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Por Guillermo Zysman
Desde Rosario

“Nunca es tarde cuando la dicha es buena.” Lejos del resentimiento y visiblemente emocionada, Aleida Guevara, hija del mítico Che, reseñó con esa frase popular sus sensaciones en el día en que la ciudad que lo vio nacer hace 75 años declaró a su padre Ciudadano Ilustre post mortem de Rosario. El Che ya tenía en su ciudad natal una plaza y una calle con su nombre; sin embargo para darle la máxima distinción del municipio fueron necesarios largos y engorrosos debates políticos. Ayer, un colmado Concejo Municipal –en el que se encontraban representantes de Madres y Abuelas de Plaza 25 de Mayo, de entidades defensoras de los derechos humanos y de usuarios y consumidores– ovacionó cada mención del Che, se emocionó hasta las lágrimas con los discursos y se animó a entonar “Con tu querida presencia” una y otra vez. “Es un gran honor para mí recibir esta distinción en nombre de mi padre, porque representa la voluntad de este pueblo. Ustedes representan lo mejor de esta tierra que lo vio nacer, aunque el Che es demasiado grande como para pertenecer a un solo lugar”, señaló Aleida en su breve discurso.
Desde que llegó a Rosario, especialmente invitada para recibir el diploma, la hija del Che mezcló las muestras de agradecimiento por la distinción que el Concejo decidió entregarle con una tenaz campaña contra la “desinformación” que, en sus palabras, provocó que decenas de personas ligadas a la revolución cubana hayan dejado de apoyar al régimen de Fidel Castro. “Cuba es un país en guerra y como tal debe defenderse”, dijo en alusión a los recientes fusilamientos tras una larga explicación sobre las causales de tal decisión.
Después de reunirse con el coordinador del gabinete municipal, Miguel Lifschitz –el intendente Hermes Binner se encontraba en ese momento lanzando su candidatura a gobernador por Santa Fe– (ver nota aparte), Aleida arribó al Concejo junto a una delegación cubana encabezada por el segundo jefe de la misión diplomática en Argentina, Danilo Sánchez, donde por voluntad casi unánime de los ediles rosarinos se resolvió entregarle la máxima distinción de la ciudad. “Siempre Martí decía que honrar honra. La gente cuando ve las virtudes en otro hombre, es porque las lleva en sí mismo. Y eso es muy bonito”, dijo Aleida.
El presidente del Concejo, el radical Rafael Ielpi, destacó la “justicia de la designación” y recordó que tal iniciativa se vio postergada “por la intemperancia de los resentidos de siempre”. El autor del proyecto, el edil del Partido Socialista Auténtico, Alberto Cortés, calificó al Che “como ejemplo máximo de muchas virtudes, que conjugaba en un solo individuo la solidaridad y la fraternidad” y resaltó además
“la coherencia absoluta entre el decir y el hacer, virtud tan escasa entre cierta dirigencia política, pero tan reclamada por los pueblos”.
Visiblemente emocionada, Aleida agradeció “infinitamente” la distinción del Concejo rosarino. “Hoy es un gran honor para mí recibir esta distinción en nombre de mi padre, porque representa la voluntad de este pueblo. Ustedes representan lo mejor de esta tierra que lo vio nacer, aunque el Che es demasiado grande como para pertenecer a un solo lugar”, dijo para luego recibir una instantánea ovación. “Se siente, se siente el Che está presente”, gritaban los militantes que colmaron las tribunas del Concejo Municipal.
“Queremos un mundo mejor –continuó Aleida–, una tierra más digna para nuestros hijos, sin que nadie nos robe, como la soñó mi padre. El Che luchó con su vida para que América sea grande. A pesar de la distancia, estamos muy cerca, y como dice la milonga: ‘Si yo muero, no llores por mí, haz lo que yo hacía y seguiré viviendo en ti’.”
Antes del final, un grupo de piqueteros de la agrupación Barrios de Pie le entregó una bandera a Aleida. “Esta es una bandera de los piqueteros de Rosario. Si el Che estuviera vivo sería piquetero”, explicó el líder social. Una ovación acompañó sus palabras.