En un largo y por momentos tenso debate, el kirchnerismo consiguió emitir dictamen ayer y se prepara para aprobar hoy el memorándum de entendimiento con Irán para esclarecer el atentado a la AMIA. Tal como había sucedido en el Senado, el canciller Héctor Timerman respondió preguntas de los legisladores de la oposición, que ratificaron su rechazo al acuerdo y su decisión de no dar quórum para su tratamiento. La DAIA y la AMIA también volvieron a cuestionar el memorándum de entendimiento, igual que Laura Ginsberg, integrante de una de las agrupaciones de familiares de las víctimas. Memoria Activa y la Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas del atentado se manifestaron a favor. “La única posibilidad cierta es este tratado de entendimiento que permite que la Justicia argentina se ponga frente a los acusados de ser los responsables del atentado”, aseguró el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi.

En un debate de más de seis horas, los diputados realizaron casi los mismos planteos que se efectuaron en el Senado respecto de los nueve puntos que forman el memorándum de entendimiento con Irán. El acuerdo firmado en Etiopía por Timerman y su par iraní contempla la creación de una Comisión de la Verdad, que tendrá la posibilidad de analizar y solicitar información referida a la causa y emitirá recomendaciones, no vinculantes, a los respectivos Ejecutivos. Según establece su artículo 5, las autoridades judiciales argentinas e iraníes podrán “interrogar” en Teherán a aquellos imputados que poseen una alerta roja de Interpol.

“La comisión no viene a sustituir ninguna de las instancias judiciales”, explicó el canciller en su discurso de apertura, anticipándose a los cuestionamientos opositores y remarcando que es la única forma de sortear los obstáculos que mantienen paralizada la causa. “Podemos acumular otras 200 mil fojas, pero si no se cumple con las declaraciones no va a haber avances sustanciales”, insistió el canciller, en respuesta a referentes de la UCR que habían desmentido que la investigación estuviera frenada.

En varios momentos el debate subió de tono y casi ningún opositor perdió la oportunidad para polemizar con el canciller. El primero fue el titular de la bancada radical, Ricardo Gil Lavedra, quien le reprochó las negociaciones con un país que niega el Holocausto. El canciller tenía ya entre sus papeles las declaraciones del secretario de Agricultura de Fernando de la Rúa, Antonio Berhongaray, quien había firmado un acuerdo comercial con Irán y defendía públicamente el acercamiento. “¿Qué es lo que le molesta del acuerdo con Teherán?”, lo chicaneó Timerman, a lo que el radical le respondió: “Me molesta que negocie con los asesinos”. “Nuestro compromiso es con la Justicia, no con el comercio”, remató el canciller.

El cruce más fuerte se produjo cuando hablaba Rossi, al cerrar la primera tanda de exposiciones. Luego de repasar los avances durante el período kirchnerista, Rossi cuestionó que ninguno del los opositores realizara una propuesta alternativa. Y cuando ya se excedía de los diez minutos del tiempo previsto para cada diputado, los opositores empezaron a reclamarle la hora al presidente de la comisión, Guillermo Carmona. El tema se desmadró cuando Rossi empezó a criticar una nota de opinión del legislador macrista porteño Sergio Bergman y recordó que Macri había designado como jefe de policía a Jorge Palacios, procesado en la causa por encubrimiento del atentado a la AMIA. “Caradura”, le gritaron. Con el clima caldeado, Laura Alonso, del PRO, se paró y gritó “¿Qué pasa, para Rossi no hay reloj?”. A menos de un metro, el diputado kirchnerista Andrés Larroque le decía que se callara y se sentara. “Callate, atorranta”, le dijo y Alonso se desencajó: “Parate y decímelo, prendé el micrófono y decímelo”, repetía desorbitada Alonso, que completó la escena al grito de “cagón”.

Otro punto fuerte del debate fue cuando el jefe del bloque del PRO, Federico Pinedo, le preguntó si había aceptado firmar el acuerdo el día del Holocausto por una exigencia de Irán. Ofendido, Timerman le reclamó a los gritos que retire sus palabras. “No creía que usted iba a llegar tan bajo. Usted me ha ofendido, no lo voy a permitir”, reiteró. Pinedo aseguró que fue una pregunta y que no se trató de una acusación.

Elisa Carrió concluyó su discurso con una alusión personal a Timerman, a quien le recordó que en algún momento compartieron un mismo espacio político. “Siento que usted me entregó, entregó al pueblo hebreo y entregó al pueblo argentino”, le espetó la chaqueña, quien dijo que ella “hubiera renunciado antes de firmar” el acuerdo.

Con Claudio Lozano, de Unidad Popular, Timerman apeló a la ironía. El diputado arrancó su discurso criticando a quienes gritaban en vez de atenerse a analizar el memorándum. Al finalizar su encendido discurso, Lozano utilizó las declaraciones de Néstor Kirchner señalando la responsabilidad del Estado en el encubrimiento de los ataques a la AMIA y la Embajada de Israel. “Me alegro de que haya dicho que no había que gritar”, lo chicaneó el canciller y le agradeció por recordarle al ex presidente: “Qué orgullo tener un presidente como Néstor Kirchner”, remató.

La última escena se produjo cuando Timerman se retiró de la comisión, luego de que hablaran los familiares. La oposición acusó a Carmona de faltar a su palabra por haberles prometido a otros diputados que luego tendrían tiempo para preguntarle al canciller. “No es lo que habíamos acordado, no tenés palabra”, se quejó el radical Juan Pedro Tunessi, antes de que su bloque se retirara de la reunión.