Martes, 20 de agosto de 2013 | Hoy
EL PAíS › LA SITUACIóN DE PERALTA EN SANTA CRUZ TRAS LAS PASO
Por Julián Bruschtein
La interna del peronismo santacruceño dejó un saldo negativo para el gobernador Daniel Peralta. El Frente para la Victoria que superó al peraltismo apunta a los votos peronistas de los perdedores para aumentar su caudal electoral en octubre. La apuesta personal de Peralta de superar a La Cámpora en las elecciones lo dejó al mando de un gobierno debilitado, que lo llevó a encolumnarse detrás del intendente de Tigre, Sergio Massa.
“Su estrategia de acusar personalmente a compañeros y su triunfalismo anticipado lo dejaron en muy mala posición”, analizaba ayer un dirigente del FpV santacruceño, poniendo el ojo en las condiciones políticas en las que había quedado Peralta después las PASO. El kirchnerismo local ya está trabajando sobre las líneas generales de la campaña para atraer a los ciudadanos sureños que participaron de la interna justicialista y que vieron cómo la estructura partidaria quedaba en un tercer puesto, debajo del FpV y del radicalismo. “Dicen que nos ganaron en la interna del PJ, pero ahí no se presentó el Frente para la Victoria”, recordó el dirigente sobre las internas de marzo, en las que Peralta ya había anunciado “el fin de La Cámpora” en la provincia.
Peralta vaticinó que en las PASO iba a “pasar por encima a La Cámpora” con el caudal de votos del PJ local, que preside. Pero el resultado de las internas le jugó en contra y las tres listas que presentó para intentar concentrar los votos peronistas –Fuerza Santa Cruz, Eva Perón, y Lealtad y Militancia– no lograron superar todas juntas a la lista del kirchnerismo, que lleva a varios intendentes de las ciudades más importantes de la provincia. La interna peronista le dejó servido el primer lugar al radicalismo, que también mantiene un fuerte enfrentamiento interno. El resultado dejó al FpV segundo, con el 22,94 por ciento de los votos, ganando por un punto y medio a los tres espacios del PJ peraltista, que cosechó el 21,4 por ciento, dejándolos en un tercer lugar en la general.
El gobernador Peralta se enfrentó al kirchnerismo apenas supo, en octubre de 2011, que había sido ratificado en las urnas para continuar un período más en la casa de gobierno santacruceña, colgado de la boleta del FpV que logró el 54 por ciento a nivel nacional. Su primera iniciativa de impulsar un ajuste en las jubilaciones y en la administración pública generó profundas diferencias con el kirchnerismo, que se negó a darle apoyo en la Legislatura. Luego fue el proyecto de endeudamiento que envió el gobernador a la Legislatura ante el déficit fiscal de la provincia, que tampoco fue apoyado por los kirchneristas. A partir de allí, la relación se fue desgastando y Peralta se fue aislando poco a poco. Terminó arrimándose al camionero Hugo Moyano, que apostó a un armado con el empresario y diputado Francisco de Narváez, que también sufrió un traspié después de mostrarse en la oposición y apostar a su candidatura a diputado, relegada al cuarto lugar en Buenos Aires.
El acuerdo con Moyano tampoco resultó y el gobernador cambió de caballo en medio del río: anunció su apoyo a Massa. “Está entrando en desesperación”, aseguró el dirigente del kirchnerismo santacruceño, anticipando el poco margen que tiene el mandatario para perder legisladores.
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