo Monner Sans hizo en el nombre de los familiares de los desaparecidos de la Mercedes Benz una denuncia penal por asociación ilícita, involucrando a la firma, a José Rodríguez, a Ruckauf y a militares. En enero, la central sindical brasileña CUT invitó en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre a que se informara sobre el asunto. Con la presencia de dirigentes metalúrgicos de todo el mundo, se escucharon los relatos de los ex trabajadores de la Mercedes Benz. Además, se escribió una carta a la dirección de la Fitim, pidiendo que se rompa el silencio y que se tome una actitud clara contra el vicepresidente que presuntamente está involucrado en la violación de los derechos humanos. El sindicato brasileño CNM pidió la suspensión de José Rodríguez.
Rodríguez intentó salvarse. Su abogado, el ex ministro de Cámpora Esteban Righi, solicitó a la fiscalía federal que sigue la causa en Buenos Aires un certificado para presentarlo frente a la Fitim con el argumento de que “era una víctima de la dictadura”. Rodríguez, por su parte, declaró frente al organismo gremial internacional que quienes participaron de la comisión interna de Mercedes Benz de los años 70, posteriormente desaparecidos, “no eran miembros del sindicato sino que eran apoyados por la organización terrorista Montoneros” y que Smata iba a iniciar querellas penales contra la periodista alemana Gaby Weber y “el terrorista Horacio Verbitsky”, lo que hasta la fecha no hizo.
Al único que podía convencer con esta argumentación era a Klaus Zwickel, que respondió a las críticas de Porto Alegre diciendo que si Rodríguez no era condenado, era considerado inocente. Esta actitud fue tomada por los sindicalistas alemanes como una autodefensa. Zwickel, que deja el cargo en octubre, es investigado por la fiscalía de Dusseldorf por irregularidades en la privatización de una empresa de telecomunicación. Ochenta delegados sindicales de fábricas de Daimler Chrysler en Alemania y el congreso de la juventud sindical de la IG Metall firmaron una carta abierta solicitando la suspensión del argentino.
La discusión en el Comité Ejecutivo en Ginebra fue dura. El “argumento” de la delegación de Smata no convenció. Estaba en la mesa un certificado de la Justicia argentina, presentado por el abogado Monner Sans, en el queconstaba que las investigaciones están en marcha y que Rodríguez es uno de los involucrados. Finalmente, 17 delegados votaron apartar a Rodríguez de la dirección de la Fitim. El delegado colombiano se abstuvo. La delegación argentina se retiró bajo protesta, anunciando que Smata iba a abandonar la Fitim.

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