El cuento por su autor

Hace unos cuantos años escribí el primero de los cuentos del sabio Feng, fábulas policiales ambientadas en la antigua China. Escribí en total nueve relatos. Cuando alguna editorial me pedía para un manual algún cuento policial, aprovechaba para imaginar una nueva historia del sabio Feng. La primera fue “El espejo del mandarín”. En algunos de los cuentos aparecían referencias a los “crímenes del dragón”; cuando finalmente escribí el cuento en cuestión, ya no se me ocurrieron más historias.

El primero de estos cuentos, “La inspiración”, está dedicado a Juan Manuel Lima, diseñador gráfico, artista plástico y autor de dos hermosos libros de poemas: “Mercado de pulgas” y “Loro hablando solo”. La dedicatoria no sólo está motivada en nuestra larga amistad, nacida en la revista Fierro; sino además porque fueron sus conocimientos sobre pinceles chinos los que me sugirieron el mecanismo del crimen.