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Si bien su nombre aparece desde hace tiempo en especulaciones respecto de la sucesión en el peronismo, las acciones de Sergio Urribarri subieron después de las PASO. No solamente porque ha sido uno de los pocos gobernadores del Frente para la Victoria que logró una victoria cómoda en su distrito sino porque es visto con buenos ojos en el kirchnerismo por no “lavar” su discurso de apoyo abierto al gobierno nacional. En la entrevista reconoció sus aspiraciones aunque aclaró que seguirá apoyando “desde el primer lugar, el segundo o el sexto”.

–¿El conflicto por la pastera puede proyectarlo de cara a 2015?

–Eso lo dicen con mala leche. Un puñado de columnistas que son repetidos por cables con mala intención para intentar pegarle al proyecto nacional. Utilizan esto para intentar hacerle creer a la sociedad que esta fue una maniobra generada con fines políticos o aprovechada con esos fines. Más que preocuparme, esas cosas me duelen porque te puedo asegurar que no me siento bien en este lugar y preferiría que esto no estuviera sucediendo. Primero y principal, por la salud de los entrerrianos y de los uruguayos. Segundo, por el riesgo que se corre en estas discusiones de terminar cediendo soberanía a cambio de nada. Y por haber sido defraudado por el presidente uruguayo, al que consideraba un compañero, y que pone en riesgo la relación entre ambos pueblos.

–De todas formas ¿se imagina candidato a presidente?

–Yo no niego mi vocación de seguir trabajando por el pueblo argentino y entrerriano cuando termine mi mandato. El rol que me toque ocupar es otro tema, puede ser más arriba o más abajo. Para 2015 falta una eternidad y puede pasar cualquier cosa, pero yo voy a seguir con la voluntad de continuar trabajando para profundizar este modelo que conduce la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Cuando llegue el momento, asumiré lo que me toque, sea en el primer lugar, en el segundo o en el sexto, siempre voy a estar como estuve estos diez años en primera fila para evitar que un volantazo a la derecha destruya todo lo que logramos en la última década.

–¿Qué siente cuando dicen que usted es el gobernador más kirchnerista?

–Entre Ríos es el lugar donde mejor se reflejan las transformaciones de estos años. Fue una provincia que dio un giro total en esta década, en empleo, salud, educación. Néstor Kirchner vino a cambiar la forma de hacer política y eso en esta provincia se notó claramente. Cuando Néstor vino, no bien asumió, a Entre Ríos, no vino solo a pagar sueldos docentes, vino a dar comienzo a una nueva etapa en nuestra historia, donde quedó demostrado que las cosas pueden hacerse distinto. Yo no sé si soy más o menos kirchnerista que nadie, pero le debo todo a esa herencia.

–¿Cómo es su relación con Daniel Scioli, a quien criticó fuertemente?

–Es buena en términos generales. Hemos tenido nuestras diferencias importantes, también coincidencias, pero lo importante es que las expresamos abiertamente. Tenemos dos estilos muy diferentes para hacer política, pero es un buen tipo. Y tenemos una relación de mucha franqueza.

–Varios gobernadores y figuras del PJ ya se manifestaron por ir a una interna que ordene el partido y designe al candidato en las PASO de 2015.

–No solamente coincido sino que en mi provincia este año tuvimos internas. Yo fui candidato a senador suplente y mi lista fue a internas. Lo que puede ser lo mejor para Entre Ríos también puede ser lo mejor para definir el camino del PJ, si la Presidenta ratifica que no va a continuar.

–¿Hay lugar para Sergio Massa en esa interna?

–No. Massa es un dirigente con origen en la UCeDé que en un momento de su carrera se acercó al peronismo. Nada en su manera de hacer política es peronista. Ni sus socios ni su agenda tienen nada que ver con el peronismo sino que responde al esquema del típico dirigente de derecha.

–¿Se define a sí mismo como peronista o kirchnerista?

–Yo soy peronista, toda mi vida fui peronista. Pero lo cierto es que nunca, en treintipico de años de militancia, las cosas fueron como durante los últimos diez. Néstor y Cristina representan lo mejor del peronismo.