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La Plaza de Mayo tuvo ayer un aire a feria del conurbano: puestos de verduras junto a los canteros, mesas de ropa, venta de pan y de facturas y hasta una jaula con gallinas a la sombra de la pirámide. Los piqueteros de la Corriente Clasista y Combativa llevaron desde los asentamientos al centro de la ciudad, con fondo de música de cumbia, los trabajos que desarrollan como contraprestación de los planes Jefas y Jefes de Hogar. La exposición se organizó con el objetivo de mostrar los emprendimientos y reiterar al Gobierno el pedido de herramientas y subsidios para la producción.
Gran parte de los que estuvieron en la plaza venían de La Matanza y habían sido la mayor parte de sus vidas trabajadores de la industria. “Estuve en una metalúrgica hasta el ‘92”, contó Eva, de 57 años, vecina de González Catán, mientras ofrecía a los que cruzaban por el lugar escarpines y gorros tejidos al crochet.
Los confecciona con otras mujeres a cambio de los 150 Lecops del subsidio de empleo. El programa exige que se cumplan cuatro horas de trabajo diarias, que los piqueteros buscan utilizar en actividades que generen un ingreso extra.
Como característica común, los emprendimientos que consiguen mantenerse son los que necesitan muy poco dinero para funcionar, como las panaderías en las que se cocina con hornos de barro, un negocio de insumos baratos y venta fácil.
“En general, lo que producimos se vende en los mismos barrios donde somos todos desocupados”, señaló Mirta (33 años), integrante de un taller de siete piqueteros en el que arman escobillones a mano. El proyecto es uno de los más sofisticados en funcionamiento y con él ganan, a fin de mes, un promedio de “entre 30 y 45 pesos para cada compañero”.
Otros stands tenían ropa reciclada, objetos de cerámica, verduras orgánicas, cortinas realizadas con plástico de botellas o envases de tetra brick.
La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, recorrió la exposición con parte de su equipo. Llegó a la muestra sin anunciarse y escuchó de los piqueteros el reclamo de apoyo. “Estamos reclamando que se implementen los subsidios para la producción y se impulse a las fábricas recuperadas”, dijo Juan Carlos Alderete, titular de la agrupación.
Para las organizaciones de desocupados el tema tiene en estos momentos una carga especial, porque el gobierno nacional se mostró dispuesto a dar subsidios para los emprendimientos iniciados en los barrios. La medida se habló en las reuniones que las delegaciones piqueteras tuvieron con el presidente Kirchner en la semana siguiente a su asunción y de implementarse permitiría comenzar iniciativas más ambiciosas que las existentes.
El tema de los emprendimientos tiene distinta significación según las organizaciones. En el caso de la CCC, son iniciativas vistas más como un paliativo que como una salida de fondo, pero que de todas maneras quieren sostener. Las valoran como un espacio de organización y les preocupa mostrar al resto de la sociedad que los piqueteros son expulsados del sistema y no ñoquis que viven de cortar la ruta.
En La Matanza están trabajando fuerte con las huertas comunitarias (tienen 128 en el distrito), para las que se capacitan con técnicos del INTA y el programa Pro Huerta, que los provee de semillas. Los cultivos son orgánicos, la producción se distribuye por mitades, el 50 por ciento para los integrantes del grupo de trabajo, que pueden comercializarla si quieren, y el 50 por ciento para los comedores populares. La actividad lleva todo un proceso, porque en el municipio no hay tradición de trabajo de la tierra.
En la plaza hubo además delegaciones del interior del país, como la de la comunidad toba de Pampa del Indio (Chaco). También se realizó una exposición de fotos con textos de Pilar Sánchez sobre las inundaciones enSanta Fe, lugar en el que las cuadrillas de desocupados estuvieron haciendo tareas solidarias. La intención de los organizadores es repetir la muestra todos los meses, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en las provincias.