Coloquial, sonriente, con una camisa blanca y un saquito negro, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció su regreso al trabajo en un video filmado por su hija, en el que agradeció a todos –“desde el más humilde servidor hasta los jefes de Estado”– los que se preocuparon por su salud. En ese mensaje admitió que pasó por “momentos difíciles” porque “la capocha es la capocha” y mostró algunos regalos que le hicieron en estos días. La estrella fue el perro Simón, un obsequio del hermano del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez.

“Florencia, ¿podemos empezar?”, es lo primero que se escuchó en el video en el que la Presidenta inauguró lo que los especialistas en protocolo llaman “medio luto” y que se difundió a través de su cuenta de Twitter y su página web. CFK se acomodó luego en un sillón claro de la quinta de Olivos y saludó: “Hola, después de tantos días estamos de vuelta, en contacto. Florencia está detrás de la cámara y me está filmando. Gracias a todos y a todas, empezando por todos los que me ayudaron en mi enfermedad operándome, cuidándome: los médicos, las enfermeras, los auxiliares, los camilleros, inclusive los que me cruzaban en la clínica, que también eran pacientes y me hacían un saludo, a los miles y miles de argentinos que se preocuparon, que rezaron, también a los miles de ciudadanos de otros países que me mandaban mails, mensajes en el Twitter, en el Facebook, también a los jefes y jefas de Estados extranjeros”.

CFK agradeció las muestras de cariño y eligió algunos ejemplos simbólicos de ellas. Mencionó las rosas rojas que le regaló la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y que estaban en un florero de vidrio a su derecha. También mostró un pingüino de peluche gigante enviado por un militante de Pilar, Federico García Caffi, representante del frente estudiantil. “Me mandó una carta preciosa donde me cuenta que nació en el ’93, que no creía en nada, que vio todo lo que pasó en nuestra historia y en otras partes y que había empezado a creer y a militar. Fue una cosa muy importante”, aseguró. Otro mensaje que destacó especialmente fue el de Demián Martínez Naya, un joven del PRO que se reunió con la Presidenta en abril, después de que en un cacerolazo lo agredieran por querer impedir que un grupo de manifestantes ingresara por la fuerza al Congreso. “El 17 de octubre me mandó una carta deseándome feliz Día de la Lealtad y pidiéndome que me cuide por mi nieto, por Florencia. Le agradezco ese gesto, que un hombre del PRO me haya deseado feliz Día de la Lealtad revela que los argentinos estamos creciendo y somos capaces de superar nuestras diferencias o mantenerlas, sin por eso agredirnos o despreciarnos. Demián, tu carta, en serio, me mató. 17 de octubre, uno del PRO, me mató”, contó la Presidenta.

“Fueron momentos difíciles, no lo voy a negar, porque ir a un examen de rutina cardiológico y de repente te dicen que te tenés que operar de la cabeza... yo tuve mi extirpación de tiroides con un prediagnóstico de cáncer o cesáreas, todo el mundo tiene operaciones, pero la cabeza es... la capocha es la capocha, como decía mi abuelo. La verdad es que fue un momento difícil. Pero acá estamos, como siempre trabajando, al frente, poniendo toda nuestra voluntad”, dijo CFK.

Cuando parecía que el mensaje se terminaba, la Presidenta se acordó de Simón. Y apareció en cámara un cachorrito peludo blanco. “Es el perro que Hugo Chávez me había prometido que me iba a regalar: el perro nacional de Venezuela. Acompañó al Libertador Simón Bolívar en todas sus campañas”, explicaba CFK mientras el perro jugaba con su pelo. “No, con el pelo no porque rompemos relaciones con Venezuela”, bromeó CFK antes de seguir con la explicación sobre la raza de los mucuchíes: “¿Se acuerdan de esa película Gladiador, cuando el perro va corriendo al lado de Máximo? Bueno, Nevado, que era igual a éste, peleaba al lado de Bolívar y una vez los españoles metieron preso al perro con el indio que lo cuidaba. ¿Saben dónde murió? En la batalla de Carabobo. El peleaba junto a Bolívar y atacaba a los españoles con sus caballos y de un lanzazo lo atravesaron en la histórica batalla, que fue la que emancipó definitivamente el continente”. Luego, la Presidenta contó que le puso Simón, como Bolívar, y que lo iba a llevar a Calafate “porque es de alturas y zona fría”. El perro seguía tirándole del pelo: “No, Simón, que van a acusar a los chavistas de malos”, dijo CFK. “Y ahora sí, ahora nos vamos a trabajar. Simón a dormir y yo a trabajar”, concluyó antes de volver a dar las gracias “a todos y todas”. Un par de horas más tarde se conocerían los cambios en el gabinete.