Domingo, 30 de junio de 2013 | Hoy
EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER PRESENTO A LOS CANDIDATOS DEL FPV
“La Argentina es gobernada desde 2003 por un proyecto nacional y popular”, dijo la Presidenta, y destacó que “hay una sola fuerza política que tiene el mismo nombre de siempre. No nos disfrazamos de nada nunca”. Cuestionó a la oposición y a la Corte Suprema de Justicia.
Por Werner Pertot
Eran dos. Un hombre y una mujer. Estaban de blanco. Sostenían una bandera argentina que iba del techo hasta casi rozar las cabezas de la gente. Suspendidos sobre la multitud, los artistas de Fuerza Bruta recorrieron de un lado al otro el microestadio de Argentinos Juniors, justo cuando hizo su entrada la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. A sus espaldas, quedaron los candidatos del Frente para la Victoria de todo el país y once gobernadores que asistieron al acto (entre ellos, un circunspecto Daniel Scioli). Los candidatos habían sido presentados con un repaso de las cifras de la gestión kirchnerista en cada provincia. Con cuatro pantallas gigantes de fondo, CFK se puso al frente de la campaña: remarcó que el suyo era el único espacio que se presentó en los últimos diez años con el mismo nombre. “No nos disfrazamos de nada”, lanzó, en un discurso en el que tuvo críticas alusivas a la oposición y al último fallo de la Corte Suprema. “Tenemos que ganar otra década para recuperar 50 años de atraso”, sostuvo.
Cuatro pantallas gigantes reinaban sobre el escenario con la bandera argentina flameando como imagen. El microestadio Malvinas Argentinas se fue llenando de a poco, en su mayoría, por jóvenes que se sentaron en sillas de plástico en el campo o que saltaban en las plateas. Los bombos sonaban desde temprano y las banderas cubrieron las paredes. En el atril y a los costados del escenario estaba el eslogan que eligió el kirchnerismo y que consta de tres verbos, dos en infinitivo y uno en gerundio: “Elegir seguir haciendo”.
El acto empezó a las 12.35, cuando comenzaron a entrar los candidatos de cada provincia. Empezaron en Tierra del Fuego y Jujuy y fueron recorriendo el país, mientras en una pantalla gigante el mapa de la Argentina se acercaba a cada provincia y la locutora leía cifras de la gestión. En general, mencionaba la Asignación Universal por Hijo (AUH), las netbooks repartidas con el programa Conectar Igualdad y la reducción de la pobreza desde 2003. Con un ritmo de batucada de fondo, los candidatos iban entrando y se ubicaban en las sillas al fondo del escenario. El candidato por Santa Fe, Jorge Obeid, fue el que recibió la primera ovación. Varias de las candidatas eligieron vestirse con un gabán rojo, como Carolina Sco-tto, que se postula en Córdoba.
La multitud estalló cuando entraron los de la provincia de Buenos Aires, con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, a la cabeza. La jefa del bloque kirchnerista en Diputados, Juliana Di Tullio –que vestía de negro, con una pollera larga– lo abrazó a Insaurralde, Héctor Recalde ensayó un pasito, Carlos Kunkel hacía la ve. Cuando entraron Daniel Filmus y los nietos recuperados Juan Cabandié y Victoria Montenegro, les cantaron: “A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos, no nos han vencido”. Montenegro se abrazó con Paula Español y saltaron juntas mientras cantaban. Carlos Heller tenía el puño en alto. Por último, entraron los gobernadores.
El escenario se oscureció y un video se proyectó en todas las pantallas. Ahí se pudo ver a Néstor Kirchner diciendo: “Queremos una Corte Suprema que sume calidad institucional y la actual dista demasiado de hacerlo”. A Hugo Chávez gritando en Mar del Plata: “ALCA... ALCA... ¡Al Carajo!”. A la propia CFK en distintos momentos de su gestión. Hubo oportunidad para el abucheo de los kirchneristas cuando mostraron una tapa de Clarín que decía: “La oposición busca ya cómo revisar la ley de medios”. En ese momento, entraron los artistas de Fuerza Bruta con la bandera gigante.
