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–Era el presidente (Néstor) Kirchner –comentó el titular de la bancada peronista de la Cámara baja, José María Díaz Bancalari, después de finalizar su comunicación telefónica.
–¿Qué quería? –preguntaron varios de los miembros del bloque que en ese momento discutían las posibles alternativas de la sesión parlamentaria que estaba por comenzar.
–Nos pide que salgamos a responderle a Brinzoni –dijo Díaz Bancalari mientras guardaba su celular en un bolsillo del saco.
El llamado del santacruceño, reclamando el respaldo del bloque luego de los dichos del ex jefe del Ejército, general Ricardo Brinzoni, fue uno de los motores que originó la catarata de repudios que se difundieron ayer en Diputados luego de que el militar dijera que detrás de la decisión presidencial de remover a gran parte de la cúpula militar había “una intriga política”. La solidaria reacción mayoritaria de la bancada no puede ocultar la existencia de temores, suspicacias e internas que legisladores de algunas corrientes peronistas tienen para con el patagónico.
“Yo tengo años como para que el Presidente me diga lo que tengo que hacer o decir”, dijo con cierto enojo un veterano parlamentario del peronismo. “En todo caso, el Presidente tiene que llamar al orden a su propio ministro de Defensa”, acotó el diputado en clara referencia al llamativo silencio que mantuvo el bonaerense, José Pampuro, ante las palabras de Brinzoni.
Lejos de querer quitarle la espalda al Gobierno, la queja mostraba la desconfianza de algunos de los legisladores peronistas para con las tácticas del santacruceño. Muchos parlamentarios que supieron deambular muy cerca del menemismo temen que haya una fuerte ofensiva para correrlos de los lugares de decisión. Por lo pronto, los diputados que se encolumnan con Carlos Menem, han reafirmado su decisión de continuar agrupados en un bloque aparte al del PJ.
La hipótesis no supera los marcos de la conspiración. Un joven legislador peronista le confirmó a este diario la existencia de una versión que sindicaba que el salteño Juan Manuel Urtubey, identificado con el romerismo, cedería la presidencia de la comisión de Asuntos Constitucionales en favor de la frepasista Nilda Garré. “Hasta el 10 de diciembre esa comisión está en manos del peronismo”, señala el legislador que pide no ser identificado. Aunque el tema no cobra mayor entidad que la de versión pone de manifiesto el clima que se vive en la bancada del PJ en Diputados.
Hablando del equilibrio interno en el poder de la bancada, los equilibrios aparecen cada vez más inestables. En ese punto un diputado peronista confía a este diario que “el nuevo titular no quiere modificar el actual esquema directivo”. Señala que Díaz Bancalari es partidario de mantener en la mesa del bloque al pampeano y menemista Manuel Baladrón. Posición resistida por los más identificados con Kirchner. También recuerdan que fue precisamente el respaldo del santacruceño el que ubicó al duhaldista al frente de la bancada al día siguiente de que el bonaerense declarara que era partidario de no elegir un nuevo titular y continuar con el triunvirato elegido luego de la partida de Humberto Roggero hacia Roma, para hacerse cargo de la embajada en Italia. El retorno de Roggero a la Cámara baja, parece un tema cantado. Por estos días se lo vio participar de algunas reuniones con sus ex colegas, y los memoriosos recuerdan que su identificación con el menemismo lo coloca en la cuerda floja. “Las divisiones en el bloque comenzaron en el ‘99”, comenta un conocedor de los pasillos del Congreso. “Cuando se trató la ley de reforma laboral que impulsó (Fernando) De la Rúa, Roggero jugó con la Alianza y enfrente se alinearon, Díaz Bancalari, Cristina Fernández de Kirchner, Hilda “Chiche” Duhalde y hasta la menemista salteña Lelia Chaya”, concluye para poner de manifiesto las históricas heridas que todavía sangran dentro del bloque peronista.