EL PAíS
Carlos Fayt no renunciará a la Corte y espera ganar su juicio político
El magistrado fue acusado de intervenir en causas del corralito cuando él mismo tenía un plazo fijo en el Banco Nación. No renunciará ni puede ser suspendido mientras dure el juicio.
Por Victoria Ginzberg
La renuncia no está en los planes inmediatos del ministro de la Corte Suprema Carlos Fayt. A pesar de que su juicio político es prioridad en la agenda de los diputados oficialistas, el juez aspira a festejar, en diciembre, sus veinte años en el máximo tribunal. “Si quisiera renunciar podría hacerlo hoy mismo, porque tiene la jubilación otorgada desde hace tiempo y se iría con el mismo sueldo que cobra actualmente. No lo hará porque sabe que tiene razón y quiere demostrarlo ante los legisladores. Le molesta que se cuestione su honor”, aseguran los allegados al ministro.
Los argumentos de defensa de Fayt figuran en los escrito que el juez, patrocinado por el abogado Gregorio Badeni, entregó en marzo y abril pasados a la comisión de Juicio Político presidida en ese entonces por el actual jefe de la SIDE, Sergio Acevedo. En esa oportunidad, el ministro respondió a las acusaciones provisorias que habían hecho los diputados. Ahora el ministro sólo tiene que esperar si la Comisión formula los cargos ante toda la cámara de Diputados. Luego serían los senadores los que decidirían la remoción o continuidad del juez.
Lo que rechazan de plano cerca del ministro es la posibilidad de que sea suspendido por los diputados mientras se realice el juicio. Esta apuesta de los kirchneristas, que trascendió el martes, apunta a provocar renuncias de otros miembros del máximo tribunal. Pero allegados a Fayt recalcaron que, según el reglamento del Senado, es sólo esta cámara la que puede determinar la suspensión. Badeni, incluso va más allá y cree que esta medida sería “inconstitucional” porque atentaría contra la división de poderes.
Los principales reproches a Fayt de los legisladores son el haber intervenido en las causas sobre el corralito teniendo un plazo fijo en el Banco Nación y haber opinado sobre su propia recusación, que formuló la entidad bancaria. Fayt respondió a esos cargos explicando que los fondos depositados en el banco provenían del reintegro de sueldos y figuran en su declaración jurada. Además, destacó que no hizo ningún reclamo judicial por ese dinero y que, aun pudiendo pedir el reintegro de la plata en función de su edad, no lo hizo.
Respecto de la votación en su recusación, afirmó que el planteo del banco carecía de sentido porque estaba condicionado a la respuesta que formulara el tribunal sobre la propuesta de pago que le había hecho el Banco Nación a la provincia de San Luis y que en realidad la Corte no se expidió sobre la cuestión de fondo (los motivos de la recusación) sino sobre su viabilidad. La Corte, con el voto de Fayt y la crítica de sus compañeros que votaron en disidencia, decidió que la presentación contra el ministro era “extemporánea, improcedente y carente de virtualidad por haber sido formulada de manera subsidiaria” y que su tratamiento era “inoficioso”. Además, el ministro ofreció un listado de diez causas en los que los jueces recusados firmaron el rechazo a la presentación cuando ésta era declarada inadmisible. Para respaldar que el reclamo de su apartamiento carecía de sentido presentó jurisprudencia de larga data, específicamente un fallo de la Corte de 1892 en el que se indica que el ser acreedor o deudor del Banco Nación no es causa de recusación en los juicios en los que éste sea parte.
A pesar de los argumentos esgrimidos, los allegados a Fayt saben que el Gobierno no se detendrá hasta provocar un recambio en la composición de la Corte y que el juicio en su contra es el primero porque es el que más avanzó luego de que los senadores decidieran, el año pasado, clausurar numerosas denuncias contra todos los miembros del tribunal.