Desde Mar del Plata

Donde esté CFK, él está cerca, aunque rara vez se lo ve: es el vocero de una Presidenta que prefiere hablar sin intermediarios con los ciudadanos, lo que reduce su rol público al mínimo, aunque hacia adentro es una de las escasas figuras de consulta permanente del círculo de confianza kirchnerista. Pero Alfredo Scoccimarro es, también, secretario de Comunicación Pública, cargo creado en plena batalla por la implementación de la llamada ley de medios para que lo ocupase el hoy jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, a quien sucedió el 10 de diciembre del año pasado. Poco afecto a conversar on the record con los medios, a pocos días del 7D accedió a una entrevista mano a mano con Página/12 minutos después de ser el encargado de cerrar el Encuentro de Comunicación Audiovisual que inauguró, hace dos días, la misma CFK. Durante el panel de clausura, Scoccimarro había reafirmado la importancia de la nueva norma al señalar que la comunicación en la Argentina ya constituye una política de Estado “que traza día a día la Presidenta”.

–La Secretaría de Comunicación Pública se creó en pleno conflicto por la aplicación de la LSCA. A pocos días de una fecha clave para su implementación, la pregunta es obligada: ¿qué va a pasar?

–Va pasar que se va a poner en vigencia. Ya lo dijo la Presidenta. Hay que cumplir la ley, es así. No cabe ningún tipo de dudas de que va a tener plena vigencia. La ley deben cumplirla todos.

–En algunos medios e incluso entre sectores de la militancia se teme que el proceso esté estancado...

–No, por qué va a estar estancado, al contrario. Si esto es dinámico, el gobierno de Cristina es el más dinámico que conozco, las veinticuatro horas on line. De acá a un año vamos a estar diez veces mejor, vamos a estar debatiendo otras cosas, porque la gente está madurando, con todos sus bemoles, pero estamos maduros para este tipo de cosas y de debates. Y estamos en el camino correcto que es el que guía la Presidenta. ¿Cómo vamos a estar estancados si está creciendo el nivel de empleo en la industria audiovisual a niveles fantásticos?

–¿Qué se ha logrado hasta ahora?

–Yo creo que se ha madurado mucho comunicacionalmente en la Argentina: la mayor prueba es la ley de comunicación audiovisual sancionada hace tres años. Creo que ha madurado mucho nuestro pueblo y eso se vio reflejado en un marco de mayoría absoluta en el Congreso, lo que determina que hoy con nuestros jóvenes treinta años de democracia que estamos por cumplir tenemos una plataforma de discusión formidable. Y esto entra en una lógica con otras medidas del Gobierno. No me cabe la menor duda de que hoy estamos sentando bases.

–¿Qué le aportó el Encuentro de Comunicación Audiovisual al debate por la implementación de la norma?

–Veinte o treinta años atrás este debate era impensable. Es fantástico traer estos temas a la mesa. Ahora hay que trabajar, ser consecuente con lo que uno piensa, y seguir hacia adelante.

–Durante el cierre puso la lupa sobre el tema del peso de la pauta privada comparada con la pública...

–Siempre está el mito de que el Estado es el gran generador de pauta que condiciona a los medios. Si vamos a los números, desde 2003 hasta ahora el sector privado pasó de pautar 2600 millones de pesos hasta llegar el año pasado a 18 mil millones. La pauta del Estado, en función de la pauta privada, es de menos del cinco por ciento. Yo no digo que el Estado tenga que meterse en cómo se reparte la pauta privada, como pueden querer hacerme decir, para nada. Sólo quiero romper los mitos de que es el Estado el que condiciona. Es muy saludable que existan estas polémicas. Lo que sí, siempre dentro de la ley.

–Si no es el Estado el que regula, ¿qué otros caminos se abren?

–Hay cosas que no están en el rol del Estado, que tiene que hacer el sector privado. Es una consecuencia de esta nueva sociedad. Tienen que unirse universidades, organizaciones, profesionales, sindicatos, medios, y debatir ciertos temas. Por ejemplo: las mediciones de audiencia. Hoy en día están en una sola mano y esos números están estrechamente ligados a la distribución de la pauta privada. Las universidades, las ONG, podrían generar un nuevo mecanismo de medición distinto. Así se abren oportunidades de generar debate.

–Otra iniciativa importante fue el Polo Audiovisual de Isla de Marchi, que sin embargo recibió bastante resistencia en un primer momento. ¿Podrá llevarse finalmente a cabo?

–Quizás es un tema de entendimiento, pasa por ahí, por juntarnos, por charlarlo, analizarlo. Primero que nada: nadie va a perder su fuente de trabajo. Absolutamente nadie: es una instrucción que dio la Presidenta. Y metiéndonos en el tema de fondo, es como dice Cristina, que en el siglo XXI la clave pasa por tres cosas: energía, alimentos y ciencia y tecnología. Esto viene a generar crecimiento tecnológico. Acá lo que tenemos es talento. Eso da posibilidades de crecer. Cualquiera puede importar y traer de afuera una buena lente, buena iluminación, lo que quieras. Pero el tipo que está trabajando, el operador, el sonidista, el músico, eso no se importa. Somos reconocidos: un Emmy, dos Oscar. Estoy convencido de que va a funcionar: es una industria integradora, generadora de fuentes de trabajo directas e indirectas. Es cuestión de tiempo, juntarnos, y va a salir adelante. Hay mucho interés por este proyecto.