EL PAíS › PATTI QUEDO EN EVIDENCIA ANTE EL JUEZ BONADIO
In fraganti con el prófugo
El ex comisario fue a declarar por una causa en que se lo acusa de encubrir a un represor que estaba fugado. El juez hizo una investigación que demuestra el vínculo entre ambos. Los diálogos.
Por Victoria Ginzberg
El intendente de Escobar intentó sostener la mentira. “Si hubiera sabido que estaba prófugo, hubiera hecho lo posible para que se entregue”, dijo Luis Patti, al declarar ayer ante el juez Claudio Bonadío por el encubrimiento del represor Jorge Granada, buscado por la desaparición de una veintena de personas en 1980. Luego se enteró de que, de acuerdo con la investigación realizada por el juzgado, no hay dudas de que conocía la condición del militar, al que le pasaba plata para que pudiera mantenerse alejado de los tribunales.
“Se me está acortando el tiempo. Estoy pensando en entregarme. Es un buen momento”, le dijo el teniente coronel retirado Jorge Granada a Patti en una conversación telefónica. El buen momento podía estar relacionado a que el juez Rodolfo Canicoba Corral había ordenado la detención de 46 represores por pedido de su par español Baltasar Garzón y Granada, que estaba prófugo hacía un año, podía pensar en camuflarse entre la manada de militares que pasaban por los tribunales en Retiro. Si quería pasar desapercibido, tal vez sí era el momento. Además, acababan de detener a uno de sus compañeros fugitivos, el coronel Luis Jorge Arias Duval, quien fue jefe de la Central de Reunión del Batallón 601 durante la última dictadura. La charla fue el 24 de julio pasado. Un día después, miembros del Departamento Unidad de Investigaciones Antiterroristas (DUIA) ubicaron a Granada.
“¿Eso es por tu tema?”, le preguntó Patti al militar cuando éste le habló del arresto de su cómplice. De la conversación se traduce que el candidato a gobernador de Buenos Aires por el Partido Unidad Federalista (Paufe) no ignoraba que Granada estaba siendo buscado por la Justicia.
Patti no pudo negar su relación con Granada, quien perteneció a la sección de Inteligencia 103 de Junín y estuvo a disposición del Poder Ejecutivo en 1985, cuando el gobierno de Raúl Alfonsín denunció un complot y dispuso estado de sitio. Dijo que en este último año lo ayudaba con plata porque el hombre tiene un hijo chico. Pero no pudo responder por qué su amigo necesitaba dinero si al estar retirado cobraba un sueldo del Ejército. En realidad, no podía ir a cobrar porque hubiese quedado detenido.
Al salir de la audiencia, Patti organizó una conferencia de prensa en las puertas de los tribunales de Retiro a la que llevó a algunos seguidores que lo vivaban detrás de las cámaras. El candidato a gobernador pronunció un discurso de campaña y ante la insistencia de los cronistas de radio y televisión que estaban en el lugar admitió: “No vamos a desconocer la amistad con Granada. Creo que tenemos que empezar a mirar para adelante porque no soluciona el problema de la gente estar en estas pavadas”. Los periodistas le preguntaron si calificaba de “pavadas” a las desapariciones de personas y Patti, ofuscado, reaccionó contra ellos. “Ustedes son todos periodistas ideológicos”, les dijo.
Patti podría ser procesado por encubrimiento, delito que tiene de seis meses a tres años de prisión y por lo tanto no correría riesgo de ir a prisión. Bonadío investiga si el intendente de Escobar tiene relación con el resto de los acusados que permanecen prófugos, como Néstor Roberto Cendón, Enrique José Del Pino, Alfredo Omar Feito y Arturo Félix González Naya, quien también fue requerido por Garzón.
Los militares a los que habría ayudado Patti y a quienes les darán de baja en el Ejército están acusados de la desaparición de veinte militantes montoneros que volvieron al país en 1980, dentro de la llamada contraofensiva planeada por la dirigencia de la agrupación.
En marzo de este año, la Cámara Federal confirmó en esta causa el procesamiento de trece represores, entre ellos el ex jefe del Primer Cuerpo de Ejército Carlos Guillermo Suárez Mason y el ex jefe del Batallón 601 Carlos Alberto Roque Tepedino.