Apenas posó su mocasines en la arena de Pinamar, Mauricio Macri se mostró junto a sus dos posibles candidatos en la provincia de Buenos Aires: Guillermo Montenegro y Carlos Melconian. El jefe de Gobierno –que se tomó el viernes para hacer campaña– sostuvo que está trabajando en “la construcción de un proyecto político alternativo”. Luego, jugó al truco con sus dirigentes y bromeó sobre su último encuentro con Daniel Scioli.

En el PRO las dos candidaturas no mueven el amperímetro y ya hay un sector que le reclama a Macri que renuncie a la Jefatura de Gobierno y sea él mismo candidato. Hasta ahora, no les dijo que sí. Melconian salió en los últimos días a marcarle la cancha a Montenegro. El economista busca encabezar la lista del PRO en la provincia de Buenos Aires. Ayer comenzó el intento del macrismo por “transferir” parte del caudal de votos de Macri a sus dirigentes, en la primera de diversas recorridas por las playas y actividades de campaña en las que estará el jefe de Gobierno.

El líder de PRO jugó un partido de truco con su ministro de Justicia, con Melconian y con el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo. Entre bromas, el jefe de Gobierno puso (y perdió) cien pesos en una partida. Luego indicó que su espacio promueve que se sume “gente nueva como (Miguel) Del Sel, Melconian y Montenegro”.

También defendió la foto que se sacó con Scioli en la inauguración de una planta de separación de residuos. “Debería ser un hecho normal y no algo inusual. Es lógico que hablemos y que nos pongamos de acuerdo si de lo que se trata es de impulsar soluciones concretas para mejorar la calidad de vida de la gente”, afirmó. “Es imprescindible buscar consensos entre todos para ocuparnos de lleno de esos problemas y salir de este clima de hostilidad que instala permanentemente el kirchnerismo”, consideró el jefe de Gobierno.