Y casi al mismo tiempo ingresó CFK, mientras de fondo se veían los festejos del Bicentenario y la Casa Rosada con fuegos artificiales de fondo. La Presidenta lloró, muy emocionada. “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, le corearon. Se acercó a saludar a los que estaban cerca del escenario, sonrió. Eran las 13.35 cuando empezó su discurso, que duró cerca de 40 minutos. “Acá, en la ciudad, están las 23 provincias para recordar que no somos solo lo que aparece en televisión. Somos un país”, dijo. “La Argentina es gobernada desde 2003 por un proyecto nacional y popular. Es increíble que se le haya escapado a tanto politólogo y tanto analista político. Miren el mapa: desde 2003 hay una sola fuerza política que tiene el mismo nombre de siempre. No nos disfrazamos de nada nunca”, lanzó. Luego aclaró: “A mí me encantan los disfraces, pero para el Carnaval. En la política no nos gustan”.
Sobre los candidatos, dijo que no son “de Cristina, sino del proyecto nacional y popular”. “Van a tener que bancarse el ataque despiadado –les advirtió–. Yo ya estoy acostumbrada. Tengo el cuero así de grueso. Pero son tan mediocres que atacan a los que no están y dieron la vida por su patria.” “Pero la memoria del pueblo es más importante que cualquier título periodístico”, afirmó. CFK volvió luego sobre las figuras históricas del peronismo: “Tenemos que tener la fuerza de Eva Perón, la mujer más atacada de la historia”. La Presidenta pidió no contestar los agravios.
Luego llamó a ganar “una década más” y su discurso viró a cuestionar a la oposición, sin mencionar a nadie por su nombre. “Tenemos que garantizarle a cada jubilado que no van a poder hacer lo que hicieron con las AFJP. Y también con la AUH, esa que algunos critican. El motivo es que no pueden contratar por dos pesos a la gente como hacían antes”, definió. “Cuando pasó lo de la Fragata Libertad decidieron iniciar una colecta –recordó CFK una iniciativa opositora–. Hoy Ghana les hace pagar ocho millones de dólares a los fondos buitre. Miren si les hubiéramos hecho caso.” Recordó, además, la reducción del 13 por ciento a los jubilados y los intentos de reducir el presupuesto de las universidades durante el gobierno de la Alianza. También rememoró que en 2010 la oposición bloqueó la votación de Presupuesto. “Sólo palos en la rueda”, resumió.
En otro tramo de su discurso, CFK se metió de lleno con la inflación: “Los gobernantes eligen si van a decir que la inflación es culpa de los trabajadores y no de los empresarios que remarcan los precios. Decidimos acordar listas de precios. Claro que para eso hay que pelear un poco. Ahora instalaron que todo es consenso”, dijo la Presidenta, y saludó a los titulares de la CGT oficial, Antonio Caló, y de la CTA, Hugo Yasky. Luego les preguntó si no tienen que pelear para conseguir salarios. Y recurrió a otros ejemplos de la vida cotidiana: “Nos quisieron instalar que la vida es rosa, pero no lo es. Cuando alquilás, ¿no peleás el precio hasta que se ponen de acuerdo?”. “Lo importante es elegir de qué lado estás”, afirmó, en una frase que repitió varias veces.
También les dedicó un párrafo a los pueblos originarios. Hablaba de llevar civilización a todos los puntos del país y se rectificó: “Tienen más civilización que nosotros”. Se refirió a un encuentro que tuvo con el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y con el canciller boliviano David Choquehuanca. “Si buscan pueblos originarios, en Bolivia están todos. Y gobernando, no sólo en un programa de TV o en algún ejercicio snob de alguien”, advirtió CFK y entre el público surgió casi naturalmente el recuerdo del encuentro del papa Jorge Bergoglio con el cacique qom Félix Díaz. El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, la escuchaba atento desde su silla. “Tenemos que aprender de esas culturas”, afirmó la Presidenta.
CFK siguió sin mencionar a nadie, aunque algunas alusiones fueron rápidamente festejadas por sus seguidores. Por ejemplo, cuando dijo: “No es posible tener desuniones que no se pueden explicar, salvo con frases de ocasión. Me gustaría que me explicaran cómo podemos hacer mejor las cosas, pero con cifras y argumentos”, afirmó en lo que muchos interpretaron como un dardo para Massa.
En seguida, le llegó el turno a la Corte Suprema. “Duele a los oídos y hiere la inteligencia de los cuarenta millones de argentinos que nos impidan votar, que puede haber un ghetto que se crea sacralizado”, les dedicó. “No hablo de impuestos, porque vieron que se enojan cuando hablamos de los impuestos”, afirmó. “Vamos por la profundización de la democracia en la Justicia, por el voto popular”, insistió. Su discurso finalizó con una lluvia de papelitos celestes y blancos. Los candidatos bajaron y bailaron al ritmo de la canción de Estelares: “Un día perfecto”.
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