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“¿Me va a domesticar? Es el único hombre que ha dicho semejante estupidez”, le espetó entre carcajadas Elisa Carrió (Coalición Sur) a Ricardo Gil Lavedra (Juntos) en medio del debate con el resto de los precandidatos a diputados de la lista Unen, Martín Lousteau (Sumá+) y Leandro Illia (Presidente Illia). Con chicanas cruzadas, críticas al Frente para la Victoria y casi ninguna alusión al macrismo, los precandidatos mantuvieron la tensión que desencadenó la chaqueña el fin de semana, aunque trataron de no hacer llegar el conflicto a una fractura. El diputado Gil Lavedra aclaró que va a tratar de “enseñarle el camino” a Carrió, aunque la tildó de “ineficaz”, “dogmática” y “autoritaria”. “Dejemos de lado las cuestiones personales y miremos para adelante”, trató de terciar Lousteau, que tuvo que responder las críticas por su paso por el kirchnerismo. Con intervenciones enardecidas, Illia apuntó a captar al votante radical y cuestionó a los “saltadores” de un espacio a otro.

Entre colaboradores y dirigentes de las cuatro listas de Unen, el estudio de Todo Noticias estaba repleto. Bancando a Carrió estaban Fernando “Pino” Solanas, Fernanda Reyes y Fernando Sánchez, entre otros. Por Gil Lavedra, Alfonso Prat-Gay, Victoria Donda, Humberto Tumini. A Lousteau lo siguieron Rodolfo Terragno, Mabel Bianco y Raúl Gámez. Y a Illia, César Wehbe, Claudia Guebel y Lucía Alberti.

A diferencia del debate de senadores, desde el arranque comenzaron los primeros chispazos. Cuando Lousteau hizo hincapié en que los precandidatos de su lista nunca se habían presentado antes, la chaqueña respondió irónicamente: “Yo soy Lilita, tengo muchos años de diputada, mucha experiencia, pero nunca cambié los valores. Ojalá puedas decir lo mismo en 20 años”. Y dirigiéndose directamente a Lousteau, le pidió explicaciones por su paso por el kirchnerismo cuando Guillermo Moreno y Julio De Vido ya eran funcionarios nacionales y por su responsabilidad en la resolución 125. Con la respuesta ya ensayada, Lousteau sostuvo que las retenciones móviles fueron una alternativa “moderada” a una idea del secretario de Comercio, que quería imponer un 63 por ciento de retenciones fijas a la soja, dijo. “Yo me fui a los cinco meses. Todos los lunes me juntaba con Moreno para ver qué cagada iba a hacer y tratar de frenarla”, dijo el ex ministro. Lejos de subir la apuesta, Carrió dijo que esa explicación la “tranquilizó” y se dio por satisfecha, quizás con la mira puesta en que luego de las PASO compartirán la misma boleta.

El que salió entonces al cruce fue Gil Lavedra, quien le recriminó a Lousteau haber firmado una resolución ministerial “despreciando” las facultades propias del Congreso. El ex funcionario sostuvo que en ese entonces estaban vigentes las facultades delegadas que incluían el Código Aduanero. “Pero lo que me extraña, Ricardo, es que tu segunda candidata a senadora votó a favor de la 125”, disparó Lousteau, recordando el paso de Victoria Donda por el kirchnerismo. Illia intentó terciar en el debate y remarcó fervoroso que “fue el radicalismo el que le puso el pecho a la 125.”

Otro momento de tensión se produjo cuando se abordó el rol de la oposición. Carrió acusó de “blando” a Gil Lavedra y les reprochó a sus ex socios haber “entregado la victoria” opositora en 2009 al reunirse con el ministro Florencio Randazzo. “Yo soy dura, como hay que ser con los prepotentes, autoritarios y ladrones”, remató la chaqueña, a lo que el jefe de la bancada radical le respondió que confundía “blandura con diálogo”. “Vos no sos dura, sos ineficaz y dogmática. No hay que despreciar el diálogo con los representantes del pueblo. Esa no es una concepción democrática, es una concepción facciosa”, retrucó Gil Lavedra, que equiparó su actitud con la de la presidenta Cristina Fernández.

Además de su carácter destructivo, Gil Lavedra le recriminó a Carrió sus ausencias en la Cámara de Diputados durante el tratamiento de leyes como el traspaso de los fondos del Banco Ciudad, la ley de extranjerización de la tierra, la reglamentación del per saltum, entre otras. La chaqueña le respondió que estuvo de licencia médica por su “diabetis” (sic) y porque acompañó a su hijo en su graduación. “Yo no rompo nada, discuto y después como un asado”, se había encargado de aclarar Carrió al comienzo del debate. En otro pasaje, incluso sostuvo que en 2015 deberían usarse las primarias para dirimir las candidaturas presidenciales del espacio.

En una de las pocas definiciones políticas, Lousteau consideró que la Argentina tiene un “Estado elefantiásico con cabeza de mosquito” y que en cambio debía achicarse para ser “ágil y rápido”.

Con Carrió en el centro de la escena, uno de los temas que se instaló fue el narcotráfico. La chaqueña acusó especialmente a la lista de Gil Lavedra de apoyar la despenalización de “la siembra y la tenencia” de drogas lo que, según dijo, es funcional al narcotráfico. También se pronunció en contra de despenalizar el aborto y trató de marcar diferencias con sus compeditores. Dijo que hay que bajar los impuestos y simplificarlos. “Somos la única fuerza política que no tenemos complicidades con los narcos, las mafias y los barras”, remató Lilita.

Para despedirse y ya con las chicanas agotadas, Gil Lavedra recomendó al electorado que vote la lista Juntos “para terminar con la prepotencia del poder”. Illia hizo eje en su “conducta de vida” para captar a los votantes. Y Lousteau pidió el voto “para Unen”, cualquiera sea la nómina, y sugirió la posibilidad de cortar boleta porque el 11 de agosto “se eligen candidatos”. Parafraseando el llamado a hacer “lío” del Papa, Carrió miró a cámara y dijo: “Pónganse una mano en el corazón, con todo el lío que hago, ¿quién los va a defender mejor?”.