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Los maestros bonaerenses no darán clases mañana, realizando así el primer paro docente luego de que el gobierno nacional firmara con las provincias un convenio para garantizar un piso de 180 días lectivos por año. Los gremios de la provincia de Buenos Aires reclaman al gobernador Felipe Solá que se reabra la discusión sobre los sueldos, ya que hay 63 mil docentes bajo la línea de indigencia, y que aumente el presupuesto educativo destinado a comedores escolares y becas.
La medida de protesta se realizará con concurrencia a las escuelas, a las que citaron a los padres para explicarles la situación por la que atraviesa el sector.
El paro, que afectará a los establecimientos públicos, fue coordinado por las dos grandes organizaciones docentes del distrito, el Suteba -fuerte en el conurbano– y la FEB –con inserción en los municipios del interior–. Coincidirá a su vez con una jornada de lucha de los estatales de ATE, también por una recomposición salarial.
Solá fue uno de los mandatarios que acordó, 15 días atrás, un convenio con el presidente Néstor Kirchner para que este año no se pierdan días de clase. “El acuerdo expresó la voluntad política de que no haya atrasos en los pagos, pero no considera el nivel de miseria que comportan los salarios actuales”, dijo ayer el titular de Suteba, Hugo Yaski.
“Necesitamos una recuperación del salario, discutir la ruralidad, saber qué pasa con el otorgamiento de las becas y con los comedores.”
De acuerdo con los datos de Suteba, existen 63 mil maestros que cobran menos de 420 pesos, conformando un subsuelo salarial que los pone en la indigencia. De los 160 mil trabajadores de la educación bonaerenses, el 85 por ciento gana menos de 700 pesos.
Los maestros discutirán, el mismo miércoles, la realización de una nueva protesta el 7 de agosto, primer jueves después de las vacaciones de invierno, cuando podrían hacer un paro con marcha a la Capital Federal.