ECONOMíA › ALFONSO PRAT GAY DIJO LO QUE
PIENSA Y ABRIO UN FRENTE DE TORMENTA EN EL GOBIERNO
“Lo que pide el Presidente es un disparate”
Así calificó el deseo de Néstor Kirchner de que el dólar cotice en 3 pesos el titular del Banco Central, en una exposición con presencia de un periodista de la agencia internacional Bloomberg.
Por Claudio Zlotnik
Sobre Néstor Kirchner reveló que le pidió un dólar a 3 pesos, lo que consideró “un enorme disparate”. Con relación a Roberto Lavagna reafirmó que “el Banco Central es el único que tiene la potestad de legislar lo relacionado con el sistema financiero”. También criticó al Fondo Monetario. Durante un discurso de media hora en una universidad, Alfonso Prat Gay lanzó una inusual ofensiva política. Aunque lo hizo con una particularidad: según aseveró oficialmente el Banco Central, la oratoria del titular de la autoridad monetaria fue durante un evento “privado”, sin reparar en que un periodista estaba grabando su exposición.
El comunicado oficial no desmiente el cable de noticia divulgado por la agencia internacional Bloomberg. Sólo reclama que los dichos de Prat Gay “no deben ser sacados del contexto amistoso en el que se pronunciaron”.
Frente a unos 60 egresados de la Universidad Hebrea en Jerusalén que se reunieron en un desayuno organizado por la Asociación de Amigos de esa casa de estudios en el Hotel Claridge, Prat Gay fue muy duro al hacer referencia a un diálogo mantenido con el flamante jefe de Estado. Reveló que Kirchner lo llamó días atrás para expresarle su preferencia por un dólar a 3 pesos. “En este ambiente, uno podría decir que es un enorme disparate. Lo último que le recomendaría a un Presidente recién electo es jugar su credibilidad en algo que no puede pronosticar. Si algo he aprendido es que no hay forma de pronosticar monedas”, aseveró el titular del Central.
El banquero también mostró crudeza respecto de Lavagna, al defender para sí la potestad de implementar las políticas que rigen a los bancos. Esta declaración fue una reacción directa al avance del ministro de Economía sobre el área financiera. El lunes pasado se conoció un decreto, firmado por el ex presidente Eduardo Duhalde, creando una “unidad de reestructuración del sistema financiero” en el que participarán funcionarios designados por Lavagna y del Central. Pero que en su primer año, justo cuando se aguardan los cambios más profundos sobre el sector, estará presidido por uno de los hombres de Economía. Incluso, horas atrás, el ministro volvió a avanzar y adelantó que impondrá “cambios estructurales” para los bancos que quieren extender los vencimientos de la deuda con la autoridad monetaria.
En su exposición, el banquero fue también crítico del Fondo Monetario. Señaló que el organismo “decide” la política económica argentina (junto a Economía y al propio BC). “El Fondo todavía se rige por recetas que tienen casi 60 años”, cuestionó. “Las discusiones con el FMI son eternas, pero muchas veces muy técnicas. La discusión que tenemos en estos momentos es que las recetas de hace 60 años ya no sirven”, añadió.
En el entorno de Prat Gay aseguraban anoche que las declaraciones del funcionario se efectuaron sin saber que un periodista grababa la exposición. También descartaban que esa alocución formara parte de una amenaza para pegar un portazo. O de ejercer una presión pública sobre Kirchner y Lavagna. Lo que sí quedó claro es la profunda divergencia entre el Banco Central y la Casa Rosada y Economía con relación a la política cambiaria y monetaria.
Este es un tema clave. Basta recordar las peleas entre Lavagna con los antecesores de Prat Gay: Mario Blejer y Aldo Pignanelli, que terminaron con sendas renuncias de los ex jefes del BC. Más allá de los detalles de cada disputa, lo común a ellas fue la apetencia de Lavagna por controlar el proceso de reconstrucción del sistema financiero. En su momento se negó a entregar bonos compulsivos a los ahorristas atrapados en el corralón, contra la opinión de Blejer y de Pignanelli. Igual que entonces, ahora también busca tener las riendas de la negociación con las entidades financieras y el FMI.
Hasta el momento, la relación Lavagna-Prat Gay no mostraba fracturas y las diferencias se acercaban en la intimidad de los despachos. Ocurrió, por ejemplo, cuando desde Economía criticaron la liberalización cambiaria propiciada por el BC y que había permitido el masivo ingreso de capitales golondrina. Es la primera vez que existe un cortocircuito en público.
Quizás fue ése el motivo que llevó a Economía y al Central a bajar el tono de la incipiente pelea. Voceros de Lavagna dijeron a este diario que “no hay nada para comentar”, resaltaron que ambos funcionarios se encuentran entre dos y tres veces a la semana y que “conocen los pensamientos mutuos, aun los divergentes”. En la Casa Rosada, en tanto, prefirieron el silencio. El comunicado oficial del Central aclara que las palabras de Prat Gay “no intentaron abrir un debate ni adoptar una posición de confrontación con otros puntos de vista”.
La nota agrega que el discurso de Prat Gay se realizó “en un tono coloquial” sobre los temas técnicos que interesan a la autoridad monetaria, como la inviabilidad de usar la política monetaria para influir sobre el tipo de cambio. En cambio, el BC se inclina por la estrategia conocida como “metas de inflación”, sobre la cual se apoya la tarea del organismo.